Esta nueva agresión sucedía a tan sólo unos días de que, fruto de la movilización social y de la denuncia política y pública que desde el Sindicato de Estudiantes realizamos contra la escalada de este tipo de ataques, la policía se viera presionada para detener a 12 fascistas. No obstante, la impunidad de la que gozan estos grupos no es ningún secreto y en sólo 24 horas, neonazis que han asaltado reuniones públicas y que han agredido a jóvenes que participaban en ellas, quedaban en libertad. ¿Qué hubiera ocurrido si en lugar de ser fascistas atacando a organizaciones de izquierda, se hubiera tratado de una quema de cajeros, o de una agresión a un policía? ¿Los tribunales, los jueces, actuarían con la misma permisividad? Mientras, día sí y día también, nos encontramos con penas de cárcel para sindicalistas o multas de cifras desorbitadas a los organizadores de manifestaciones, parece ser que la ley no funciona igual para todos.
¡No nos van a callar!
El objetivo de estos grupos fascistas es claro: quieren callar la voz de los que luchamos. Exactamente igual que ocurría durante el franquismo, estos grupúsculos siguen actuando de la misma manera y con los mismos objetivos, tratando de amedrentar a los activistas de la izquierda y acallar la protesta social en ascenso.
Pero no lo van a conseguir. En el caso de Málaga, el 19 de junio, el Sindicato de Estudiantes junto con Izquierda Unida, El Militante, PCE, Izquierda Anticapitalista, UJCE, UGT, Izquierda Socialista de Málaga, Juventudes Socialistas, CGT y CCOO organizamos una rueda de prensa para denunciar esta situación y presentar el manifiesto firmado por todas estas organizaciones contra la impunidad de las bandas fascistas.
También el Sindicato de Estudiantes ha acudido a las organizaciones sociales y de la izquierda de ámbito estatal para reclamar su apoyo y solidaridad. Inmediatamente hemos recibido la solidaridad, no solamente de cientos de activistas a nivel individual, sino de organizaciones como Izquierda Unida, CCOO, UGT, STES, CGT y muchos otros colectivos sociales. Con ellas hemos hecho un manifiesto en el que se exige la disolución de las bandas fascistas así como juicio y castigo ejemplar contra quienes realizan y promueven estas acciones de acoso, persecución y agresiones.
Ante este llamamiento a la solidaridad con el Sindicato de Estudiantes, la respuesta de la dirección de CEAPA, a través de la persona de José Luis Pazos, fue que no firmarían el manifiesto de apoyo argumentando que no podían reunir a su junta directiva. Estamos completamente escandalizados con esta negativa y no entendemos esta actitud, a nuestro juicio, completamente injustificable. ¿Acaso hay algún padre que no esté en contra de este tipo de acciones criminales que atentan contra nuestros derechos e incluso la integridad física de nuestros compañeros? ¿Cómo se puede permanecer en silencio ante los ataques de los fascistas contra una organización juvenil que lucha por la escuela pública? Si estos elementos fascistas le dieran una paliza a uno de nuestros compañeros ¿también tendríamos que esperar quince días para que la dirección de la CEAPA discutiese si está a favor o en contra?
Pensamos que ante acciones de tal calado, la respuesta debe ser inmediata y rotunda, como así lo han hecho las demás organizaciones sin dudar un momento. Si mañana atacasen un local de CEAPA, nosotros seríamos los primeros en salir públicamente apoyando a los compañeros. Pedimos a la junta directiva de CEAPA que rectifique su posición y participe de este frente unido contra las agresiones fascistas y para defender los derechos de todos: de los padres y madres, profesores, trabajadores en general y jóvenes que seguimos en la lucha por un futuro digno.
Unidad de acción de la izquierda que lucha para parar las agresiones fascistas
De hecho, la respuesta del resto de organizaciones ha sido completamente diferente, dando su apoyo desde el primer momento. En especial Izquierda Unida que ha sufrido varios asaltos y agresiones por parte de estos grupos en los últimos meses, y que también salió públicamente el pasado 17 de junio junto al Sindicato de Estudiantes en una rueda de prensa para denunciar esta situación. En la misma, que contó con la presencia de Enrique Santiago (responsable de Movimientos Sociales de IU), Fran Pérez (responsable de Derechos Humanos de IU), Beatriz García (responsable de Organización del Sindicato de Estudiantes) y Tohil Delgado (presidente del Sindicato de Estudiantes), se expuso la escalada de agresiones a las organizaciones de izquierdas en los últimos meses: intentos de reventar los actos públicos que organizamos en defensa de la educación pública o en solidaridad con la querella argentina; asaltos a locales públicos y casetas en fiestas populares; intentos de romper manifestaciones contra los recortes en educación; amenazas personales a los portavoces de estas organizaciones (a Tohil Delgado del SE o la aparición de pintadas de carácter fascista contra el dirigente de Podemos, Pablo Iglesias) o incluso agresiones físicas, como la que sufrió Enrique Santiago, que acabó con dos dedos rotos en el cierre de la campaña electoral, y palizas como la que hace pocas semanas propinaban a jóvenes de izquierda en la plaza mayor de Valladolid, para acabar con la denuncia de la impunidad de la que estos grupos gozan a pesar de sus acciones criminales contra los activistas de la izquierda.
Sabemos que la forma de pararles los pies a los grupos fascistas es a través de la organización y la unidad de acción de las organizaciones que luchan, continuando con la denuncia pública y la movilización en las calles. Precisamente para evitar lo que ellos quieren, que es, acallar la voz de la protesta social, desde el Sindicato de Estudiantes, vamos a lanzar una campaña pública para implicar a los sindicatos, organizaciones de izquierda y demás colectivos sociales a no permitir ni un paso más por parte de estos grupos de extrema derecha.