Esta enorme demostración de fuerza reivindica en sí misma la necesidad de continuar la movilización contra la LOMCE, ya que aunque fue aprobada el 28 de noviembre por una mayoría parlamentaria, tiene un rechazo social abrumadoramente mayoritario. De hecho, gracias a la movilización y la denuncia de su contenido reaccionario por parte del Sindicato de Estudiantes y la comunidad educativa en lucha, el gobierno ha sufrido una estrepitosa derrota política en su objetivo de convencer o siquiera neutralizar a la opinión pública. Las condiciones para continuar y derrotar la ley son muy claras.
En los últimos meses del año hemos sido testigos de cómo con las luchas contundentes, con un plan de movilización en ascenso y con la amplia participación de los trabajadores, sí se puede obligar a retroceder al Partido Popular en sus planes de recortes y contrarreformas. El ejemplo más claro a este respecto lo tuvimos con los trabajadores de jardinería y limpieza viaria de Madrid hace unos meses, cuando con 1.100 despidos puestos encima de la mesa plantaron cara con una movilización ejemplar al ayuntamiento de la ciudad y le obligaron a retroceder completamente en sus ataques.

Por una huelga general educativa de 72 horas

Es por eso que, siguiendo este ejemplo, desde el Sindicato de Estudiantes continuamos defendiendo que la forma de echar atrás la LOMCE, frenar la inminente contrarreforma universitaria (que promoverá el cierre de facultades enteras, volverá a encarecer las matrículas universitarias y ahondará en la privatización de los órganos de gobierno universitarios), así como para evitar la degradación de la condiciones laborales del profesorado, que es la intención del PP con el anuncio de la elaboración del estatuto docente; es necesario seguir el camino de la lucha.
El ministro Wert ha ordenado la renovación completa de los libros de texto de 180 asignaturas para la aplicación de la LOMCE. Esto supondrá que ningún libro de años pasados servirá, garantizando un negocio multimillonario para las grandes editoriales que se harán de oro gracias a esta contrarreforma, mientras se anuncia una reducción de prácticamente el 40% en las ayudas para libros de texto en 2014.
Por todo esto, una vez más volvemos a insistir a las direcciones de CCOO, UGT, STES y la CEAPA en la necesidad de convocar lo antes posible una huelga general educativa de 72 horas, para que profesores, madres, padres y estudiantes multipliquemos por tres el tremendo éxito de la histórica huelga general del pasado 24 de octubre; y así obliguemos de una vez por todas al Ministerio a dar marcha atrás en su intención de devolvernos a las cavernas educativas del franquismo.

Fortalecer al movimiento estudiantil y luchar contra la vuelta del franquismo

Simultáneamente a la defensa de una nueva huelga general de toda la comunidad educativa el Sindicato de Estudiantes ha lanzado un campaña de insumisión a la LOMCE, impulsando asambleas de estudiantes en todos los centros de estduio, con la participación de los profesores y padres.
También impulsaremos una extensa campaña de actos públicos en institutos y universidades públicas sobre la memoria histórica, el significado de la dictadura franquista y la importancia que este tema tiene en la situación actual. El pasado mes de noviembre nos unimos a la querella argentina contra los crímenes del franquismo y sus responsables, que siguen totalmente impunes. En estos momentos, cuando todas las conquistas que la clase trabajadora arrancó a la dictadura franquista están en peligro —restricción de libertades públicas con la ley mordaza, restricción de derechos a las mujeres con el anteproyecto de ley del aborto, privatización y desmantelamiento de servicios públicos básicos como sanidad y educación, etc.—, se hace más necesario que nunca recordar quiénes son sus herederos y cómo hacerles frente. La lucha contra la derecha y contra el sistema capitalista es el mejor homenaje que los jóvenes y trabajadores podemos hacer a todos los luchadores que dieron su vida o que fueron represaliados por la dictadura, y gracias a los que durante décadas hemos disfrutado de una serie de derechos que ahora nos quieren volver a arrebatar.
Desde que comenzamos el curso, más de cuatro mil estudiantes se han afiliado al Sindicato de Estudiantes, y en estos momentos contamos con más de seiscientas asociaciones de jóvenes en todo el Estado. El gran paso adelante que hemos dado, organizando el movimiento estudiantil con un programa revolucionario, anticapitalista y de clase, es sólo el principio. Avanzar en la organización del movimiento es la mejor forma de prepararnos para hacer frente a los nuevos ataques que vienen por delante.

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