La concentración en la factoría de Avilés fue todo un éxito teniendo en cuenta cómo se hizo la convocatoria. Nos reunimos unos 70 trabajadores de los talleres afectados (acería, baterías de cok) y fuimos recibidos por una representación del comité de empresa. El objetivo era trasladar el cabreo y el rechazo frontal al calendario laboral para los meses de verano que se aplicó el año pasado, y que ahora debe negociarse de nuevo.
Para los trabajadores a turnos es una conquista básica trabajar con el 3T5, el llamado quinto turno (5 noches-3 descansos-5 tardes-3 descansos-5 mañanas-4 descansos), en factorías que trabajan ininterrumpidamente los 365 días del año. El quinto turno para nosotros es la única forma de poder conciliar la vida social y familiar con el trabajo. El verano pasado ya se nos impuso el llamado 6-2 (2 mañanas, 2 tardes, 2 noches y 2 de descanso), nótese que el descanso no son dos días naturales, salimos a las seis de la mañana de un día que ya cuenta como primer día de descanso y después de 48 horas exactas volvemos al trabajo. Todo ello está encuadrado en la negociación de un convenio en el que se reduce el salario unos 200 euros por trabajador y se desregulan las vacaciones al antojo y libre disposición de la empresa.
En la asamblea exigimos la contratación de personal para poder tener todas las plantillas completas y la contratación de eventuales para los meses de vacaciones. Después de un acalorado y en ocasiones desorganizado debate que duró algo más de una hora, el comité se comprometió a convocar una asamblea general para debatir las propuestas concretas sobre calendarios de vacaciones y las alternativas de movilización si la empresa no acepta.
En un momento donde se están batiendo todos los récords de producción en los 25 años de historia de la Aceria LDIII, la empresa reparte beneficios entre los accionistas y paga parte de su deuda millonaria, a nosotros nos recorta el salario y nos precariza las condiciones laborales. Si alguien pensaba que podía negociar rutinariamente un calendario de vacaciones de espaldas a los trabajadores de una forma tranquila estaba totalmente equivocado. Esta vez los trabajadores estamos atentos y vigilantes.