La Conferencia contó con la participación de delegados de Ferrol, Santiago, Vigo, Gijón, Oviedo, Álava, Vizcaya, Guipúzcoa, Navarra, Zaragoza, Teruel, Girona, Barcelona, Tarragona, Valencia, Málaga, Sevilla, Córdoba, Cádiz, Toledo, Guadalajara, Madrid, y Zamora (no pudieron asistir por diferentes motivos, compañeros de Salamanca, A Coruña, Granada, Alicante y de otras localidades). También estuvieron presentes nuestros camaradas de la Corriente Marxista Revolucionaria de México y Venezuela, que tuvieron un papel destacado en la discusión.
Una profunda recesión con consecuencias políticas revolucionarias
En los cuatro días de Conferencia se trataron aspectos esenciales de la situación actual junto con otros puntos de la historia del movimiento obrero y la teoría marxista. Los debates en el plenario fueron cinco: 1. Crisis del capitalismo y lucha de clases en el Estado español e internacional. 2. Revolución socialista en América Latina. Balance y perspectivas, 3. Los marxistas y el movimiento estudiantil, 4. Revolución y contrarrevolución en los años 70. La lucha contra la dictadura franquista, 5. La construcción de las fuerzas del marxismo.
El primer punto de la conferencia contó con la intervención de 29 compañeros (en total tomaron la palabra más de 50 delegados a lo largo de los cuatro días), para abordar en profundidad las perspectivas económicas y políticas. Se trató extensamente el balance de cinco años de recesión mundial, su naturaleza y desarrollo, el agravamiento de los indicadores económicos y la destrucción de fuerzas productivas; las consecuencias políticas de las medidas de austeridad y los recortes; la nueva correlación de fuerzas internacional y la lucha por el mercado mundial; la pugna China-EEUU, tanto en el sudeste asiático como en África y América Latina; el papel de las economías emergentes; las perspectivas para Rusia y los países del este europeo; la situación de polarización social y decadencia que atraviesa el imperialismo norteamericano; la ruptura del equilibrio capitalista y sus manifestaciones en la inestabilidad política crónica, la crisis de la socialdemocracia y los partidos burgueses de derechas; el cuestionamiento del sistema y el proceso de toma de conciencia de las masas…
La crisis de la Unión Europea y el euro, el corralito en Chipre, y la profundidad del desplome del sector financiero se analizaron en detalle, junto al auge de la lucha de clases internacional. El proceso de la revolución árabe, la nueva rebelión de masas en Túnez y Egipto, la verdadera cara del fundamentalismo en el gobierno, confirman las posiciones que los marxistas hemos mantenido sobre la inviabilidad de regímenes de democracia burguesa estables en estos países, y la necesidad de completar el movimiento revolucionario con la expropiación general y el derrocamiento de los capitalistas árabes y la casta militar. La lucha por el socialismo en el mundo árabe es la única bandera que puede hacer realidad las ansias de libertad, derechos democráticos y mejora en las condiciones de vida de la mayoría de la población.
El debate también se detuvo con especial énfasis en la crisis prerrevolucionaria de Grecia, el papel de las huelgas generales como una gigantesca escuela para los trabajadores griegos, y la necesidad del frente único entre Siryza y el KKE con un programa, una táctica y una estrategia para establecer el poder obrero. El gran movimiento de masas en Portugal, los acontecimientos en Italia, y la crisis del régimen capitalista en el Estado español, también centraron muchas de las intervenciones. La deslegitimación del PP, el colapso de su apoyo social, las movilizaciones que hemos vivido en estos dos últimos años, especialmente en 2012 con dos huelgas generales y manifestaciones masivas contra la privatización y los recortes en la sanidad, la enseñanza, contra los ataques a los empleados públicos, en respuesta a los desahucios… y que han sacado a la lucha a millones de trabajadores y jóvenes, apuntan a una crisis política que cada día que pasa adquiere una forma semejante a la de Grecia.
