"¿Y cómo ganamos esta guerra? ¿Cuál es nuestra arma más letal?¿Las pistolas, las granadas, los lanzamisiles? El pueblo."

"Tenéis que decir que soy un revolucionario y tenéis que decir que soy un proletario." 


Fred Hampton 1948-1969, asesinado por la policía a los 21 años de edad

Cuando las movilizaciones de masas adquieren una dimensión tan honda como lo hicieron las protestas del movimiento Black Lives Matter en 2020 tras el asesinato de George Floyd, ningún aspecto de la sociedad queda fuera de su impacto. Sin duda esa puede ser en parte la razón de la llegada a las pantallas en 2021 del film Judas y el Mesías negro. Una película centrada en la figura política que representaron los Panteras Negras (BPP en sus siglas en inglés) a finales de los años 60 y especialmente la de uno de sus principales dirigentes, Fred Hampton.
 
La película utiliza como hilo conductor la figura de William O'Neal, un infiltrado del FBI en la organización política, para acercarnos a una parte de las actividades del BPP y especialmente a Fred Hampton y su entorno más cercano. 
 
El surgimiento en esos años del BPP fue un acontecimiento político colosal. Tal fue la magnitud y el potencial de esta nueva organización política revolucionaria que el aparato del estado estadounidense no dudo en poner todos sus medios para destruirlo a cualquier precio. Para el FBI y el director del mismo en la época, Edgar Hoover, las cosas estaban muy claras: "Los Panteras Negras son la mayor amenaza para nuestra seguridad nacional, más que los chinos y mucho más que los rusos. Nuestro programa de contrainteligencia debe impedir el surgimiento de un Mesías negro. Uno con potencial para unir a comunistas, antibelicistas y a los movimientos de la nueva izquierda." 
 
Con este telón de fondo la película transcurre en las calles de Chicago mostrándonos algunos de los programas sociales de los Panteras en la ciudad, los actos públicos que eran aclamados por la juventud negra más consciente, así como dejando entrever algunos de los aspectos centrales de sus tesis políticas y llave hacia la que podría haber sido una exitosa organización revolucionaria de masas en todo el país. 
 
Los primeros cinco minutos de metraje son fundamentales para acercarnos en parte al contexto de la época. En ellos además de alguna referencia a la carnicería que estaba suponiendo la guerra de Vietnam, y cómo los jóvenes negros eran enviados en masa a morir para mayor gloria del capitalismo made in USA, también nos deja oír y ver en primera persona a algunas de las figuras más icónicas de los Panteras y, sobretodo, podemos hacernos una clara idea del porqué del miedo tan terrible que la burguesía estadounidense tenía a este movimiento que en menos de dos años se ganó el oído y el respeto de millones de personas.
 
"No se combate el racismo con racismo, sino con solidaridad. No combatiremos el capitalismo con capitalismo negro, sino con socialismo.", "Un estado anticapitalista, de eso es de lo que estamos hablando.", "Hay un hombre llamado capitalista; da igual el color del que sea: blanco, negro, marrón o rojo"
 
Si bien Shaka King ,director de la película, decide mostrarnos la importancia que los programas sociales de carácter asistencial llevados adelante por el BPP tuvieron en un momento determinado, como la atención médica gratuita, los programas de desayuno para niños,  ayuda legal gratuita, educación para la comunidad… merece la pena destacar cómo la película también se centra en presentarnos el carácter de clase tan marcado que algunos dirigentes de los Panteras sabían que era necesario imprimir al Partido para así acabar de una vez por todas con la desigualdad, la represión y la injusticia. 
 
En concreto podemos ver la vehemencia con que Fred Hampton lucha para unir en un primer momento a las diferentes organizaciones y colectivos de afroamericanos que ya existían en la ciudad, para más adelante dar un salto que hizo sonar todas las alarmas en el seno del FBI. Y es que los Panteras de Chicago lograron unir sus fuerzas a los Young Lords -puertorriqueños- y a los Young Patriots -blancos pobres que en muchas ocasiones padecían las mismas condiciones de vida miserables- para organizar un partido político con el que concurrir a las elecciones.
 
La película también pasa de puntillas por algún otro aspecto, en realidad fundamental para poder comprender la fuerza y éxitos del partido en la extensión de su mensaje y propuestas revolucionarias. Y es que aunque en "Judas, el Mesías negro" a penas se ve una breve secuencia en la que Hampton vende el periódico en los suburbios de Chicago, lo cierto es que el periódico del BPP llego a tener una difusión de 100.000 ejemplares semanales a lo largo y ancho de todo el país.
 
Sin duda otro aspecto que también refleja la película casi desde el primer momento es la importancia del papel que jugaron las mujeres dentro del Partido. No se les reservó un espacio secundario o asistencial. Nada más lejos de la realidad. Coparon puestos de dirección del Comité Central del Partido, en las acciones más intrépidas en las calles y como las más aguerridas militantes en las tareas de la base del Partido. También dentro del mismo tuvieron que vérselas con actitudes machistas que algunos elementos tenían muy incrustadas en su ADN, pero rápidamente eran cortadas de raíz sin el menor miramiento.
 
La película reproduce en diferentes momentos diálogos con una carga política profunda que sin duda hacen que merezca mucho la pena acercarse a verla como breve introducción al estudio de un movimiento tan extraordinario como fue el del BPP. "Van a dejaros cambiar de nombre a los colegios, que les llaméis Malcom X, pero van a seguir arrastrándoos a la guerra de Vietnam para que matéis a un pobre arrocero. Esa es la diferencia entre una revolución y la edulcorada fachada de la reforma gradual."
 
Por último es importante resaltar que la película no se olvida de la feroz represión y la guerra sucia que padecieron quienes osaron levantar su voz contra la injusticia y el capitalismo que la engendra. De esta forma se puede ver cómo la oficina de contrainteligencia -Cointelpro- (que había nacido en 1956 para controlar y desmantelar al Partido Comunista de Estados Unidos), en la práctica se había convertido en un organismo que prácticamente vivía en exclusiva para acabar con los Panteras Negras. De esta forma, de los 295 operativos que el Cointelpro desarrollo en 1969, 233 se ejecutaron contra los el Partido de los Panteras Negras.
 
Estos "operativos" en ocasiones simplemente eran escuadrones de la muerte, como el que se organizó para asesinar a Hampton mientras dormía en su casa y en el que fue asesinado otro compañero y hubo numerosos heridos (entre ellos la pareja de Humpton, embarazada y a punto de dar a luz y que también recibió un balazo). En esta intervención de la contrainteligencia se contabilizaron 99 disparos de la policía, 1 en defensa propia, 7 supervivientes y dos asesinados.
 
Sin duda esta película nos habla de una auténtica revolución vivida en primera persona por el pueblo negro de los Estados Unidos a finales de los años 60 y que es muy necesario estudiar para remarcar los enormes aciertos y avances que lograron, pero también para subrayar los errores casi inevitables que una dirección política compuesta por unos jovencísimos dirigentes cometieron. Esta película es un reconocimiento a aquella labor titánica que no esquivaron unos revolucionarios afroamericanos de los que todavía es necesario seguir aprendiendo y que en muchos casos pagaron con sus vidas.

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