¡Basta ya de hipocresía! ¡Nuestros cuerpos no son mercancía!
El Gobierno Vasco quiere regular la prostitución en la Ley vasca de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas. En el borrador del decreto define los prostíbulos como "establecimientos de concurrencia pública en cuyas dependencias se prestan o realizan actividades de esparcimiento sexual de manera libre e independiente". Así pues, el gobierno PNV-PSE se pone a la cabeza de los partidos capitalistas en el Estado español a la hora de intentar que la explotación del cuerpo de las mujeres sea otro negocio más donde los proxenetas pasen de ser mafiosos a ser respetables empresarios.
En su escandaloso borrador propone cuestiones como que “deben tener una zona de vestuario y de descanso para las personas que la ejercen, que no podrá ser utilizado como vivienda o para la pernoctación de dichas personas”. Es admitir de facto las condiciones inhumanas de las mujeres que se ven sometidas a la esclavitud sexual. También plantea que garantizarán el acceso a los preservativos, y harán pedagogía sobre su uso. Un decreto totalmente cínico con el que pretende lavarse la cara, apelando a la buena voluntad de los proxenetas para que dejen descansar a las prostitutas, o a la pedagogía con los puteros para que usen preservativos. ¿Es así cómo cree el gobierno PNV-PSE que se defienden los derechos de las mujeres? ¿Dando un marco legal a los proxenetas para que tengan vía libre para mantener sus beneficios intactos a costa de explotar nuestros cuerpos?
El Gobierno Vasco justifica la actuación diciendo que los prostíbulos “están ahí, son legales y no se pueden obviar”. Y añade: "En cualquier caso, sin necesidad de pronunciarse sobre el complejísimo debate entre las posturas abolicionista y la de la legalización, cabe constatar la realidad de unos locales públicos que presentan características singulares con respecto a otros locales de hostelería o esparcimiento”.
Cómo hace la burguesía y su uso del feminismo burgués, pasa de largo del fondo del debate abolicionista y regulacionista, y se sitúa en el segundo campo para dar el primer paso directo a la legalización. La organización del feminismo burgués del PNV, Emakunde, lo tiene claro. En la página web del Gobierno Vasco escribe: “En estos momentos, la regulación de la prostitución es un tema pendiente, bien para reconocer la actividad profesional, bien para prohibirla. Desde Emakunde consideramos que mientras no se afronte dicha regulación, la prohibición de los anuncios de prostitución en prensa no deja de ser una medida que perjudicaría a muchas mujeres que ejercen la prostitución de forma voluntaria.”
Defender los derechos de las prostitutas acabando con su esclavitud
Los propios informes que acompañaron al borrador del decreto, y dejan ver, aunque sea un poco, la realidad del negocio de la prostitución en Euskadi desmiente la supuesta libre voluntad de las sometidas a la esclavitud sexual. "Según datos de Emakunde, en 2007 habría 1.820 mujeres que ejercen la prostitución en Euskadi, de las cuales entre el 85% y el 90% eran extranjeras" y que "la mayor parte (1.199) lo hacían en clubes", principalmente locales "grandes" y de "extrarradio" en unos 77 prostíbulos en toda la CAPV. En todo el Estado hay más de 1.700 clubes de alterne que mueven 5 millones de euros diarios y en los que se encuentran atrapadas entre 400.000 y 600.000 mujeres traídas desde Rumanía, Bulgaria, Nigeria o República Dominicana.
Irún, sin ir más lejos, es destino sexual para muchos puteros, que además de los de aquí hay muchos que cruzan la frontera porque en el Estado francés se sanciona a los “clientes”. ¿A quién ayudaría legalizar la prostitución? Lejos de acabar con la prostitución, de ayudar a las víctimas, lejos de darles unas condiciones de vida dignas, un trabajo y sueldo dignos o un subsidio de desempleo hasta que lo encuentren; lejos de protegerlas de quienes las persiguen y golpean, esto daría plena legitimidad jurídica a los proxenetas.
Regulacionismo o abolicionismo: reformismo o revolución
Como revolucionarias que aspiramos a transformar esta sociedad clasista, machista y racista, luchamos consecuentemente por liberarnos de todas las formas en las que esta sociedad trata de asimilarnos a lo peor del sistema. Por eso combatimos la lacra de la prostitución en todas sus formas. Quienes sostenemos una posición abolicionista no negamos los derechos a prostitutas. Todo lo contrario, lo que defendemos es tener garantizado el mayor de los derechos. Esto es en concreto luchar porque las prostitutas tengan subsidio de desempleo indefino hasta encontrar trabajo (y así no tendrían que prostituirse) acceso universal y gratuito a la sanidad y educación, acceso a una vivienda y por supuesto la derogación de la Ley de extranjería y el fin de las deportaciones para que todas las personas migrantes tengan reconocidos sus derechos.
Por su puesto defender esta alternativa requiere de una confrontación con el conjunto del sistema capitalista. El combate contra la barbarie y la opresión que generan los negocios y la mega industria de la esclavitud sexual, está totalmente vinculado a la lucha por la liberación de todas las mujeres oprimidas. Conseguir esta liberación solo es posible defendiendo un programa que acabe con el sistema capitalista y luchar por construir una sociedad socialista.