El Conseller de Hacienda, José Manuel Vela, y el presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, han aprobado un decreto-ley de recortes, de común acuerdo con la cúpula empresarial (Fabra se reunió de antemano para decidir sobre él). Este decreto, y decisiones posteriores, suponen el mayor ataque a los servicios públicos desde la transición [ver artículo de la página 13]. Y, por supuesto, el efecto sobre la enseñanza pública es demoledor.
Se recorta drásticamente los salarios de los profesores, de diferentes formas; el recorte implica cientos de euros mensuales, pueden llegar a ochocientos. A los interinos se les recorta un 33% de la jornada y el sueldo, despidiéndoles antes de las vacaciones para ahorrárselas. También se pierden diferentes conquistas sociales, como la cobertura salarial del 100% en todas las bajas laborales. Están proyectando el despido de interinos, que podría llegar a una cuarta parte de ellos, y para cubrir su trabajo pretenden aumentar la jornada lectiva a 3 horas. Esto es, más trabajo con menos manos, igual a sobrecarga de trabajo, saturación y caída de la calidad.Mientras tanto, los continuos impagos de la Generalitat crean una asfixia financiera a todos los centros. Hasta el 25 de enero los centros públicos no cobraron el tercer trimestre de 2011, y aún se les debe el cuarto. De esta forma, hay decenas de institutos sin calefacción, luz, o los materiales más básicos: toner para la fotocopiadora, tizas… En un colegio han pedido a los padres que sus niños lleven papel higiénico, en un ciclo de Prótesis Dental han hecho colecta entre los estudiantes para pagar el material de prácticas (dos mil euros), en una escuela de hostelería de Castellón quieren subrogar el contrato de limpieza (con el consiguiente despido de las nueve trabajadoras), obligando a los estudiantes a hacerse cargo de ella, y así un largo etcétera. No hay centro que no esté afectado. En muchos casos se han paralizado las actividades extraescolares, y las clases prácticas de FP. También los rectores han amenazado con cerrar la Universidad si no llegan los pagos de la Generalitat. Y el transporte escolar hará paro patronal si a mediados de febrero no cobra.
Profesores y estudiantes movilizados
Las ganas de responder a estos ataques son extraordinarias. Todos los días hay concentraciones frente a Conselleria (en el momento de escribir esto, es el turno de los directores de Primaria), manifestaciones (15.000 en Gandia), cortes de carreteras (200 estudiantes de Oliva en una, los profesores del Ciudad del Aprendiz en otra…), decenas de encierros los lunes y martes por la noche, y todo tipo de iniciativas. El movimiento está bastante organizado en el caso de los profesores, a través de los claustros, que en muchos casos se han coordinado a nivel de barrios o localidades.
Desde el Sindicat d’Estudiants pensamos que la única forma de parar esta agresión es un contundente plan de lucha que muestre, al menos, la misma determinación que tienen ellos. Un plan de menos a más que aproveche toda esta energía, concentrándola y unificándola. Creemos que los dirigentes de CCOO, UGT e Intersindical deben convocar, como primer paso, una huelga de toda la comunidad educativa (contando con la FAPA), y de todo el sector público. Los trabajadores públicos también están en movilización permanente; 300 médicos han demandado a los sindicatos, en una asamblea, la convocatoria de huelga. Este plan de lucha implica mucho más que poner una o varias fechas: significa realizar un plan masivo de asambleas, bien convocadas, donde debatir y decidir entre todos; significa una campaña no menos masiva de propaganda, dirigida a todos los usuarios, para fortalecer la evidente simpatía que ya existe a la lucha por parte de la mayoría de la población; significa también dar un mensaje muy claro a la Generalitat: o se retiran los recortes, o habrá huelga general.
Para implicar al máximo a los estudiantes en esta lucha, y presionar a los dirigentes sindicales en el sentido explicado, convocamos huelga el jueves 16, con manifestaciones en Valencia (12 horas, Facultad de Historia) y Castellón (12 horas, Pza. de las Aulas).
¡Es la hora de la lucha!