Estamos ante una profunda quiebra del régimen político y la institucionalidad creada en la llamada Transición, marcada por el descrédito de la Monarquía, del parlamento burgués, de los partidos oficiales, y una corrupción generalizada en las venas del sistema y que afecta de pleno al PP de manera escandalosa; por el recrudecimiento de la cuestión nacional, por el giro a la izquierda en sectores de las capas medias y la proletarización de la sociedad. De manera creciente se extiende una certeza de que el capitalismo no tiene nada que ofrecer a la inmensa mayoría de la población, golpeada por un desempleo que alcanza ya los seis millones de personas, el empobrecimiento generalizado, el alza insoportable del coste de la vida, las estafas a que nos someten los bancos, los desahucios de cientos de miles de familias… Todo ello marca las perspectivas de los próximos meses y años, y determina la intervención de los marxistas en estos acontecimientos defendiendo un programa que una la gran protesta social, la gran rebelión que vivimos, con la necesidad de oponer una alternativa socialista consciente a la crisis del capitalismo.
La revolución en Latinoamérica sigue viva
En el segundo bloque de la discusión de la Conferencia, los camaradas de la CMR de Venezuela y México introdujeron una amplia panorámica de la revolución socialista en Latinoamérica y sus perspectivas fundamentales. El balance de más de una década de revolución bolivariana, la muerte del Comandante Hugo Chávez y su significación para el futuro; las próximas elecciones y el probable triunfo de Nicolás Maduro, junto con el incremento de las luchas obreras para completar la revolución expropiando el capital y terminando con el poder de la burocracia reformista incrustada en el aparato del Estado venezolano, planteó cuestiones fundamentales de teoría marxista.
La dinámica de la revolución también fue analizada al calor de la experiencia en Bolivia y el gobierno de Evo Morales, las movilizaciones que los obreros, campesinos y pobres urbanos han protagonizado en el último periodo, y la propuesta de sectores de la COB de lanzar la constitución de un “Partido de los Trabajadores” que, a nuestro juicio, constituye un error sectario. La situación en Argentina y el balance político de los gobiernos peronistas de izquierda con Nestor y Cristina Kirchner al frente, la ofensiva de la burguesía y el imperialismo contra ellos, y la posición de clase que deben adoptar los marxistas en estos acontecimientos también elevó el nivel de la discusión. México fue otro de los ejes del debate y las intervenciones de los compañeros, que realizaron una amplia exposición sobre la naturaleza del gobierno del PRI, la política de López Obrador y las perspectivas para Morena y el PRD, contribuyeron mucho. También se abundó en el fenómeno del narcotráfico, y las nuevas formas de resistencia armada del campesinado que están floreciendo en muchas regiones del país. La experiencia de Ecuador y el gobierno de Correa, los acontecimientos en Honduras, El Salvador y Nicaragua, también fueron tratados en profundidad.
Dos años de luchas estudiantiles y la experiencia de los años setenta
Los otros dos debates de la Conferencia contaron con una gran participación. La experiencia de las dos semanas de lucha contra la reforma franquista de la educación, organizadas por el Sindicato de Estudiantes en el mes de octubre y febrero, fue una de las estrellas de la reunión. Los jóvenes marxistas de El Militante participan activamente en la construcción y extensión del Sindicato de Estudiantes, una organización anticapitalista, revolucionaria, asamblearia y democrática, que defiende una política de clase y socialista. La contundencia del Sindicato de Estudiantes en la movilización, su llamamiento a la unidad de acción a las organizaciones estudiantiles, del profesorado y de los padres y madres de alumnos para combatir la LOMCE y exigir la dimisión del ministro Wert, sus métodos a la hora de organizar Comités de Lucha en los centros de estudio y universidades, son un ejemplo.
Una de las conclusiones fundamentales de esta discusión, en sintonía con las anteriores, fue subrayar el gran salto que se ha producido en la toma de conciencia política de decenas de miles de jóvenes, muchos de ellos radicalizados hacia la izquierda, y que después de las experiencias del 15M están buscando una alternativa política para luchar contra el capitalismo. Defender las ideas del marxismo revolucionario, con habilidad, sin sectarismos, combatiendo de manera compañera los prejuicios que inevitablemente existen en el movimiento de la juventud, es una tarea central y que está dando frutos maravillosos. Los avances de El Militante entre los jóvenes estudiantes sólo son el principio de una tendencia que se profundizará en los próximos meses. Como señaló Lenin ¡Quien tiene la juventud tiene el futuro!
Como parte de la educación política de los cuadros marxistas por sus grandes lecciones cara a los acontecimientos que están por llegar dedicamos un amplio espacio al análisis de la lucha revolucionaria contra la dictadura franquista en los años sesenta y setenta. Las movilizaciones y huelgas obreras, la represión franquista, las tácticas y los programas del PCE y del PSOE, el papel de CCOO, la cuestión nacional, las maniobras de la burguesía para mantener su sistema de dominación, la “reforma pactada” y la monarquía juancarlista,…fueron debatidos en profundidad. La discusión se completó con intervenciones sobre la revolución de mayo de 1968, el “otoño caliente” de 1969 en Italia y la revolución portuguesa de abril de 1974.
