Los trabajadores de Montrasa-Maessa en la planta avilesina de Alcoa iniciaron el día 5 de abril un encierro indefinido en la factoría en defensa de sus puestos de trabajo, después de que su empresa les entregase el pasado 23 de marzo las cartas de despido tras haber renunciado al contrato con la multinacional. Los trabajadores, algunos con más de treinta años de antigüedad en el mismo trabajo, también han decidido acudir a la vía judicial para exigir su integración en la plantilla de la aluminera o, en su defecto, la recolocación en otras empresas auxiliares.
Los 34 afectados que forman parte del contrato de “Obra civil y apoyo a la fundición y electrolisis” ya sufrieron hace un año otra situación similar cuando la anterior adjudicataria, Jofrasa, renunciara al contrato debido a las nuevas condiciones impuestas por la multinacional. Según Ricardo Martínez, presidente del comité de empresa de Montrasa, las condiciones que impone Alcoa son inasumibles para las auxiliares. De hecho, al nuevo concurso convocado para sustituir a Montrasa no se ha presentado ninguna compañía; la intención de quitarse de encima a estos trabajadores y que sus tareas las asuman los de la empresa matriz parece clara.
Desde estas páginas queremos transmitir todo nuestro calor y solidaridad a estos trabajadores, y nuestro apoyo a su reivindicación de ser integrados en la plantilla de la empresa. Rechazamos que estas tareas sean asumidas por los propios trabajadores de Alcoa porque supondrá no sólo la destrucción de muchos puestos de trabajo, sino porque redundará en un aumento de la carga de trabajo para la plantilla de Alcoa, con el consiguiente deterioro de las condiciones de trabajo y la merma que esto supone para la seguridad y calidad en el empleo.
¡Basta de destrucción de empleo!
¡Basta de precariedad laboral!