La dirección de Airbus en la factoría de Puerto Real (Cádiz) despidió a un trabajador, de 58 años y 35 de antigüedad, por llevar una larga temporada cogiendo bajas por enfermedad. Además, no renovó a catorce eventuales contratados por una ETT, a los que Airbus estaría ya obligada a incluir como eventuales de la compañía de haber sido prorrogados sus contratos, al llevar 23 meses y 30 días trabajando.

Estas medidas son un intento descarado de amedrentar a los trabajadores de cara a intentar imponer un recorte de 850 empleos en todo el Estado.

Nada más conocer estos nuevos atropellos patronales, la plantilla decidió uná­nimemente en asamblea ir a la huelga hasta que se readmita al compañero y se renueve a los eventuales.

Este estallido es un episodio más de la rebelión obrera que se está viviendo en la Bahía de Cádiz, cuyo episodio más significativo ha sido, hasta el momento, la exitosa huelga general del metal del 13 de junio, contra la que los dirigentes de CCOO y UGT hicieron frente único con la patronal.

Después de cinco días consecutivos con la planta paralizada, el comité intercentros de Airbus —con CCOO y UGT a la cabeza—, completamente superado por la acción de los trabajadores, maniobró para encauzar la explosión de indignación de la plantilla y diluirla en acciones estériles. Así, propuso votar en referéndum abandonar la huelga indefinida en la planta de Puerto Real y convocar el 26 de junio una huelga de dos horas en todas las factorías del estado, con el resultado de 223 votos a favor y 107 en contra. Huelga que fue secundada por prácticamente el 100% de la plantilla.

Hay que ser claros. Se trataba de una propuesta trampa, ya que se podría haber mantenido perfectamente la huelga indefinida en Puerto Real —foco del conflicto— mientras se extendía la protesta a las factorías del resto del estado, dentro de un plan de lucha para ir redoblando la presión sobre la empresa. Pero nada de esto era el objetivo de los dirigentes sindicales del intercentros, como demuestra su negativa a plantear ninguna otra acción tras el 26 de junio.

Estas maniobras desmovilizadoras ya están teniendo respuesta. El jueves 5 de julio CGT en Airbus Puerto Real y El Puerto (CBC) han convocado huelga de cuatro horas para mantener las movilizaciones y exigir que sean las asambleas las que decidan sobre su continuidad. Hay que luchar por unificar, de verdad, la lucha de los trabajadores de Airbus, de Navantia y de toda la industria auxiliar en todo el Estado, sólo así pondremos freno a la ofensiva patronal y recuperaremos los derechos laborales perdidos.

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