El Militante.— El 9 de mayo el Sindicato de Estudiantes, junto a las organizaciones sindicales y la CEAPA, convocó una huelga general estatal en la enseñanza pública contra la LOMCE. ¿Qué balance hacéis de esta movilización?
Tohil Delgado.— La movilización del 9 de mayo no se puede calificar más que de un completo éxito. Ha sido histórica en varios sentidos. Por un lado, era la  primera vez en la historia que se daba una huelga conjunta de padres, madres, profesores y estudiantes de todos los tramos educativos, desde infantil a universidad. Pero también lo ha sido por la masividad del seguimiento de la huelga y la afluencia multitudinaria a las manifestaciones de todas las ciudades, que ha sido la mayor de todas las protagonizadas por las “mareas” educativas. Ha sido una contundente demostración de fuerza del movimiento, que ha vuelto a dar un rotundo no a la destrucción de la educación pública.
EM.— El Consejo de Ministros del 17 de mayo aprobó el borrador de la ley. ¿Cuál ha sido la actitud del gobierno ante la movilización de la comunidad educativa?
Ana García.— La huelga del 9 de mayo fue un golpe tremendo para el Gobierno, por más que hayan tratado de minimizarla. El Partido Popular es muy consciente de que se ha quedado completamente solo defendiendo la LOMCE, y no nos referimos exclusivamente ni fundamentalmente al ámbito parlamentario. Lo más importante es que el PP ha perdido la batalla política de la opinión pública. Uno de los grandes logros de la movilización es que ha conseguido que millones de personas conozcan los auténticos objetivos de la ley Wert. Una contrarreforma que pretende devolvernos a la escuela franquista de los años 50, recuperando las reválidas, imponiendo itinerarios segregadores y clasistas para expulsar prematuramente a los jóvenes con mayores dificultades. Una contrarreforma que aumenta los privilegios de la Iglesia Católica y su control sobre la enseñanza, volviendo a hacer evaluable la asignatura de religión. Una ley que relega a un plano secundario las lenguas de las diferentes nacionalidades. Una ley que da por buenos los más de 60.000 despidos de profesores que se han producido este curso, así como el recorte de 5.000 millones de euros a la escuela pública. Una contrarreforma que destruye nuestro derecho a una enseñanza pública, gratuita, de calidad, laica y democrática. El rechazo social a la ley es muchísimo más amplio ahora que hace un año.
El impacto social de esta última huelga y las manifestaciones fue tal que el gobierno tuvo que retrasar la aprobación de la LOMCE, que habían anunciado a bombo y platillo justo para el día siguiente de la movilización, el 10 de mayo. Es verdad que finalmente se aprobó la semana siguiente, pero eso sólo demuestra el carácter dictatorial, autoritario y antidemocrático del PP, que gobierna en exclusiva para una minoría de privilegiados y que hace oídos sordos al clamor social que hemos visto a lo largo de todo el curso en las calles de cientos de ciudades en todo el Estado. Ahora bien, la aprobación de la ley no invalida para nada la idea en la que venimos insistiendo de que estamos ante un gobierno tremendamente débil; de hecho, queda más debilitado aún después de la movilización de este curso.
El Gobierno ha desafiado al movimiento con la aprobación de la ley en el Consejo de Ministros, quieren desmoralizarnos y hacernos creer que la movilización no sirve para nada y que la lucha en el terreno educativo ha concluido. Desde el Sindicato de Estudiantes decimos alto y claro que la lucha contra la LOMCE va a continuar y que es posible echarla atrás, que hay fuerza en el movimiento para hacerlo.
EM.— ¿Cuál va a ser el proceso de aprobación definitiva de la ley y qué continuidad va a dar el Sindicato de Estudiantes a la lucha?
TD.— El proyecto de ley ha pasado al trámite parlamentario. Después de la discusión en las Cortes tiene que ir al Senado y después volver a las Cortes para ser aprobada definitivamente. Salvo que habiliten el mes de julio para la discusión, la LOMCE se aprobaría en el otoño. No obstante, es importante resaltar otra de las conquistas del movimiento y es que, pese a que los planes del Gobierno era aprobarla en el mes de diciembre de 2012, las movilizaciones constantes y la oposición social tan fuerte que se ha generado les ha hecho dilatar el proceso mucho más allá de lo que ellos hubieran deseado. Como pronto esta ley no podrá aplicarse hasta el curso 2014/15. Hemos aplazado su aplicación ¡un año entero!
La propuesta que el Sindicato de Estudiantes ha hecho a las organizaciones de la comunidad educativa es que hay responder de forma inmediata y contundente a la aprobación de esta ley. Pensamos que los sindicatos de profesores y la CEAPA deben ponerse, junto con los estudiantes, a la cabeza de la movilización. Hay que dar otro gran golpe encima de la mesa antes de terminar el curso. En este sentido, las manifestaciones convocadas por la Plataforma Estatal en Defensa de la Escuela Pública, en la que participan los sindicatos de profesores, el Sindicato de Estudiantes y la CEAPA, para el 27 de junio en las principales ciudades del Estado es un paso importante para dejar las espadas en alto de cara al próximo curso. Efectivamente, proponemos que el próximo curso empiece con movilizaciones contundentes y por eso el Sindicato de Estudiantes ya ha anunciado que en octubre volveremos a salir a las calles con una nueva semana de lucha que incluya 72 horas de huelga. Pensamos que padres, madres y profesores tienen que estar con nosotros de nuevo, para demostrar al Gobierno que la lucha contra la LOMCE no sólo no ha terminado sino que va a más.
EM.— ¿Qué opináis sobre la actitud de los sindicatos respecto al gobierno del PP? ¿Cuál creéis que debería ser su línea de acción?
AG.— Con respecto a la política general de los sindicatos pensamos que la línea que están tomando los dirigentes de CCOO y de UGT de plantear pactos al gobierno del PP no es en absoluto acertada.

