Cartas a la redacción
Coincidiendo con el día de la trabajadora, y agradeciendo de antemano la posibilidad de la difusión de esta carta, quería dedicársela a una mujer realmente encomiable, sencillamente a una MUJER que sabe de desigualdad y rechazo.
Me explico: Les hablo de una mujer de 46 años, trabajadora en activo. Administrativa en una asociación para la ayuda al discapacitado, situada en Toledo, a 9 kilómetros de donde ella reside. Hasta aquí podríamos decir que es una privilegiada en los tiempos que corren.
Sería así, si ella no estuviera enferma. Hablamos de una persona parapléjica con una lesión completa desde hace 28 años; sufrió un accidente de tráfico en 1982, causándole una lesión que la dejó en silla de ruedas a los 18 años. Les hablo de Pepa Sánchez Villaverde, una mujer anónima que ha sufrido las desigualdades y el rechazo de esta sociedad y a pesar de todo a ello ha seguido luchando para mantener su derecho a vivir dignamente.
En el deporte trabajó incansablemente para seguir estando activa, consiguiendo muchas medallas, copas, y su sueño de participar en las Paralimpiadas de Barcelona (...)
En el campo laboral fue muy difícil. Aunque ella se mantenía firme en la búsqueda de trabajo era rechazada una y otra vez, aun teniendo la titulación requerida. Los empresarios consideraban como discapacitados "sólo a alguien con una cojera, sordera, miopías..." y la silla de ruedas siempre era un obstáculo. Para colmo de los colmos es mujer (...)
En los años 90 consiguió un puesto de trabajo en un "Centro Especial de Empleo" que resultó ser una tapadera para recoger subvenciones a costa de los discapacitados, pagándoles un sueldo irrisorio, que después de tres años tuvo que abandonar ya que sus problemas de salud empezaron a manifestarse en "temblor en las manos".
En el año 2000 comienza a trabajar en la asociación mencionada anteriormente como auxiliar administrativo (ascendida posteriormente) en la que sigue trabajando en la actualidad. Tiene una jornada laboral normal, ocho horas en turno partido.
Desde 2006 su situación personal empeora con el aumento de sus dolores y patologías que antes no había sufrido (...). En noviembre de 2007 le dan la baja por enfermedad. Después de pasar varias inspecciones médicas en el 2008 deciden darle el alta médica, teniendo que incorporarse a su trabajo con los mismos problemas de salud y agravándose cada día un poco más, resolviendo que su situación no es definitiva hasta que esto se resuelva judicialmente, no pudiendo coger una baja más por estas dolencias. En 2008 puso demanda en el Juzgado de lo Social de Toledo, pidiendo la incapacidad absoluta y la gran invalidez, a fecha de hoy, 8 de marzo del 2010, está todavía esperando respuesta, con posible fecha de celebración del juicio para diciembre de este año. Es incomprensible que tarde tanto en salir un juicio donde la salud y la integridad de una persona están en juego, tampoco podemos comprender como la Seguridad Social le da el alta médica, con los informes que se han aportado de Pepa, en los que todos los especialistas coinciden en que no puede realizar el trabajo de administrativo y ningún otro, por no poder soportar una jornada laboral y tener que hacer cambios posturales (de estar sentada a estar tumbada) cada hora que pasa, algo que no puede hacer por miedo al despido, debido a su patología músculo-esquelética y DESGASTE IRREVERSIBLE Y PROGRESIVO, y por lo que le aconsejan que abandone su situación laboral, tramitando las pensiones correspondientes de incapacidad y Ley de Dependencia.
Esto estaría muy bien si ella no tuviera que pagar una hipoteca, alimentarse y vivir dignamente, ya que a fecha de hoy por desgracia no le ha tocado la lotería, y la Seguridad Social no está por la labor de darle su incapacidad.
Soy su hermana y me duele verla luchar cada día con sus dolores para poderse levantar de la cama, desmontar la silla de ruedas cuatro veces al día para meterla en el coche, e incluso tomando una medicación con la que no debería conducir, para no perder su puesto de trabajo. Os juro que es horrible ver a alguien que quieres como su sonrisa se apaga cada día más y sus ojos se oscurecen de rabia e impotencia por querer sobrevivir como cualquier ciudadano de este país.
Guadalajara, 8 de marzo del 2010