¡Queremos nuestra parte!
Los trabajadores de Pull&Bear en Narón afrontamos este año una nueva negociación del acuerdo de empresa con la multinacional Inditex, en la que sin duda tendremos que luchar para mejorar nuestras condiciones, como ya hicimos en la anterior (2010), que acabó en una gran victoria (16,5% de subida salarial en tres años y otros avances) sobre la empresa. De aquel proceso, que duró diez meses, tanto el comité como los trabajadores extrajimos importantes lecciones, aunque la más importante para la plantilla fue sin duda que la lucha sirve.
Cometeríamos un error si pensáramos que a día de hoy las condiciones son las mismas que hace 3 años. Para empezar, la crisis es mucho más profunda, hay más miedo a perder el empleo por parte de algunos trabajadores. Además Inditex, al igual que toda la burguesía mundial, está envalentonada, y quiere hacer pagar el peso de la crisis sobre los trabajadores. Pero no es menos cierto que Inditex bate sus propios récords de beneficios trimestre a trimestre, que en 2012 ganó un 22% más respecto al año anterior, con un beneficio neto de 2.361 millones de euros y que Amancio Ortega posee la tercera fortuna más grande del planeta. Por eso no nos cuelan el aprovecharse de la crisis para recortar los costes salvajemente, por ejemplo en materia de prevención, y para aumentar la explotación de los trabajadores, incluyendo por supuesto a los subcontratados, que como siempre se llevan la peor parte.
No a la oferta empresarial
Por eso rechazamos la última oferta salarial de la empresa (5% este año, 4,5% en 2014 y 3,75% en 2015), además de un 1,25% en un plus ligado a la productividad de tres tareas del almacén, plus que sería un retroceso ya que haría aumentar las diferencias y la competencia entre los compañeros, hablando claro, más explotación.
Como decimos, Inditex intenta hacernos ver las cosas a través de su perspectiva capitalista. Una de las herramientas que tienen dentro del almacén es el colectivo de los jefes de equipo, tradicionalmente más cercano a la empresa y con una visión más individualista. A pesar de esto, en 2010 tres jefes de equipo participaron en la lucha convencidos de que sus intereses eran los de toda la plantilla, contribuyendo con su actitud a dar ánimos a los trabajadores. Una vez firmado el acuerdo en 2010, la empresa se reunió con cada jefe de equipo individualmente diciéndoles que estaban encantados con su trabajo y dándoles un caramelo a modo de complemento salarial entre los 100 y los 250 euros mensuales, además les dio un nuevo uniforme (ropa de calle) y con esto les eximió de todas las tareas físicas (que antes realizaban ocasionalmente), intentando diferenciarlos aún más del colectivo de mozos de almacén. Ahora, la empresa les quiere cobrar todo eso (alguno creía que no les iba a condicionar aceptar los dulces) mandándoles defender sus posturas dentro del almacén para que en las cabezas de los trabajadores se instale la lógica empresarial y el pensamiento más conservador. Pero no les funciona porque a través de nuestras propias experiencias la plantilla ha adquirido la suficiente madurez como para tener nuestra propia perspectiva, la de la clase obrera.
Dentro del Grupo Inditex, en Pull nos sentimos como trabajadores de segunda división, ya que la empresa juega al divide y vencerás, teniendo trabajadores haciendo lo mismo pero cobrando en torno a un 25% más sólo a 50 kilómetros, en Zara Logística, y además evitando que coincidan los periodos negociadores de las distintas empresas del Grupo. Un mayor nivel de organización de los trabajadores de todo Inditex haría más vulnerable a la empresa frente a nuestras reivindicaciones. Desde Pull debemos luchar también por sentar las bases para una futura acción conjunta a nivel estatal, que sin duda nos repercutiría positivamente.
Ya hemos aprobado en asamblea el movilizarnos para luchar por nuestra plataforma porque los trabajadores de Pull sólo somos culpables de una cosa, y es de generar beneficios y contribuir al enriquecimiento brutal de una minoría que no tiene límites ni escrúpulos. Así que sin más les decimos: ¡Queremos nuestra parte!
