El pasado mes de marzo nos enterábamos por la prensa, al igual que los trabajadores y los estudiantes de los centros afectados, que la consejería de Educación de la Comunidad de Madrid ha decidido dejar de impartir la modalidad del bachillerato nocturno en seis institutos.
Como todavía no se han molestado en notificarlo oficialmente a los centros, ni siquiera sabemos cuáles son los motivos (más bien las excusas) que tienen para realizar dichos cierres. De llevarse a cabo esta medida, barrios obreros como el de Carabanchel, por ejemplo, con un cuarto de millón de habitantes, se quedarían sin un solo instituto que impartiese el nocturno. A los estudiantes afectados no se les ha dado todavía ninguna alternativa, con lo que tendrán que buscarse la vida el próximo curso para matricularse en otro centro, sólo que éste en vez de estar a media hora de casa igual está a una hora.
Si hoy cierran estos centros podemos estar seguros de que nunca más los van a abrir. Es más, a estos centros seguirán otros en próximos cursos, hasta convertir esta enseñanza en algo totalmente testimonial.
La realidad es que para Esperanza Aguirre y sus amigos empresarios mantener una etapa educativa a la que en su mayor parte acuden trabajadores es un despilfarro tremendo. Este último ataque forma parte de la política de acoso y derribo a la educación pública del PP. Constantemente se anuncian nuevos recortes en la educación pública y, al mismo tiempo, nuevas concesiones a la educación privada y privada concertada.
Ante este ataque profesores, estudiantes, asociaciones de vecinos, asociaciones de padres ya han empezado a organizarse con recogidas de firmas, comunicados, colgando pancartas de los institutos... Desde el Sindicato de Estudiantes hemos lanzado ya una campaña de denuncia de este ataque y realizaremos movilizaciones contra el cierre de los bachilleratos nocturnos y para defender el derecho de los trabajadores a seguir formándose. Hacemos un llamamiento a los dirigentes de CCOO y UGT a que convoquen con nosotros una huelga general de profesores en el bachillerato nocturno, que es la única posibilidad de frenar este ataque.
Como todavía no se han molestado en notificarlo oficialmente a los centros, ni siquiera sabemos cuáles son los motivos (más bien las excusas) que tienen para realizar dichos cierres. De llevarse a cabo esta medida, barrios obreros como el de Carabanchel, por ejemplo, con un cuarto de millón de habitantes, se quedarían sin un solo instituto que impartiese el nocturno. A los estudiantes afectados no se les ha dado todavía ninguna alternativa, con lo que tendrán que buscarse la vida el próximo curso para matricularse en otro centro, sólo que éste en vez de estar a media hora de casa igual está a una hora.
Si hoy cierran estos centros podemos estar seguros de que nunca más los van a abrir. Es más, a estos centros seguirán otros en próximos cursos, hasta convertir esta enseñanza en algo totalmente testimonial.
La realidad es que para Esperanza Aguirre y sus amigos empresarios mantener una etapa educativa a la que en su mayor parte acuden trabajadores es un despilfarro tremendo. Este último ataque forma parte de la política de acoso y derribo a la educación pública del PP. Constantemente se anuncian nuevos recortes en la educación pública y, al mismo tiempo, nuevas concesiones a la educación privada y privada concertada.
Ante este ataque profesores, estudiantes, asociaciones de vecinos, asociaciones de padres ya han empezado a organizarse con recogidas de firmas, comunicados, colgando pancartas de los institutos... Desde el Sindicato de Estudiantes hemos lanzado ya una campaña de denuncia de este ataque y realizaremos movilizaciones contra el cierre de los bachilleratos nocturnos y para defender el derecho de los trabajadores a seguir formándose. Hacemos un llamamiento a los dirigentes de CCOO y UGT a que convoquen con nosotros una huelga general de profesores en el bachillerato nocturno, que es la única posibilidad de frenar este ataque.