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La jornada de huelga estudiantil internacional del 27 de septiembre contra la crisis climática que sufre nuestro planeta ha sido un éxito a nivel mundial. En más de 150 ciudades, centenares de miles de jóvenes, trabajadores, pensionistas, hemos alzado nuestra voz, tanto en las manifestaciones estudiantiles de la mañana como las unitarias del movimiento ecologista por la tarde, contra la catástrofe ecológica y contra sus responsables.

La juventud en huelga en primera línea de la batalla

La jornada de huelga estudiantil convocada por el Sindicato de Estudiantes en el Estado Español ha sido un auténtico éxito. Las cifras son abrumadoras: más del 90% de seguimiento en los institutos públicos de Galiza, Asturias, Euskal Herria, Aragón, Catalunya, País Valencià, Andalucía, Madrid, y cifras superiores al 80% en Balears, Castilla León, Castilla-La Mancha… Más de dos millones de estudiantes de la enseñanza secundaria y decenas de miles de universitarios han vaciado las aulas secundando nuestro llamamiento. Decenas de miles hemos participado en las más de 40 manifestaciones impulsadas por la mañana: 15.000 en Barcelona, 15.000 en Madrid, 8.000 en València, 4.000 en Sevilla, 2.000 en Oviedo, 1.500 en Bilbo, 1.500 en Vigo… En todas las manifestaciones se respiraba un ambiente combativo que ponía el acento en denunciar a los grandes poderes económicos y en señalar al sistema capitalista como responsable no sólo de saquear nuestra naturaleza, sino también de privatizar y recortar la educación pública, de condenarnos al paro y a la precariedad, y tener reservado un futuro de miseria para la mayoría de la sociedad. Por eso, las consignas “Ecologistas y anticapitalistas”, “Este sistema es una mierda” o “Los que contaminan van en limusina” resonaron por las calles y plazas de todo el Estado con una fuerza apabullante.

La juventud ha levantado un poderoso movimiento ecologista con la celebración de numerosas huelgas estudiantiles y manifestaciones desde hace meses, y que tanto el pasado 15 de marzo, como el 20 y este 27 de septiembre ha movilizado a millones. Este levantamiento es sin duda un reflejo de la radicalización que vive la juventud a escala mundial. La lucha por salvar nuestro planeta -de la misma forma que la lucha contra el machismo- es un cauce de expresión para denunciar el callejón sin salida que supone el sistema capitalista para la mayoría de nosotros.

Desde el Sindicato de Estudiantes estamos plenamente convencidos que esta acción directa ha servido de altavoz para que los recientes estudios sobre la alarmante velocidad con la que avanza la crisis climática hayan tenido un auditorio mucho más amplio. Esto es lo que ha forzado a sectores de la clase capitalista y a los políticos a su servicio a intentar lavarse la cara de verde mostrando su “preocupación”, acelerando su campaña demagógica. En todas las manifestaciones estudiantiles denunciamos su estrategia de sumarse al carro del ecologismo para descargarse de la responsabilidad fundamental que tienen en esta barbarie y así intentar asimilar al movimiento ecologista y evitar que se llene de un contenido anticapitalista y revolucionario. Por eso, desde las calles de todo el Estado, les mandamos a todos ellos un mensaje muy claro: ni Ana Patricia Botín, ni Iñaki Urdangarín, ni la monarquía, ni políticos como Merkel o Macron nos engañan con sus maniobras.

Entre consigna y consigna, también recordamos el drama ecológico que hemos vivido este verano con los incendios provocados del Amazonas para regalar nuestros bosques a un puñado de multinacionales o como la Gota Fría ha destruido ciudades enteras del Levante y se ha cobrado la vida de diez personas a consecuencia del cambio climático y la especulación urbanística. Y tenemos que decir que el gobierno en funciones del PSOE también tiene responsabilidad en esta catástrofe.

El gobierno del Pedro Sánchez, que los días previos al 27-S hizo público un comunicado de apoyo a la Huelga Mundial por el clima, ha hecho muchas declaraciones sobre la necesidad de poner en marcha una “agenda de transición ecológica”. Pero en política lo que importan son los hechos y no las palabras. Si Pedro Sánchez quisiera realmente luchar contra el cambio climático debería confrontar con los grandes poderes económicos, empezando por nacionalizar las empresas eléctricas y del sector de la energía para que sean públicas y baratas y así acabar con la pobreza energética e impulsar una red de transporte gratuito que sea respetuoso con el medioambiente.

