El 26 de septiembre se celebró en Oviedo la asamblea congresual de la sección sindical de Correos de CCOO Asturias, inscrita en el proceso del X Congreso Confederal del sindicato. En dicha asamblea defendí ocho enmiendas al documento confederal, aprobadas como mayoritarias (1 voto en contra, 21 abstenciones y 89 votos a favor). Este resultado es una muestra muy clara de que los afiliados de CCOO tienen muchas ganas de luchar y de tener una alternativa coherente a los ataques del PP y a la crisis capitalista.
Por un sindicalismo combativo
El documento confederal insiste en la “necesidad de restablecer el diálogo social” con el gobierno. En contraposición las enmiendas 7ª y 8ª defienden que “la política del mal llamado diálogo social debilitó al movimiento obrero porque condujo a un sindicalismo de gestión. En ellas se plantea otro modelo sindical al actual, que tantas derrotas ha cosechado: “Hace falta un sindicalismo combativo, de clase y democrático”, “que rechace todos los recortes”, “que unifique y extienda las luchas”, “que considere que la negociación sólo tiene sentido si se apoya en la movilización”, “que no dependa económicamente del Estado”.
Como afirma la enmienda 8ª, la recesión no ha puesto en crisis el sindicalismo de clase (más necesario que nunca), sino un determinado modelo sindical: “Para acabar con el actual desprestigio de los sindicatos es necesario recuperar un sindicalismo dispuesto a enfrentarse con el capital”, “Un sindicalismo que ponga las decisiones realmente en manos de los trabajadores y las asambleas”.
La crisis y su alternativa
Las cinco primeras enmiendas definen la naturaleza de la crisis que padecemos y aportan una alternativa real para salir de ella.
La enmienda 1ª caracteriza la crisis como “una crisis de sobreproducción”, “el mercado mundial está saturado y las mercancías no encuentran mercados”. Por lo tanto, ante la falta de negocio, los capitalistas, para mantener alta su tasa de beneficios deben de extraer más plusvalía de los trabajadores, es decir, explotarnos más y privatizar los servicios sociales. No es una cuestión de mala fe, es la naturaleza del sistema capitalista.
La enmienda 2ª rebate la idea de que pueda existir una suerte de capitalismo de rostro humano: “No hay capitalismo malo y otro bueno”, “el problema no es el modelo capitalista (neoliberalismo o keynesianismo) sino el propio sistema”.
¿Cuál es entonces la alternativa? Para responder a esta pregunta la enmienda nos remite a los principios de los estatutos de la Confederación: “CCOO se orienta hacia la supresión de la sociedad capitalista y la construcción de una sociedad socialista democrática”.
La necesidad del socialismo respaldada con entusiasmo
En sintonía con esta idea fundamental, las enmiendas 5ª y 6ª señalan: “La lucha sindical no puede convertirse en un fin en sí mismo (…) CCOO aspira a una sociedad con pleno empleo en la que la aplicación de los enormes avances tecnológicos al proceso productivo repercuta favorablemente en la sociedad”. “Esta sociedad es perfectamente posible a condición de que nos liberemos del control reaccionario que un reducido número de monopolios, bancos y grandes capitalistas ejercen sobre la riqueza del mundo”. Para ello se defienden medidas como: “la nacionalización de la banca, las grandes empresas y los latifundios, sin indemnización salvo en casos de necesidad comprobada” y “el control obrero en todas las empresas públicas, con la participación del Estado, los sindicatos y los propios trabajadores en la gestión”. “Tenemos un modelo alternativo al capitalismo, el socialismo, donde la participación democrática de la población controlando los medios de producción y liberando la actividad económica de la lucha por el máximo beneficio a través de la economía planificada, haría posible la sociedad de pleno empleo provocando una auténtica revolución en la cultura, la técnica y el bienestar de todos”.
La aprobación mayoritaria del texto de estas enmiendas por parte de los afiliados a CCOO de Correos en Asturias son un síntoma muy claro del nuevo periodo histórico en el que hemos entrado. En la asamblea se respiraba un ambiente muy favorable a impulsar un profundo cambio en la manera de hacer sindicalismo por parte de la dirección. Ya es hora de empezar a frenar los ataques. Es evidente que el callejón sin salida del capitalismo también está llevando a un profundo cuestionamiento del mismo, y la defensa del socialismo, que hace bien poco podía parecer utópica entre muchos sindicalistas fue apoyada con bastante entusiasmo en el debate. Cada vez más, la idea del socialismo aparece de una manera natural en la mente de los trabajadores más conscientes, no como una buena idea sino como una auténtica necesidad. ¡Hay que conseguir que este debate se plantee en todas las asambleas y en el mismo congreso confederal!
¡Vivan las Comisiones Obreras!