Masiva protesta contra la gestión criminal de los cribados de cáncer de mama
Una enorme marea rosa llena de dolor y emoción, pero sobre todo de lucha y rabia para exigir soluciones, justicia y reparación a las víctimas, abarrotó el domingo 26 de octubre los alrededores del Palacio de San Telmo de Sevilla convocada con el lema “Nuestras vidas no pueden esperar” por las asociaciones de mujeres afectadas por el cáncer de mama.
Llegadas de todos los rincones de Andalucía decenas de miles de mujeres jóvenes y trabajadoras con el apoyo de sus compañeros y del resto de la población, que sufrimos también a diario las políticas de recortes y privatización de los servicios públicos, alzamos la voz para arropar y solidarizarnos con ellas: “No estáis solas”. También levantamos un clamor ensordecedor para denunciar la gestión criminal en el cribado del cáncer de mama realizada por la Junta de Andalucía del Partido Popular de Juanma Moreno Bonilla, y contra su desprecio inhumano a nuestras vidas y a quienes de forma valiente se han atrevido a señalarlos.
Así de contundente se mostraba Ángela Claverol, presidenta de la asociación AMAMA: “Aún no sabemos la dimensión de lo que ha pasado. Primero éramos dos o tres casos, a las que insultaron llamándoles casos. Luego 2.000. Ahora 2.317. Queremos que entren todas rápido en el circuito del cáncer, mamografía, ecografía, biopsia, cirujano o quimio y oncólogo. Queremos que se recupere la participación de las asociaciones en los programas de salud, que se depuren responsabilidades y aumentar las dotaciones del sistema público de salud con medios, recursos y manos suficientes”.
Claro que sí, porque hay responsables. Y así lo mostraban tanto los cánticos que resonaron a medida que pasaba la mañana como los carteles que portaban multitud de mujeres durante la protesta: “No es un error, es tu privatización”, “Moreno = Mazón, vuestra mala gestión nos mata”, “Ni olvido ni perdón, Moreno dimisión”, “Basta ya”, “No somos 2.000, somos muchas más”, “Esta teta ya no existe”, “Dónde están, no se ven, los cribados del PP”, “Sanidad pública y de calidad”…
Y es que el escándalo del retraso en la comunicación de los diagnósticos de los cribados no solo es un crimen contra las mujeres trabajadoras, es también la punta del iceberg de un sistema de salud público que lleva años colapsado por falta de recursos, con una atención primaria desbordada, sin medios ni profesionales suficientes, con unas listas de espera que han alcanzado más de un millón de pacientes para ser operados o acceder a una primera cita..., y ha destapado la olla podrida de los recortes del PP andaluz. Destruyen la sanidad pública para que sus colegas empresarios hagan suculentos negocios a costa de poner en riesgo nuestras vidas, que para ellos no valen nada.
No podemos perderlo de vista: este es otro crimen a manos del PP, que se suma a los 7.291 muertos en las residencias de mayores durante la pandemia con el Gobierno de Díaz Ayuso y a las muertes causadas por la DANA debido a la negligencia criminal de Mazón en al País Valencià. Y no pueden quedar impunes.
Por eso es tan importante la movilización y la respuesta colectiva. Las mujeres afectadas están marcando el camino con su ejemplo y han conectado con el malestar de fondo de centeneras de miles de familias trabajadoras. Han puesto contra las cuerdas al Gobierno de Moreno Bonilla, quitándole esa falsa careta de “moderado” dentro de la derecha, evitando que esconda bajo la alfombra del Palacio de San Telmo sus políticas privatizadoras, sus ataques, sus mentiras y su arrogancia.
La concentración del pasado 8 de octubre fue un primer golpe de realidad demoledor para el PP. La presión del movimiento fue tan grande que no tuvieron más remedio que hacer dimitir a la consejera de Salud. Pero si pensaban que con esto sería suficiente para calmar los ánimos, el domingo 26 tuvieron una respuesta multitudinaria y a la altura.

No contentos con todo el dolor y sufrimiento que ya han causado, de no haber movido un solo dedo para dar una solución real a las miles de mujeres afectadas para quienes sigue corriendo el tiempo en contra, se atreven ahora a lanzar insultos y calumnias contra ellas en un intento ridículo de desprestigiarlas: son unos miserables.
El nuevo consejero de Salud, Antonio Sanz, no tardó ni una semana en mostrar su calaña. Con una frialdad que lo dice todo, comparó los problemas habidos en las aplicaciones Clic Salud y Diraya, usada para acceder online a tu historial médico, con la “incidencia el día anterior de Amazon”. Toda una declaración de principios: somos meras mercancías, por si había alguna duda. No contento con esto, acusó a AMAMA de mentir, de “lanzar infundios” y de “intentar desprestigiar al sistema público y a los profesionales” por haber denunciado ante la Fiscalía la manipulación y desaparición de pruebas de cáncer (que siguen sin aparecer), una realidad que el propio Sistema Andaluz de Salud tuvo que reconocer y admitir “fallos técnicos” para acceder a los informes del programa de cribados. A la vez, Moreno Bonilla les recriminaba el haber “preferido manifestarse”. Efectivamente, esto es lo que les preocupa, que la indignación estalle, se organice, crezca y les ponga en su sitio. “Ellos tienen miedo, se han puesto nerviosos porque no somos nada para ellos (…) les importamos una mierda”, afirmaba Ángela Claverol.
Los planes del PP no van a ser frenados con mociones parlamentarias ni simplemente votando en las próximas elecciones. El problema es el parasitismo empresarial que recorre el sistema sanitario, alimentado por el PP y antes por el PSOE desde la Junta de Andalucía. Hay que unificar las enormes movilizaciones en defensa de la sanidad pública con el resto de las luchas y sectores, y confluir en una gran huelga general que eche atrás los ataques del PP. ¡Así se combate a la derecha y sus políticas!
Solo con la movilización conseguiremos unos servicios públicos de calidad y revertir las privatizaciones en sanidad, educación, asistencia a nuestros mayores, etc., que con el PP a la vanguardia, aunque también llevadas a cabo por los distintos Gobiernos del PSOE, se dan hace décadas.
Como se decía el domingo en Sevilla: “Porque hay mujeres que ya no están y familias que están destruidas y porque es inadmisible que esto quede así: la lucha continúa”.


