Masivas manifestaciones por la tarde. ¡Obreros y estudiantes, unidos y adelante!

La movilización de la juventud en la mañana de este 27-S era el preludio de lo que serían las manifestaciones unitarias convocadas por la tarde. A partir de las 18h, las principales arterias de decenas de ciudades se teñían de verde, de pancartas caseras y de ganas de lucha. Estas movilizaciones, convocadas por decenas de colectivos ecologistas, sindicatos de trabajadores y estudiantiles, desbordaron todas las previsiones dejándonos imágenes espectaculares: 250.000 en Barcelona, 200.000 en Madrid, 25.000 en València, 10.000 en Sevilla, 5.000 en Málaga…

Estas manifestaciones son un gran paso adelante en la lucha contra el cambio climático y desde el Sindicato de Estudiantes e Izquierda Revolucionaria hemos impulsado con todas nuestras fuerzas la movilización del 27-S. Estas demuestran dónde tenemos realmente la fuerza para salvar nuestro planeta -en la calle, en la huelga y en la movilización- y quienes somos los que sufrimos realmente las consecuencias de esta crisis climática: los trabajadores y los que provenimos de las familias más humildes. Es innegable que las y los jóvenes fuimos los protagonistas de este día. Pero, desde el Sindicato de Estudiantes también sabemos que la lucha en defensa del medioambiente no es una cuestión generacional y no compartimos el discurso que culpabiliza a nuestros padres y madres, abuelos y abuelas de la situación en la que se encuentra nuestro planeta. Por eso consideramos que, de cara a haber hecho esta jornada todavía más exitosa y amplia, los sindicatos de trabajadores CCOO y UGT deberían haber llamado a la huelga general de 24h -no a un ridículo paro de 4 minutos y 15 segundos- para que más trabajadores y trabajadoras se unan a este movimiento. Una huelga general que hubiese paralizado todos los puestos de trabajo desde primera hora de la mañana hasta la noche y que vinculara las reivindicaciones de la juventud a la lucha por unas condiciones de vida dignas para todas y todas, contra la explotación que sufre nuestro planeta y la que sufrimos todos los que vivimos en él.

El capitalismo mata el planeta. ¡Necesitamos una REVOLUCIÓN!

La gran jornada de lucha que vivimos el 27-S vuelve a poner encima de la mesa que nuestra lucha no es una cuestión individual y que no abogamos porque se convoquen más cumbres del clima que son un lavado de cara para los políticos del sistema, que más multinacionales se coloquen la etiqueta de ecológicas o que haya más partidos verdes. Cuando estos partidos han llegado a los gobiernos, han aplicado las mismas políticas de recortes y ataques contra nuestros derechos. No, no es posible construir un “capitalismo verde”.

Desde el Sindicato de Estudiantes sabemos que para salvar nuestro planeta y revertir la situación tan trágica que vive debemos acabar con la raíz del problema, con la raíz de todos nuestros problemas: el sistema capitalista. Si no acabamos con el capitalismo, seremos los de siempre -los jóvenes y los trabajadores- quienes paguemos las consecuencias de una crisis ecológica a la que un puñado de empresas y capitalistas han abocado al conjunto de la sociedad. Esta idea fundamental no sólo tuvo un gran eco dentro de las protestas, sino que demuestra como las ideas del marxismo revolucionario conectan con la juventud: vendimos más de 1.350 ejemplares de nuestro periódico El Militante.

Demostramos de nuevo que tenemos la fuerza conseguir todas nuestras reivindicaciones. Pero para que nuestro movimiento sea lo más poderoso y efectivo posible, debemos levantar un movimiento ecologista de lucha, que plantee terminar con la dictadura que los grandes monopolios ejercen sobre la producción mundial, para planificar la economía de manera racional y respetuosa con el medio ambiente. Construir una alternativa revolucionaria a este sistema es más urgente que nunca porque nos jugamos mucho. Luchar por la transformación socialista de la sociedad es una tarea de vida o muerte. Por un movimiento ecologista revolucionario y de combate: ¡Únete al Sindicato de Estudiantes!

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