El 14 de febrero las escuelas e institutos públicos en Catalunya estuvieron vacíos. A pesar de la campaña de mentiras y calumnias contra la huelga, de la desinformación consciente orientada a los padres y madres, tildando la huelga de "corporativa" y sin mencionar la convocatoria del Sindicat d'Estudiants y la participación estudiantil, a pesar de los servicios mínimos abusivos que impuso la Generalitat, etc. la huelga general de estudiantes y profesores contra las bases de la LEC fue un éxito masivo.

El 14 de febrero las escuelas e institutos públicos en Catalunya estuvieron vacíos. A pesar de la campaña de mentiras y calumnias contra la huelga, de la desinformación consciente orientada a los padres y madres, tildando la huelga de "corporativa" y sin mencionar la convocatoria del Sindicat d'Estudiants y la participación estudiantil, a pesar de los servicios mínimos abusivos que impuso la Generalitat, etc. la huelga general de estudiantes y profesores contra las bases de la LEC fue un éxito masivo.
Las manifestaciones fueron colosales. En Barcelona 150.000 estudiantes y profesores abarrotaron todo el recorrido de la manifestación, desde Plaça Universitat a Pl. Sant Jaume. También en Tarragona, Girona y Lleida las manifestaciones fueron masivas.
Desde las movilizaciones contra la guerra imperialista en Iraq, no se veía una manifestación tan grande. El ambiente también recordaba aquellas luchas, con la presencia masiva de jóvenes (estudiantes o profesores) y con múltiples pancartas elaboradas por los estudiantes, maestros y profesores de los centros, donde se podían leer consignas en defensa de la educación pública, contra la privatización, y contra los directores-gerente y los centros-gueto.

Las causas de fondo

Se trata de la manifestación más importante desde las movilizaciones contra la derecha, y la manifestación en defensa de la educación pública más grande de la historia en Barcelona.
Las causas de tal movilización son varias. En primer lugar, la degradación creciente de la educación pública, consecuencia de la política educativa del tripartit durante estos años, continuando con la senda trazada por CiU de promocionar y subvencionar a la privada concertada. Entre los profesores en primaria se acentuó esta situación con la aplicación de la sexta hora diaria, que ya entonces provocó una gran indignación entre los profesores y maestros por innecesaria y por su caótica aplicación en los centros.
En segundo lugar, ha calado la idea de que las bases de la LEC significa, como el Sindicat d'Estudiants dijo desde el principio, una declaración de guerra contra la educación pública. A pesar del desconocimiento inicial de las medidas que contempla, desconocimiento fomentado conscientemente por el gobierno. Se dedican a hablar de "autonomía de centros" y de otros eufemismos y engaños detrás de los cuales ocultan sus verdaderos objetivos. Pero a pesar de todo, la idea de que lo que quieren -privatizar la educación pública de forma directa e indirecta-ha calado entre amplias capas de estudiantes, profesores y trabajadores.
Esta movilización es incomprensible para aquel que trate de entenderla como meramente "educativa", al margen de la situación general de la lucha de clases y de las experiencias políticas y sindicales recientes del conjunto de los trabajadores.
Confirma lo que hemos venido explicando: la superficial calma entre la juventud y la clase obrera es el resultado del papel desmovilizador de los dirigentes de la izquierda (políticos y sindicales). Pero a pesar de ese freno, el descontento acumulado entre los trabajadores y la juventud se mantiene y aumenta, y cuando encuentra un cauce, se manifiesta.
El 14 de febrero es la primera gran movilización de los trabajadores y jóvenes contra la política de la socialdemocracia, y marca el camino de lo que nos encontraremos en el próximo período: una intensificación de la lucha de clases.
No es casualidad que esta lucha coincida con movilizaciones obreras importantes como la lucha por los dos días en TMB, contra los despidos en Nissan, o en el sector de la limpieza en Cornellà y L'Hospitalet.

La lucha debe continuar

El conseller d'Educació, Ernest Maragall, estuvo las jornadas previas a la huelga haciendo una intensa campaña de desprestigio e insultos contra la comunidad educativa, especialmente contra los profesores, acusándoles de "no saber leer" y de otras lindezas. Por la tarde dijo que la huelga "había sido significativa pero no masiva". Pero la realidad es tozuda, y la huelga fue un éxito, sin peros. Los llamamientos al diálogo y la negociación entonces se intensificaron, a pesar de afirmar que "no cambiaría ni una coma de las bases", y que una ley "no es objeto de negociación".
El lunes 3 de marzo el conseller se reunirá con los firmantes del Pacte Nacional d'Educació. Esta maniobra va orientada a dejar fuera a una parte significativa de la comunidad educativa, el sector más combativo, que no firmó el PNE y que impulsó desde el mes de diciembre la movilización del pasado 14 de febrero: el Sindicat d'Estudiants, y tres de los cinco sindicatos de profesores, USTEC (mayoría en la pública), CGT y ASPEPC.
Desde el Sindicat d'Estudiants hemos hecho una propuesta pública a los dirigentes de los sindicatos de profesores para convocar una nueva Huelga General de la Comunidad Educativa a mediados de abril, para dar un nuevo paso en la lucha contra la LEC. Después del éxito masivo del 14 de febrero, hay que dejar claro al gobierno que estamos dispuestos a llegar hasta donde haga falta para retirar esa Ley. Prorrogar para más adelante una nueva movilización es darle un margen de maniobra al Conseller del cual no dispone ante la comunidad educativa.
También es necesario intensificar la campaña de información y explicación entre los trabajadores del ataque que significa la LEC -algo que no van a hacer los medios de comunicación- y no sólo reivindicar su retirada . Hay que reclamar una ley educativa en beneficio de los hijos de los trabajadores y en defensa de la educación pública de calidad.

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