Construir las fuerzas del marxismo
Tal como señaló Engels hay periodos en que las masas aprenden en pocos meses más que en décadas enteras, y este es uno de ellos; es la propia burguesía y la dictadura del capital financiero en que se sustenta, lo que empuja a millones a sacar conclusiones revolucionarias. La crisis capitalista está provocando una limpieza muy amplia, no solo en el sentido económico. Tras el último gran apogeo de la lucha de clases en los años 70, especialmente en Europa, asistimos a un periodo de reflujo y giro a la derecha en las organizaciones tradicionales de la izquierda, incluido los sindicatos. La traición de los dirigentes reformistas y estalinistas, tras el colapso de la URSS y el boom económico, dejó numerosos cadáveres políticos al frente del movimiento, cristalizando una amplia capa de individuos escépticos que desconfiaban orgánicamente de la clase obrera, que renegaban del socialismo y no tenían ningún tipo de ilusión en la lucha. Ese escepticismo fue el caldo de cultivo para que florecieran los prejuicios ideológicos más variopintos y atrevidos, un reflejo directo de la basura contrarrevolucionaria vertida por la burguesía.
En este nuevo ascenso de la lucha de clases y de crisis general del sistema capitalista, toda la arquitectura ideológica de la burguesía y de los reformistas se está desmoronando. Se ha roto el mito de la iniciativa privada como motor del desarrollo social, del capitalismo de rostro humano… y muchos más. Además, el gran factor de contención y distorsión que supuso el estalinismo ha desaparecido de la escena. Como siempre hemos señalado los marxistas, en general la conciencia va por detrás de las necesidades objetivas del desarrollo social; sólo en momentos determinados se produce el salto, ¡y este es el momento en el que hemos entrado, aunque realmente solo estemos aún en el principio! Sobre la frescura, la decisión y la creatividad de las nuevas capas de la clase obrera y de la juventud, que constituye el terreno de construcción más fértil para las fuerzas del marxismo, se decidirá el futuro de la revolución socialista.
Las condiciones objetivas para el desarrollo y el triunfo de la revolución son las más favorables que jamás han existido en la historia. Sin embargo, toda la experiencia histórica demuestra que el factor subjetivo es decisivo para derrocar el capitalismo. En este espíritu hicimos balance de nuestro trabajo en las organizaciones de masas de la clase obrera, en los sindicatos, en Izquierda Unida, en los movimientos sociales, en los centros de estudio y universidades, en las fábricas. Un aspecto que destacamos es el fortalecimiento de nuestra corriente en los terrenos donde estamos interviniendo: la celebración de la Vª Conferencia Sindical en diciembre del año pasado y el avance de nuestras posiciones entre numerosos delegados sindicales; el eco que nuestros planteamientos han tendido en la X Asamblea de IU; la intervención en el terreno de la cuestión nacional, en Euskal Herria, en Galiza y Catalunya; las posiciones que hemos logrado en el frente estudiantil; el trabajo en el frente ideológico contribuyendo al desarrollo de la Fundación Federico Engels y su catálogo de obras marxistas, el más grande en lengua castellana; la organización de actos públicos y escuelas de formación… y, por encima de todo, la intervención cotidiana en la lucha de clases, en las movilizaciones, huelgas y manifestaciones con nuestras ideas, con nuestras propuestas y alternativas a través del que hoy es el principal periódico obrero del Estado español, El Militante.
Todos los asistentes a la Conferencia tuvimos la sensación, más que en ninguna otra ocasión anterior, que nos enfrentamos a tareas históricas. La construcción del partido revolucionario es la ecuación más complicada, y a través de la participación consciente de todos los camaradas encontraremos el camino para resolver con éxito las dificultades que se nos presenten y corregir los errores que inevitablemente cometeremos. Pero nuestra confianza en la capacidad revolucionaria de la clase obrera, en el internacionalismo proletario, es la misma que inspiró a Marx, Engels, Lenin y Trotsky y a todos los trabajadores y jóvenes que entregaron lo mejor de sí mismos por la causa del socialismo.
¡Únete a la Corriente Marxista El Militante!