Todas y todos a la concentración | Jueves 5 de junio, 19:00h. Plaza del Ayuntamiento (Xixón)
El 1 de junio, el juez Lino Rubio Mayo —viejo conocido por su represión contra activistas sindicales y sociales en Asturies— dictó un Auto que ordena el ingreso en prisión de las 6 militantes de CNT Xixón condenadas por participar en el conflicto laboral de la pastelería La Suiza. El delito: protestar pacíficamente frente al local de trabajo para denunciar el acoso sexual y la explotación laboral sufrida por una trabajadora embarazada.
Con esta decisión se consuma una infamia que no es nueva, sino parte de una escalada represiva organizada contra quienes luchan. Lino Mayo, como hizo antes con los compañeros Cándido y Morala, o con otros militantes obreros, vuelve a usar su posición en la justicia para castigar a la clase trabajadora.
Esta vez niega la suspensión de la condena de tres años y medio de prisión con el argumento de que “no hay arrepentimiento” porque las compañeras han protestado contra la sentencia y porque fue el sindicato quien pagó la indemnización a la empresa, no a título personal. Una aberración jurídica que refleja la herencia franquista del aparato judicial español.
Esta sentencia ataca directamente derechos fundamentales ganados con lucha y sacrificio por la clase trabajadora: la libertad sindical, de expresión y de manifestación. Según el juez, ejercer presión sindical con concentraciones, megafonía y reparto de panfletos son “coacciones graves” que justifican cárcel. Es un paso más en la estrategia del Estado capitalista para criminalizar la protesta y desactivar cualquier organización combativa.
Mientras al empresario se le reconoce una indemnización por un supuesto “daño moral” y “pérdidas económicas” —cuando ya había puesto el negocio a la venta antes de las protestas—, a las trabajadoras que denunciaron la explotación se les manda a prisión por defender sus derechos.
No se trata de un hecho aislado. Esta decisión forma parte de una escalada represiva muy planificada por parte de la extrema derecha, del aparato del Estado, que busca amedrentar y amordazar a aquellos que luchamos en los movimientos sociales, en el movimiento estudiantil y antifascista, en el sindicalismo de clase y combativo. Una ofensiva de la que son víctimas también los 6 de Zaragoza, Pablo Hasél, las 7 de Somosaguas, los 7 de Acerinox… La lista desgraciadamente cada vez es más larga.
Y lo más escandaloso es que esto ocurre no con la derecha y la ultraderecha del PP y Vox en el poder, sino con el Gobierno del PSOE y Sumar. Se autoproclaman “progresistas y antifascistas”, pero en los hechos dan alas a estos reaccionarios con su silencio cómplice e inacción, permitiendo que se persiga, reprima y encarcele a activistas y trabajadores en lucha. No solo eso, forman parte de esta estrategia represiva como se demuestra con la negativa del Gobierno a indultar a los 6 antifascistas de Zaragoza o con los numerosos casos de infiltración policial en los movimientos sociales destapados en los últimos años.

El mensaje es claro para todo el movimiento: “Si protestas, si organizas un piquete, si señalas a un empresario acosador, acabarás en la cárcel”. Eso es lo que pretenden. Pero no lo van a lograr.
Desde el Sindicato de Estudiantes e Izquierda Revolucionaria lo decimos alto y claro: no permitiremos que encarcelen a nuestras compañeras por luchar. La respuesta debe ser firme y unitaria. Hace falta movilización y organización en cada espacio de trabajo, barrio y centro de estudio para hacer frente a esta injusticia.
Llamamos al conjunto de la clase trabajadora y la juventud a solidarizarse con las 6 de La Suiza y participar en la concentración del jueves 5 de junio a las 19:00h. en la Plaza del Ayuntamiento de Gijón. Porque ¡hacer sindicalismo no es delito!
Rechazamos esta sentencia y nos preparamos para responder con más lucha en las calles. Es necesario una movilización sostenida, que se amplíe y extienda, que vaya a más, y que plantee ya por parte de los todos los sindicatos de clase la organización y convocatoria de una huelga general en Asturias para evitar la entrada en prisión de las 6 compañeras de La Suiza y defender los derechos sindicales del conjunto de la clase trabajadora. Esta sentencia es un ataque frontal a la libertad de sindicación y al derecho a la protesta contra los ataques patronales. ¡No podemos permitirlo! Esta sería la mejor manera de endurecer la lucha, poder frenar la represión y defender nuestros derechos.
Las 6 de La Suiza no están solas ni lo estarán jamás. Cada ataque a un trabajador o trabajadora organizada busca intimidar y dividir, pero nuestra fuerza está en la solidaridad obrera y en mantenernos firmes para seguir peleando por nuestros derechos.
¡Basta de criminalizar el sindicalismo combativo!
¡Fuera jueces fascistas del aparato judicial!
¡Libertad inmediata para las 6 de La Suiza!