La fábrica de Santa Perpètua es la que se lleva la peor parte, ya que pasaría de los 234 trabajadores actuales a tan solo 60. Ni siquiera la producción se puede mantener con una plantilla tan reducida. A pesar de que en el cómputo global de las votaciones en todas las fábricas se rechazó el ERE, este se acabó firmando por la mayoría de representantes del comité intercentros (6 de UGT y 3 de CCOO) el 25 de noviembre.
La huelga de Panrico, que se ha convertido en la huelga más larga desde 1976 en Catalunya, es un referente de lucha para miles y miles de trabajadores que se enfrentan al chantaje empresarial. De hecho, su reivindicación es muy clara: “0 despidos, 0 rebajas”.
Los dirigentes sindicales, y particularmente de CCOO de Catalunya y Barcelona, tienen la obligación de hacer mucho más de lo hecho hasta ahora en apoyo a la huelga de Panrico. Esta lucha ha suscitado una gran simpatía por parte de los trabajadores en Catalunya y fuera de ella, los dirigentes sindicales tienen la posibilidad y la responsabilidad de dar un cauce para que toda esta solidaridad se exprese, se organice y se convierta en un movimiento muy potente. Hay condiciones para ello. El comité de huelga de Panrico ha convocado una manifestación de solidaridad en Sabadell el 7 de febrero, que será masiva con toda seguridad. Pero inmediatamente después debe prepararse otra gran manifestación en Barcelona. Hay que unificar la lucha de Panrico con otras luchas, como la de los trabajadores de TV3 o la del Metal y preparar el terreno para huelga general en Catalunya. Como se ha demostrado con la lucha de los vecinos de Gamonal, la de los trabajadores de la basura de Madrid o de la Marea Blanca, ¡sí se puede ganar esta lucha!
Reproducimos la entrevista que realizamos en la fábrica de Santa Perpètua a Beatriz Arenas, miembro del comité de empresa de Panrico por CCOO.

El Militante.— Lleváis más de tres meses de huelga indefinida, ¿cómo os encontráis y en qué punto se encuentra la lucha?
Beatriz Arenas.— Bueno, los ánimos están bastante bien, aunque la resistencia económica que podíamos tener los trabajadores se va agotando, y es lo único. Estamos haciendo muchísimas cosas para aumentar los fondos de la caja de resistencia y que podamos resistir, porque la empresa no quiere sentarse con nosotros a negociar. Está esperando el famoso juicio del 13 de febrero [por la demanda de Panrico contra los trabajadores por huelga “ilegal”]. Después del 13, nosotros seguiremos con la lucha. Estamos dispuestos a aguantar, después de cuatro meses, lo que haga falta. Ahí estamos, buscando métodos, organizando conciertos y estas cosas, para aguantar.
EM.— Luchas como la de los trabajadores de limpieza en Madrid, o la de los vecinos de Gamonal en Burgos demuestran que se puede conseguir parar los ataques…
BA.— Se pueden conseguir muchas cosas luchando, sin luchar si que no se va conseguir nada, y ahí estamos, luchando con el fin de conseguirlo…
EM.— En conflictos como el vuestro se ve con claridad la necesidad de recuperar y utilizar los métodos de lucha de la clase obrera para resistir, ¿cómo os habéis organizado de cara a aguantar y mantener una huelga durante más de tres meses?
BA.— Hemos ido aprendiendo a medida que han pasado los días porque claro, la huelga más grande que hemos hecho ha sido de una semana. Al principio todos íbamos a todos lados, pero aprendimos y nos hemos organizado en grupos de trabajo. Tenemos un grupo que se encarga de dar charlas, otro que se encarga de hacer manualidades, otro que se dedica a ir a los mercadillos a vender, grupos de piquetes aquí en la fábrica…, por ejemplo, mañana hay un grupo que va a Colega, embotelladora de Coca Cola que ha planteado un ERE. Tenemos asambleas previstas cada semana por si salen dudas y también para hablar entre nosotros, los grupos, y nos está yendo muy bien porque hay muchas aportaciones y ya estamos muy organizados.
EM.— Este ataque no es algo ajeno a muchos otros, como por ejemplo está ocurriendo ahora con los trabajadores de TV3 y Radio Catalunya, a los que les plantean una rebaja salarial del 40%, o con los trabajadores de Coca Cola con un ERE salvaje. ¿No creéis que los dirigentes sindicales deberían unificar y extender los conflictos?
BA.- Yo creo que en los tiempos que corren, con todas las empresas que están teniendo conflictos, que cada vez son más, con empresas importantes que no les importa despedir a gente, los trabajadores nos tenemos que unir, con dirigentes sindicales o sin dirigentes sindicales. Lo lógico es que los dirigentes sindicales nos unieran, para eso están los sindicatos, y si no están tendremos que buscarnos la vida los trabajadores y empezar a crear una coordinación de empresas en lucha. Lo tenemos en mente también.
EM.— Desde El Militante creemos que actualmente hay una crisis del sindicalismo de pactos, de moqueta, y se ha demostrado de sobra que ese sindicalismo no funciona, y que es necesario, ante la ofensiva patronal, un sindicalis-mo de clase y combativo, ¿qué pensáis de esto?
BA.— Urgentísimo, urgentísimo. Ya que hemos vuelto a hace treinta años en derechos laborales, que nos los han quitado todos, pues debemos volver a hace treinta años en manifestaciones, recuperando la reivindicación y la lucha que existía en aquel entonces. Tenemos que volver a tirarnos a la calle a recuperar todo lo que nos han quitado.
EM.— Por parte de la Federación Agroalimentaria, ¿hay un plan de lucha para Panrico y otras empresas u os estáis organizando vosotros por vuestra cuenta?
BA.— Bueno, tenemos a la Federación que nos apoya muchísimo, todo hay que decirlo, porque si fuera por el sindicato estatal ya habrían firmado, así de claro. Yo personalmente creo que deberían aportar más. Sí que están haciendo muchos intentos por hablar con la Generalitat, para que medien, para que siente a la empresa a negociar, y a mí me consta que eso son llamadas diarias que desde la Federación se están haciendo para conseguir la negociación desde aquí, pero no se consigue. También creo que el sindicato debería aportar un poco de ayuda a la caja de resistencia. En general, creo que los sindicatos deberían apostar más por la unidad y juntarnos más las empresas que estamos en lucha. Actualmente aquí en el Vallès somos unas cuantas, el tejido industrial se lo están cargando.

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