Muchos jóvenes y trabajadores no entendemos cómo pueden estar intentando pactar con un gobierno que se caracteriza por haber llevado a cabo los peores ataques a los trabajadores y los recortes más salvajes de nuestros servicios sociales. Además es evidente que los ataques van a continuar en todos los terrenos. La aprobación de la LOMCE, que implica una regresión brutal para las familias trabajadoras, es una nueva y poderosa razón para haber anunciado ya una huelga general. Lo que muchos pensamos es que los dirigentes sindicales deberían de dejar de dar balones de oxígeno a este gobierno reaccionario, exigir su dimisión y la convocatoria de elecciones anticipadas. Necesitamos un gobierno de la izquierda que, apoyándose en la movilización social, se enfrente seriamente a los grandes poderes económicos y ponga en práctica una política verdaderamente de izquierdas. Este es el sentir de la mayor parte de los trabajadores y la juventud.
EM.— Un argumento recurrente de la derecha es que, en última instancia, no hay más alternativa que los ajustes y los recortes? ¿Qué defiende el Sindicato de Estudiantes como alternativa a la crisis y a la política del PP?
TD.— En el fondo lo que nos quieren decir es que no hay alternativa al capitalismo. No estamos de acuerdo con esta afirmación. Por supuesto que hay alternativa. ¿Qué sentido tiene que haya paro masivo y pobreza cuando el nivel de desarrollo tecnológico es el más alto alcanzado en la historia de la humanidad? El problema está en que es una ínfima minoría la que posee los recursos financieros y económicos de la sociedad y los utiliza con un solo fin: la obtención de beneficios y la acumulación de riqueza y poder. Es completamente viable una educación, una sanidad y un trabajo digno para todos. La condición es que los grandes medios de creación de riqueza estén en manos de los trabajadores y al servicio de la mayoría.
Los diferentes gobiernos en Europa, y en todo el mundo, están tomando todas las medidas en el sentido opuesto: salvaguardar los beneficios de los capitalistas y preservar la supervivencia del sistema capitalista cueste lo que cueste. Pero la creciente movilización de la juventud y la clase obrera a nivel internacional, como la que estamos viendo en Grecia, Portugal, Italia o el Estado español, señala también dónde está la fuerza para acabar con el capitalismo y construir una sociedad socialista.

banneringles

banneringles

banner

banner

banner

banneringles

banneringles

bannersindicalistas

bannersindicalistas