Entrevista a la Plataforma Sector Social de Madrid: “Lo que debería ser un servicio 100% público se ha transformado en un negocio”

Sindicato de Estudiantes -. ¿Qué condiciones laborales tenéis y cómo afecta esto a las trabajadoras y a los usuarios?

Plataforma Sector Social Madrid (PSSM): Las profesionales del Sector Social trabajamos literalmente en condiciones de miseria. Lo que debería ser un servicio 100% público, orientado a cuidar y proteger a las personas, se ha transformado en un negocio. Y esa mercantilización ha impregnado cada rincón de nuestro trabajo.

La deriva hacia este modelo de privatización y externalización ha generado un escenario de precariedad estructural: salarios bajos, jornadas insostenibles, inestabilidad permanente y una falta crónica de personal. Somos menos de las necesarias, con menos recursos y enfrentándonos a ratios imposibles, que hacen materialmente inviable ofrecer una atención segura, humana y de calidad.

Desde esta lógica empresarial, recortar recursos es aumentar beneficios. Pero nosotras no trabajamos con mercancía: trabajamos con personas que atraviesan situaciones extremadamente complejas. Ese enfoque deshumanizado tiene un coste enorme. Para las trabajadoras, supone ejercer nuestra labor en condiciones durísimas, con niveles de estrés desbordados y en entornos hostiles que están deteriorando gravemente nuestra salud física y mental. Para las personas que atendemos, implica una caída inevitable en la calidad de los servicios: cuando no hay condiciones dignas, no puede haber una buena atención. Por eso la lucha por mejorar nuestras condiciones laborales es también una lucha por la dignidad de las personas que acuden a los servicios.

SE -. ¿Cómo surge la Plataforma del Sector Social y qué reivindicáis?

PSSM: La Plataforma del Sector Social Madrid nace como una respuesta colectiva, casi inevitable, ante una realidad que llevaba años siendo insostenible. El detonante fue el asesinato de nuestra compañera Belén -educadora social- que evidenció de la forma más brutal la realidad del sector en el que trabajamos. Fue entonces cuando muchas decidimos que no podíamos seguir calladas y que la única forma de conseguir cambios era organizarnos desde abajo.

A partir de ese momento comenzó un trabajo colectivo y asambleario que nos permitió construir nuestra hoja de ruta y fijar los objetivos que guían hoy la lucha. El primero es poner fin a la precariedad laboral que arrastra el sector. Para ello, la Plataforma reclama la creación de un convenio autonómico unificado que acabe con la actual dispersión de convenios —todos insuficientes— y que garantice derechos laborales dignos y homogéneos. También exigir a las Administraciones Públicas que elaboren pliegos dignos, que aseguren la profesionalización, la contratación de personal suficiente y una intervención de calidad. Estas medidas deben ir acompañadas de políticas reales que protejan el bienestar y la salud física, mental y emocional de las trabajadoras, hoy gravemente deteriorados por años de sobrecarga y condiciones inhumanas.

Defendemos un modelo donde el cuidado de las personas no esté en manos de empresas que buscan beneficio económico. Por eso reclamamos poner fin a la presencia de fondos buitre y empresas multiservicios, muchas de ellas sin especialización, que operan en el sector gracias a pliegos de baja calidad.

Otro punto clave es romper el silencio y la invisibilidad en torno a la precariedad laboral y a la violencia estructural que sufren las profesionales. La Plataforma considera imprescindible sacar a la luz estas realidades para avanzar hacia un modelo verdaderamente público, ético y seguro.

Por último, creemos importante poner también el foco en las personas que participan en los servicios, visibilizar y erradicar la violencia estructural que también sufren, así como combatir los discursos de odio que alimentan su estigmatización. Además, abogamos por fortalecer su participación dentro de la propia plataforma, para que su voz y su experiencia formen parte activa de la lucha y del diseño de un modelo de Sector Social más humano, justo y transformador.

En definitiva, tenemos una meta muy clara: unos Servicios Sociales públicos, comunitarios y de proximidad, al servicio de las personas y no de intereses empresariales, independientemente de quien gobierne.

SE -. ¿Creéis que vuestro sector está invisibilizado?

PSSM: Sin duda, nuestro sector está profundamente invisibilizado. Esa invisibilización es, de hecho, una de las razones por las que decidimos organizarnos. La precariedad que vivimos solo aparece en los medios cuando ocurre una tragedia: una agresión, una muerte, un episodio extremo que suele presentarse como un suceso aislado. Pero lo que atravesamos cada día —violencia, estrés, sobrecarga, falta de recursos y ausencia total de reconocimiento— permanece fuera del foco mediático y político.

Lo mismo ocurre con las personas que acuden a los servicios, sus vulneraciones y la violencia estructural que sufren también quedan ocultas. Ellas soportan las consecuencias de un sistema que las maltrata mientras quienes las atendemos trabajamos sin herramientas, sin apoyo y sin protección.

A esto se suma una realidad que no podemos ignorar: somos un sector profundamente feminizado, sostén del sistema de cuidados que permite que todo lo demás funcione. Y, aun así, trabajamos en entornos donde la violencia laboral se ha normalizado hasta niveles insoportables. Este año hemos perdido a dos compañeras, Teresa y Belén, y hemos sido testigos de agresiones que muestran hasta qué punto la situación está fuera de control.

