Entrevista a Jesús Mijarra, secretario general del sindicato de limpieza de CGT

Los trabajadores de recogida de residuos sólidos urbanos de Madrid (RSU), pertenecientes a la empresa Fomento de Construcciones y Contratas SA, han protagonizado los días 17, 18 y 19 de noviembre tres jornadas de huelga. Hablamos del conflicto con Jesús Mijarra López, secretario general del sindicato de limpieza, mantenimiento urbano y medio ambiente de Madrid de CGT.

El Militante.— ¿Qué os lleva a los sindicatos a convocar los paros?
Jesús Mijarra López.— A finales de este año termina el contrato con la empresa que hasta ahora viene prestando el servicio de recogida de basura en los distritos de la periferia (en 2015 lo hará el del distrito centro, por ser más grande va aparte) y el ayuntamiento ha presentado un pliego con las nuevas condiciones que supone un recorte importante de los recursos destinados a este servicio.
Los puntos más importantes recogidos en el nuevo pliego son: el recorte de la semana laboral, la basura se recogerá de lunes a sábado, no habiendo recogida ni domingo ni festivos; se pretende ahorrar costes y plantean a las empresas la necesidad de “buscar nuevos sistemas innovadores de recogida”. El ayuntamiento deja la concreción del “nuevo sistema” a las empresas. Es aquí donde consideramos que está el quid de la cuestión. Toda esta palabrería se plantea porque el dinero que quieren destinar al servicio sufrirá un drástico recorte que hará imposible mantener el servicio al nivel actual, más si tenemos en cuenta que las empresas privadas que optan a hacerse con él lo hacen para ganar dinero. Entre el ayuntamiento y las empresas intentarán cargar el recorte a la plantilla. Pretenderán que menos trabajadores, con menos salario, abarquemos más o igual trabajo que ahora.
EM.— ¿Qué valoración hacéis de los días de huelga ya realizados?
JML.— Estas jornadas de huelga, convocadas por los tres sindicatos (CCOO, CGT y UGT) que tenemos representación en los comités de los tres centros de trabajo en los que está distribuida la plantilla, ha tenido un seguimiento masivo entre la plantilla. El objetivo era defendernos de un futuro ataque: lanzar una seria advertencia al ayuntamiento y dar un serio toque de atención a la futura empresa adjudicataria; esta plantilla no va a aceptar recortes en sus condiciones de trabajo.
A la vez con la huelga pretendíamos concienciar a los ciudadanos del problema que se viene encima con la recogida de basura por la política de recortes en servicios sociales del ayuntamiento. Queríamos trasladar a la opinión pública que luchamos también para que se mantenga la calidad del servicio como se viene haciendo hasta ahora. El ciudadano de este municipio lo paga por partida doble (IBI y tasa de Basura), lo que además es un argumento más contra los recortes planteados. En ese sentido estamos satisfechos con los resultados, aunque las espadas siguen en alto.
EM.— ¿En qué situación se encuentra el conflicto? ¿Hay previstas nuevas acciones?
JML.— Estamos a la espera de la entrada de la nueva empresa que se haga cargo del servicio. Aunque somos conscientes de que, en las actuales condiciones del pliego, la empresa que sea, intentará recortar costes de forma drástica. Un ejemplo gráfico: la plantilla total es de aproximadamente 1.500 trabajadores en las dos zonas (centro y periferia). La periferia cuenta con unos 1.100 trabajadores y el pliego del ayuntamiento plantea que el actual servicio puede realizarse con 500 trabajadores.
En condiciones parecidas lo que suele pasar es que las empresas maniobran para presionar al ayuntamiento a que incremente el dinero a destinar al servicio. Normalmente las empresas suelen no pujar en estas condiciones, lo que teóricamente obliga al ayuntamiento a aumentar la dotación económica en el pliego de condiciones. Nosotros seguimos atentos a los acontecimientos habiendo dejado claro que no vamos a aceptar ningún recorte.
EM.— ¿Habéis planteado la coordinación con otros sectores que también están en lucha en Madrid y dirigiros a la opinión pública para ganar su apoyo?
JML.— Sí, estamos trabajando con asociaciones de vecinos, que aunque hoy tienen un área de difusión y trabajo limitados, nos parece importante involucrarlas; también desde los sindicatos de los comités hemos repartido propaganda entre los ciudadanos. Somos conscientes de que ganar a la opinión pública es vital. En Madrid hay un ambiente de lucha y reivindicativo, sobre todo después de la marcha minera, acontecimiento que según mi opinión supuso un antes y un después.
Las espadas siguen en alto. Los trabajadores de este sector estamos preparados para dar una respuesta contunde si el ayuntamiento y la empresa que sea tienen la intención de recortarnos derechos y empeorar el servicio. Si nos obligan a luchar llevaremos la pelea hasta donde haga falta.

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