Los dirigentes de la Federación Estatal de Agroalimentaria (FEAGRA) de CCOO con su secretario general a la cabeza, Jesús Villar, han entrado en esta sucia maniobra cuyo único objetivo es el de violar la sentencia judicial ganada gracias a la lucha. Los trabajadores han denunciado las negociaciones llevadas a cabo a sus espaldas. Posteriormente, FEAGRA ha intentado retirar de la defensa de los trabajadores a su abogado Enrique Lillo, quien ha denunciado que “están excluyendo del diálogo a la sección sindical de Casbega, que fueron los protagonistas de la huelga, y tampoco han contado conmigo. No podemos permitir un acuerdo que deje en papel mojado la sentencia”. Esta es la misma Federación que quiso obligar a este mismo abogado a desistir del recurso presentado para defender a los trabajadores de Panrico de Santa Perpetua.
Los más de 200 trabajadores despedidos en Fuenlabrada mantienen su campamento de resistencia en la planta de esa localidad, seguirán luchando hasta que se cumpla la sentencia y han pedido la dimisión de Jesús Villar.
Entrevistamos al portavoz de Comisiones Obreras, Juan Carlos Asenjo, para hablar de esta situación y de los planes que tienen.
El Militante.— El 13 de junio la Audiencia Nacional declaraba nulos los 821 despidos ejecutados. ¿Qué papel ha jugado la movilización que habéis protagonizado?
Juan Carlos Asenjo.— Las movilizaciones realizadas estos meses han tenido que ver mucho, ten en cuenta que los magistrados son de carne y hueso como los demás, por tanto no son ajenos a la ciudadanía y sus problemas. La diferencia está en si se hace un conflicto mediático o no, entonces cuando tienen que juzgar un ERE o despidos, como es el caso, pueden estar influenciados y tener cierto conocimiento de si los trabajadores están luchando y defendiendo sus derechos, durante cuánto tiempo, qué piden y por qué, etc. Todo ello, hace que puedan actuar en consecuencia. Si es un conflicto donde no hay ruido nada más que el día que sale la noticia en los medios de comunicación, esos magistrados no tiene en su retina, ni en su subconsciente el conflicto ni cómo lo sufren las personas, por tanto, lo que serían despidos nulos fácilmente lo convierten en un despido improcedente.
EM.— Aunque la sentencia es inequívoca a vuestro favor, ¿en qué situación se encuentra ahora mismo la fábrica? ¿Habéis recibido los salarios e indemnizaciones que os corresponden?
JCA.— No, aún no se está cumpliendo la ejecución provisional de la sentencia después de más de tres meses y no cobramos salarios, seguimos cobrando el desempleo y las indemnizaciones fueron las dictaminadas por la empresa de manera unilateral en su día, pero que no son las legalmente establecidas, son inferiores. La fábrica sigue en idéntica situación al día que se ejecutaron los despidos, y sigue operativa aunque no esté abierta a los trabajadores.
EM.— Os habéis encontrado con que Jesús Villar, el secretario general de la FEAGRA de CCOO, ha estado negociando a vuestras espaldas el reincorporar únicamente a 80 de los 236 despedidos, y sin posibilidad de reapertura de la fábrica. ¿A qué se debe esta actuación, y cuáles han sido vuestras acciones para frenarlo?
JCA.— Desconozco cuáles son los motivos que llevan a actuar a un secretario general estatal de alimentación a espaldas de unos afectados de un ERE, aunque es fácil imaginarlo. El respaldo es absoluto del resto del sindicato de CCOO, tanto a nivel comarcal, de la Unión de Madrid así como a nivel confederal, donde se ha tratado nuestro conflicto y el Consejo Confederal ha acordado que mientras no se ejecute la sentencia no se pondrá ninguna negociación en marcha.
Las acciones han sido varias. Hacer partícipe a otras estructuras del sindicato para que pudiesen comprobar que Villar no actuaba por el camino adecuado, así ha sido más fácil convencer y hacer ver este tema a las estructuras del sindicato. Para ello solicitamos que nos acompañaran a ciertas reuniones compañeros de la Unión de Madrid, y no sólo de FEAGRA. Además, claro, de las concentraciones de los trabajadores de Coca Cola a las puertas de FEAGRA.
EM.— También habéis tenido que hacer frente a una campaña de acoso por parte de la empresa con denuncias y juicios de todo tipo, incluso se ha tratado de comprar el testimonio de algún trabajador para testificar en vuestra contra. ¿En qué situación se encuentran todos estos juicios?
JCA.— Sí, por supuesto, en todo este tiempo el acoso ha sido de distintas maneras, incluso con la colaboración externa de la prensa fascista de este país, recordemos las fotografías de los tres compañero en el periódico de Maruhenda donde nos titulaban como el “Comité del miedo” y como etarras.
Los juicios han salido todos bien afortunadamente, incluso el mío, en el que dos compañeras estaban presionadas para llevar la denuncia adelante. Pero, al final desistieron el mismo día del juicio a declarar, cuando la patronal me culpaba de todas las actuaciones en tres o cuatro meses que habían ocurrido con piquetes, como si yo fuera omnipresente. Claro, eso al juez instructor no le cuadró, y lo que la empresa pretendía que fuera un delito al final se encausó como una falta. Sólo tenemos un condenado por falta, con una sanción de 150 euros y la tenemos recurrida. La falta es por no permitir el derecho al trabajo a esquiroles, esa falta es un premio para unos sindicalistas y cualquier piquete informativo que se precie.
EM.— ¿Qué planes tenéis de aquí en adelante?
JCA.— No movernos de la sentencia que hemos ganado y seguir movilizándonos y batallando contra la patronal y la Marca, como con el boicot. Seguimos pidiendo el apoyo y la colaboración de los ciudadanos en general, de esa forma, podremos combatir con la multinacional y, además, como comenté antes, seguir influyendo de manera activa en el conflicto, pues los jueces tienen que seguir los trámites judiciales, incluso el Supremo, y éstos también son de carne y hueso, y hay que recordarles que seguimos batallando y haciendo ruido para que el camino sea el correcto y nadie nos la juegue.