Pero no son casos aislados, son la muestra más visible de una violencia institucional que arrastramos desde hace años y que se sostiene en un marco legal —como la Ley de Contratos del Sector Público— que permite convertir servicios esenciales en nichos de negocio; y en decisiones políticas que facilitan el trasvase de dinero público a empresas privadas a costa de abaratar pliegos y precarizar nuestras condiciones.

Nos encontramos completamente desprotegidas: la falta de inspecciones, sanciones y control institucional deja vía libre a empresas que utilizan la palabra “vocación” como excusa para explotarnos. Así funciona hoy un sector que debería cuidar, pero que se mantiene únicamente gracias al compromiso —y al desgaste— de sus trabajadoras.

Por eso luchamos: para romper este silencio, visibilizar lo que ocurre y exigir un modelo que ponga la vida y la dignidad en el centro.

SE -. Vuestra Plataforma organizó concentraciones y protestas en distintas ciudades el pasado mes de septiembre. ¿Qué valoración hacéis?  

PSSM: La Plataforma del Sector Social de Madrid se sumó a las convocatorias estatales del pasado 20 de septiembre, formando parte de una movilización coordinada en todo el país. Aunque somos territorios que trabajan con autonomía, nuestro objetivo es común y creemos fundamental unir fuerzas y construir un movimiento estatal sólido. Estas movilizaciones fueron una muestra clara de que ese camino es posible: cientos de trabajadoras salimos a la calle en múltiples ciudades para denunciar juntas la precariedad, la violencia y el abandono institucional que atraviesa nuestro sector. La respuesta fue contundente y evidenció algo fundamental: hay voluntad de organizarse y de no aceptar ni un abuso más.

Desde entonces hemos seguido avanzando. Nos hemos sumado a otras luchas, apoyando movimientos como el Trabajadorxs por la Flotilla, y pretendemos fortalecer alianzas con otros colectivos que comparten nuestros valores y nuestras reivindicaciones.

SE -. En el cartel de la concentración en Madrid aparecía un corazón con la bandera palestina. ¿Por qué? ¿Creéis que hay que avanzar hacia unificar todas las luchas?

PSSM: La Plataforma apuesta por la solidaridad y la defensa de los derechos humanos en un sentido amplio y mostramos nuestro apoyo total al pueblo palestino. Por ello participamos activamente en las movilizaciones, junto a trabajadores que se unieron para defender la flotilla y reivindicar su rechazo al genocidio, demostrando que la solidaridad con quienes sufren violaciones graves de derechos humanos es inseparable de nuestra lucha.

Nuestra lucha no ocurre en un vacío. Forma parte de un contexto social más amplio, donde los discursos de odio crecen, ciertos colectivos son estigmatizados y los derechos sociales y humanos se ven permanentemente amenazados. Por eso creemos en la necesidad de articular luchas compartidas, tanto dentro del sector público —como con educación o sanidad— como en el plano internacional.

Para la Plataforma, la unidad y la solidaridad son herramientas esenciales para transformar la sociedad. Solo construyendo puentes entre diferentes movimientos podremos avanzar hacia un modelo más justo, inclusivo y respetuoso con los derechos de todas las personas.

SE-. ¿Qué pasos va a seguir la Plataforma de ahora en adelante?

PSSM: Nuestros esfuerzos se centran en avanzar firmemente hacia los tres ejes que definen nuestra acción:

1.-Mejorar y dignificar las condiciones laborales en el Sector Social.
2.-Conseguir el reconocimiento del Sector Social como un servicio público esencial y 100% público.
3.-Garantizar una atención digna y de calidad para todas las personas que participan en los servicios.

Nuestro objetivo prioritario es llegar a todas las trabajadoras del sector: psicólogas, trabajadoras sociales, educadoras e integradoras, personal de limpieza, auxiliares, profesionales de cocina y, por supuesto, al estudiantado que pronto se incorporará al ámbito laboral. Queremos animar a todas a unirse a esta lucha porque los problemas estructurales del sector no pueden resolverse de forma individual: solo la acción colectiva puede transformarlo. Nadie lo hará por nosotras.

Entramos ahora en un momento especialmente decisivo: la negociación del Convenio de Acción e Intervención Social. Es crucial que todas las profesionales estén informadas de lo que está ocurriendo y de las consecuencias que tiene la connivencia de los sindicatos mayoritarios que, una vez más, dejan fuera nuestras necesidades reales. Vamos a hacer oír nuestra voz con fuerza, a reivindicar lo que merecemos y a dejar claro que nadie puede hablar en nuestro nombre. Este convenio marcará el futuro de miles de trabajadoras, y no vamos a quedarnos al margen.

En los próximos días lanzaremos nuevas acciones y convocatorias. Invitamos a todas a seguir nuestras redes, mantenerse informadas y participar activamente. Hay mucho en juego y necesitamos sumar todas las voces.

Y a vosotras, estudiantes —futuras profesionales del sector—, os queremos hacer un llamamiento directo: este también es vuestro momento. La lucha por un Sector Social digno es, al mismo tiempo, la lucha por vuestro futuro laboral. Vuestra implicación es imprescindible para construir el sector que merecemos.

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