Los trabajadores del Ayuntamiento de A Coruña llevan más de un año de movilización para conseguir unas mejores condiciones de trabajo. Después de todo este tiempo y tras gran número de concentraciones decidieron, hace poco más de un mes, acampar por turnos en el Obeslisco (en pleno centro de la ciudad). Esta acción la acompañan con una recogida de firmas entre los ciudadanos y tienen previsto permanecer allí hasta el día de las elecciones municipales si el alcalde no accede a negociar. Todos los sindicatos a excepción de UGT apoyan estas movilizaciones.
Esta forma de lucha, que recuerda de alguna manera las movilizaciones de los trabajadores de Sintel, está levantando mucha solidaridad entre amplios sectores de la ciudadanía y está poniendo en evidencia como alcaldes que se llaman socialistas no tienen ningún reparo en recortar los derechos de los más desfavorecidos entre los funcionarios. Así, mientras los de arriba se imponen sueldazos de varios miles de euros, 250 de los 1.500 trabajadores del Ayuntamiento no alcanzan los mil euros al mes y, a esto, habría que añadir que más de la mitad de la plantilla está percibiendo retribuciones por debajo de su categoría profesional. También es denunciable el hecho de que la concejala de personal y el alcalde, señor Losada (sucesor del vaticanizado Francisco Vázquez), permitan que algunos ganen todos los meses con las horas extras lo mismo que otros compañeros con todo su sueldo.
Es inmoral que concejales socialistas permitan que ciertas personas cobren de media más de mil euros al mes en horas extras cuando hay miles de coruñeses en paro y muchas plazas vacantes en el organigrama (bomberos, policías municipales, personal de oficinas, colegios y un largo etcétera). Para el alcalde el trabajo a turnos, con noches y festivos, vale 30 euros; sin embargo a otros les paga 500 euros por asistir a una reunión en Emalcsa (compañía de aguas).
Esta patronal política, con su actitud cada vez más prepotente y repleta de ilegalidades, perjudica al servicio público porque le estorba y fiscaliza demasiado, primando la precariedad laboral entre los trabajadores. Hasta el momento el alcalde ha incoado ya 90 expedientes disciplinarios, pero los funcionarios siguen con la moral muy alta y dispuestos a dar batalla hasta el final. Además con sus muestras de solidaridad con otros colectivos están ganando las simpatías de amplios sectores de la población a su lucha. Fue significativo cuando el pasado 23 marzo en una manifestación contra los 179 despidos en Atento hicieron acto de presencia con sus bocinas recibiendo un gran aplauso por parte de los más de 7.000 trabajadores allí reunidos.
¡Por unas condiciones
de trabajo dignas!
¡Por un ayuntamiento
al servicio de los trabajadores
y no de los especuladores!