amaiurEl voto a Amaiur tiene que servir para defender una alternativa socialista

El próximo 20 de noviembre la Izquierda Abertzale (IA) estará presente en las elecciones al parlamento español dentro de la coalición Amaiur, que además de integrar a la IA, incluye a Eusko Alkartasuna (EA), Alternatiba (escisión de Ezker Batua), Aralar e independientes. Se trata de una decisión histórica, pues la IA no se presentaba a estos comicios desde el atentado organizado en 1989 por sectores del aparato del Estado contra los parlamentarios de Herri Batasuna, que acabó con la vida de uno de ellos, Josu Muguruza.

Este cambio de posición ha conectado con las aspiraciones de la mayoría de la base social de la IA, pues como sus dirigentes han explicado, en ese parlamento se aprueban medidas que afectan directamente a los derechos democráticos de Euskal Herria y a los derechos sociales y económicos de la clase obrera vasca. Pero la verdadera importancia a la hora de participar en un parlamento burgués o en otras instituciones burguesas como los parlamentos autonómicos, diputaciones o ayuntamientos, no está en el hecho de que se puedan cambiar radicalmente las cosas desde la tribuna, sino en utilizar esa posición para defender una política en beneficio de la mayoría trabajadora y hacer avanzar su nivel de organización y de conciencia política.
En una época de crisis como la que vivimos actualmente, estas instituciones se revelan como lo que verdaderamente son: instrumentos de la clase burguesa que se utilizan para aprobar los más brutales ataques contra la mayoría de la población en todos los planos. Ya hemos visto que mientras se han negado sistemáticamente a cambiar la Constitución para dar más derechos democráticos, como el derecho de autodeterminación, no han dudado ni un segundo en reformarla para recortar los gastos sociales y beneficiar, con la ley en la mano, a la gran banca.

 

La Izquierda Abertzale tiene una gran oportunidad

Por eso, el papel más importante que puede jugar la Izquierda Abertzale en una institución como el Parlamento español, es convertirse en el altavoz de una alternativa auténticamente de izquierdas, revolucionaria y socialista, que llame a la clase obrera y la juventud a luchar por este programa en la calle, con movilizaciones masivas. Esta alternativa pasa, por supuesto, por defender los derechos democráticos nacionales, desde una inmediata solución para los presos, la derogación de todas las leyes antidemocráticas, como la ley de partidos y otras, la legalización de Sortu, la defensa del euskera y el derecho de autodeterminación. Pero una política revolucionaria y socialista también pasa por oponerse a cualquier medida que recorte conquistas sociales y laborales a los trabajadores vascos y españoles con la excusa de la crisis. Para ello es imprescindible defender la nacionalización de la banca y los grandes monopolios económicos bajo el control democrático de la clase obrera, colocando los enormes recursos existentes en manos de la mayoría. De esta manera sí sería posible acabar con el paro, la pobreza creciente, los desahucios, etc. Una política de este tipo encontraría cada vez más apoyos entre los jóvenes y los trabajadores vascos, que verían una verdadera alternativa sobre la que apoyarse para cambiar la sociedad. Pero demás, despertaría grandísimas simpatías en el resto de la clase trabajadora del Estado, lo cual ayudaría enormemente a fortalecer las reivindicaciones democrático-nacionales para Euskal Herria. Sería una gran acumulación de fuerzas desde un punto de vista de clase.
Para que esta política sea posible es necesario que la IA rompa con cualquier estrategia de pactos y acuerdos con la burguesía vasca. La idea de que conformando un bloque nacional se estaría en mejores condiciones para alcanzar el derecho de autodeterminación ha sido desmentida por la experiencia. La burguesía vasca y sus representes políticos, sean del PNV o EA, han dado muestras sobradas de su incapacidad para luchar consecuentemente por los derechos democráticos nacionales de Euskal Herria. Cuando han gobernado no han dudado en utilizar la represión contra aquellos que luchaban por estos derechos, además de beneficiar con sus leyes y medidas a los más ricos. El hecho de que EA se sume ahora a la IA en sus iniciativas, no debe engañar a nadie. Su debilidad electoral les lleva a aceptar de manera demagógica estas posiciones, con el afán de conducir a la Izquierda Abertzale hacia el institucionalismo burgués, obstaculizar la defensa de un programa auténticamente socialista y revolucionario y sobrevivir políticamente. Pero la Izquierda Abertzale no necesita estos compañeros de viaje: tiene la fuerza suficiente y el apoyo social necesario entre la clase trabajadora y la juventud, para fortalecerse como una alternativa de izquierdas que conecte con las aspiraciones de los oprimidos. La experiencia de Irlanda es clara al respecto: los pactos con la burguesía y la aceptación de la lógica del capitalismo, sólo sirven para generar frustración y fortalecen a nuestros enemigos.
El próximo 20 de noviembre, cientos de miles de jóvenes y trabajadores vascos que han sido protagonistas de las grandes huelgas generales organizadas en Euskal Herria, de las movilizaciones masivas en defensa de los derechos democrático nacionales, van a votar por Amaiur, como hicieron por Bildu en las elecciones municipales. Un voto que respalda el papel decisivo de la IA en el fin de la actividad armada de ETA, pero que también reclama una política alternativa, revolucionaria, la misma que miles de personas han reivindicado en cada una de las huelgas generales de Euskal Herria y en cada una de las grandes movilizaciones del 15-M. Los marxistas de El Militante en Euskal Herria participamos de este gran movimiento que se mueve por la transformación de la sociedad. ¡Que cada uno de esos votos sirva para fortalecer la lucha contra el capitalismo, el verdadero responsable de la opresión social y nacional!


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