Más de 3.600 despedidos, y sin una respuesta sindical digna de tal nombre. Ya no unificando los conflictos, es que los dirigentes sindicales ni siquiera dan la batalla empresa por empresa, salvo alguna que otra acción aislada en tal o cual compañía. Pero desde principios de este año hay algunos ejemplos de empresas auxiliares que no se están contentando con suavizar algo el ERE en la mesa de negociación y han decidido defender sus intereses. El 10 de febrero, trabajadores de Atenasa se movilizaron contra seis despidos, junto con trabajadores de Turmoil, Acciona y Spril Norte, se concentraron ante Navantia. En la manifestación del 12 de febrero exigiendo carga de trabajo, convocada por los comités de Navantia y delegados de la industria auxiliar con cerca de 3.000 personas, los trabajadores de las auxiliares se hicieron notar con sus propias pancartas y gritando consignas como “Se puede, se debe, luchar contra los EREs”.
Paros y movilizaciones en Acciona y Spril
El caso de Acciona es el siguiente: el contrato de la limpieza, hasta ahora en su poder, salió a concurso y lo ganó otra empresa, por un importe que no alcanza para pagar los salarios y las cotizaciones sociales de toda la plantilla. Evidentemente, los trabajadores entendieron perfectamente que eso sólo podía significar tres cosas: 1) Despidos; 2) Recorte de salarios; 3) Una combinación de las dos primeras. Y, por tanto, iniciaron los paros y las movilizaciones. Una de sus iniciativas fue dirigirse al comité de empresa de la principal para que convocase una concentración ante Dirección en solidaridad con ellos. Pues bien, el comité de Navantia Ferrol, tras pedirles que presentasen la solicitud por escrito en la secretaría del comité y tenerles tres días esperando la respuesta, les contestó que “no lo veían”. A pesar de ello, los trabajadores de Acciona convocaron el 13 de febrero una concentración —apoyada por el Sector Crítico de CCOO— a la que se sumaron varios cientos de trabajadores.
Por su parte, los trabajadores de Spril Norte, que se enfrentan a la intención patronal de despedir, recortar salarios e imponer la distribución irregular de la jornada durante todo el año, están movilizándose, planteando la unificación de todas las compañías y también confluyendo con otros trabajadores no ligados al astillero. Así, el 27 de febrero se concentraron con trabajadores de Mercadona en la plaza del ayuntamiento de Ferrol, donde repartieron una octavilla informativa llamando a la unidad en la lucha, antes de acudir a una manifestación contra la crisis convocada por CCOO, CIG y UGT.
Es un buen momento para una reflexión sindical sobre la subcontratación, empezando por lo que implica de deterioro de las condiciones de los compañeros de las auxiliares.
Y esa reflexión debe partir de una idea: las condiciones de los trabajadores mejoran o empeoran para el conjunto, para toda la clase obrera, no empresa a empresa. Cuando la tendencia predominante es que las capas más fuertes mejoran, esto acaba por mejorar las condiciones del resto. Y cuando la tendencia predominante es que las capas más débiles empeoran, esto acaba por hundir las condiciones de los que están mejor.
Acabar con la jungla laboral: No a la subcontratación
La tendencia predominante durante los últimos 15 años fue la precariedad, el mileurismo, el aumento de jornada, en suma, la degradación de las condiciones laborales. Y esta degradación, que no fue contestada por los dirigentes sindicales, se ha transformado ahora, al calor de la crisis, en un asalto general contra los derechos laborales de la clase obrera. Lamentablemente, ni siquiera ante esto son nuestros dirigentes capaces de dar la respuesta necesaria.
También en Navantia se ve este proceso: congelación salarial desde 2009, impago de la paga extra de navidad de 2012, violaciones del convenio colectivo, etc., que llevó al nefasto preacuerdo del convenio de 2013, que acabó en el congelador por el rechazo de la mayoría de la plantilla (aunque algunos dirigentes sindicales de Navantia quieren descongelarlo).
Por tanto, la conclusión es clara: los trabajadores de la principal no podemos dar la espalda a lo que ocurre en las compañías, tenemos que luchar para acabar con la jungla laboral en que se convirtió Navantia en los últimos 15 años. En este sentido, el primer objetivo es hacer desaparecer la subcontratación, prescindiendo de unos empresarios que son meros intermediarios, que no aportan nada ni desde un punto de vista tecnológico ni organizativo, y cuya única función es conseguir beneficios explotando a sus trabajadores.
Si Navantia necesita personal, que lo contrate directamente con las condiciones laborales que marca el convenio de Navantia. Además, la subcontratación no disminuye el gasto, solamente transfiere dinero de los trabajadores a los empresarios.
Es necesario unificar a todos los trabajadores de compañías y al conjunto de estos con los trabajadores de la principal, para entre todos luchar en defensa de los intereses comunes a todos los trabajadores.