Alsea-Zena es el mayor grupo de hostelería del Estado español y América Latina. Cuenta con importantes marcas como Burger King, Domino’s Pizza, Vips o Starbucks, con una facturación anual de 2.000 millones de euros y cerca de 80.000 trabajadores, 36.000 en el Estado español. Su principal dueño, Alberto Torrado, ocupa el número 32 en la lista Forbes. Sabemos muy bien cuáles han sido los pilares sobre los que se ha cimentado su riqueza: salarios de absoluta miseria, horas extra impagadas y ritmos de trabajo frenéticos. La situación es tan precaria que la duración media de un trabajador en esta compañía es de seis meses.

Con la crisis desatada por el coronavirus, la precariedad se ha vuelto completamente insostenible. Desde el primer día nos negaron cualquier tipo de protección frente a la pandemia. Tras esta gestión absolutamente negligente, decidieron mandarnos a casa con la intención de aplicar un ERTE, que desde CGT hemos denunciado. Una empresa como Alsea debe asumir con sus beneficios multimillonarios el pago del salario de todos sus trabajadores. ¡Es completamente bochornoso que pretendan que seamos los trabajadores quienes asumamos esta crisis!

Sin embargo, los tres sindicatos mayoritarios (FETICO, CCOO y UGT) aceptaron sin ningún tipo de resistencia todas las exigencias de la empresa, justificándolo ante la plantilla y abocándonos no solo a un ERTE donde cobraremos el 70% de nuestros bajísimos ingresos, sino permitiendo que la empresa se desentienda del pago de nuestros salarios hasta que la Administración comience a pagar nuestro paro. Muchos trabajadores nos estamos viendo ya condenados a tener que sobrevivir durante el mes de abril con salarios de 300, 200 o incluso de 100 euros, colocando a miles de familias ante el dilema de pagar el alquiler y los suministros básicos o llenar la nevera. ¿Se han parado a pensar los directivos de la empresa o los dirigentes sindicales que han avalado el ERTE cómo va a afectar esto a los trabajadores que tengan hijos o alguna carga familiar? Sí, pero les da igual, Álvaro Salafranca, director general de Starbucks en España y Portugal, nos ha recomendado “cultivar la paciencia en estos tiempos tan difíciles”, aquí vemos el cinismo y crueldad de estos buitres.

El Gobierno de coalición ha podido conformarse gracias al apoyo masivo de los trabajadores y trabajadoras. Un apoyo que se dio precisamente para que en momentos como el actual nos protegiesen frente a los abusos de la patronal. Ante esta situación crítica, el Gobierno debe tomar cartas en el asunto. El Ministerio de Trabajo, dirigido por Unidas Podemos, tiene la oportunidad de demostrar que las cosas se pueden hacer de forma muy distinta, en beneficio de la clase obrera, pero para eso es necesario pasar de las palabras a los hechos y confrontar con los poderes económicos, no plegarse a ellos.

Los trabajadores no vamos a esperar con los brazos cruzados. Un ambiente de completa indignación recorre a las plantillas, especialmente ante la actuación penosa de CCOO y UGT, que no han presentado ni un ápice de resistencia. Fruto de ello, sindicatos combativos como CGT, sin representación sindical, hemos sido capaces de establecer una referencia y canalizar el malestar y las ganas de luchar de un sector de la plantilla. ¡Qué podrían haber hecho CCOO y UGT con todos sus delegados e infraestructura!

Ahora estamos confinados, lo que limita que podamos plantar batalla, pero cuando esto acabe estaremos preparados para seguir construyendo con más fuerza una alternativa sindical combativa, junto a la plataforma Alsea en Lucha y otros sindicatos, que permita que las y los trabajadores podamos tener una representación sindical a la altura de las circunstancias.

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