Después de diferentes protestas los 200 trabajadores de Fuenlabrada declaran a finales de enero la huelga indefinida. El 2 de febrero una marcha recorre las calles de Madrid hasta la Puerta del Sol con el lema “Madrid no fabrica, Madrid no consume”. En Alicante 3.000 trabajadores se manifiestan el 1 de febrero y el día 3 se declara la huelga indefinida en la factoría de esta ciudad. Coca-Cola intenta contratar la distribución con una empresa externa pero los piquetes informativos y las acciones de los trabajadores lo impiden. También se convocan marchas y concentraciones diarias en la puerta de la factoría. El resto de plantas dan su apoyo con paros parciales de dos horas los martes y jueves.
Después de estas movilizaciones la empresa pide a las direcciones sindicales negociar el ERE ofreciendo una indemnización de 5.000 euros a aquellos trabajadores que se trasladen a más de 75 kilómetros, y 30 días de indemnización con un tope de 18 mensualidades a los despedidos. Es decir, un verdadero insulto a los trabajadores, que rechazan llegar a un acuerdo, pidiendo que sea retirado el ERE de forma inmediata.
Para el sábado 15 de febrero se convocó una marcha a Madrid de todas las factorías afectadas. La manifestación contó con varios miles de asistentes y transcurrió al grito de “la marea roja está aquí”. Después de la marcha la empresa retira los despidos y propone 481 traslados y 709 “salidas incentivadas”. Estas bajas voluntarias se indemnizarían con 45 días por año trabajado y tope de 42 mensualidades. Por la presión de los trabajadores los sindicatos rechazan la oferta porque se mantienen los cierres y la destrucción de empleo. El 21 de febrero, agotado el plazo de negociación sin haber llegado a ningún acuerdo, la empresa amenaza con aplicar una indemnización de 20 días como marca la ley, y retira la propuesta anterior.
CCOO y UGT tienen que extender la lucha a todas las plantas
La voluntad de lucha de los trabajadores es evidente. De hecho, la huelga indefinida se ha extendido a las cuatro plantas afectadas y se han realizado paros parciales en el resto. Es necesario extender la huelga a las once plantas de Coca-Cola. Esta medida, cuyos principales responsables de impulsarla son las federaciones de Agroalimentaria de CCOO y UGT, es la mejor manera de contrarrestar las maniobras divisionistas que está llevando adelante la empresa, alentando “consultas” en algunos centros que no se ven afectados por los cierres con el objetivo de legitimar el ERE y trayendo mercancía de las factorías que no están en huelga indefinida a las zonas donde sí se está realizando. Coca-Cola está siguiendo el mismo método del divide y vencerás que ha utilizado Panrico para aislar la lucha de los trabajadores de Barcelona.
Además, fortalecer la unidad de todas las plantillas, la extensión de la huelga a las once factorías y una nueva marcha a Madrid de todas ellas, sería una enorme fuente de presión para la multinacional. También hay que unir la lucha de Coca-Cola con otras fábricas y sectores en lucha, empezando por Panrico y siguiendo con todas aquellas afectadas por EREs, reducciones salariales, etc. La lucha de Coca-Cola se puede ganar, como lo ha hecho la Marea Blanca o los trabajadores de Tenneco en Asturias. Existe voluntad de lucha y el apoyo social a la misma es enorme, como ha quedado en evidencia con el éxito del boicot al consumo de Coca-Cola, algunas fuentes sitúan la caída de ventas en un 40% desde el inicio de la lucha.