No a la criminalización de las luchas de la clase obrera y la juventud
Con el estallido de la crisis en 2007, el verdadero rostro del sistema capitalista ha quedado en evidencia para millones de jóvenes y trabajadores. Pero la agudización de la recesión capitalista internacional ha venido acompañada también de un proceso generalizado de toma de conciencia, un hecho que cristaliza en la respuesta cada vez más fuerte del movimiento juvenil y de los trabajadores a los ataques de burguesía.
Cada día es más evidente que los capitalistas están recurriendo a todas las herramientas a su disposición para tratar de frenar este movimiento de protesta que va en ascenso. Pretenden deslegitimar y aislar socialmente a aquellos que luchamos, y cuando esto no da resultados echan mano de la represión pura y dura. Tal es el papel que juegan, más que nunca, los grandes medios de comunicación, que se muestran a las claras como meras correas de transmisión de los intereses capitalistas. Utilizando la manipulación más descarada tratan de presentar a la juventud y a los trabajadores que nos movilizamos como gente violenta, y ocultan las protestas más significativas que están teniendo lugar en los países de nuestro entorno más cercano. Y cuando la protesta alcanza niveles que hacen que sea imposible ocultarla, estos grandes monopolios de comunicación pasan a la ofensiva, organizando verdaderas campañas de criminalización contra la protesta social y sus representantes más destacados.
Pero las armas que la burguesía utiliza para defender sus intereses van mucho más allá del control de los medios de comunicación. En los últimos meses hemos vivido ejemplos de la creciente represión por parte del aparato del Estado, una violencia policial salvaje y la actuación creciente de infiltrados para provocar disturbios que luego justifiquen las cargas policiales y las detenciones. La persecución contra activistas que han participado en huelgas generales, incluyendo detenciones en sus centros de estudio o lugares de trabajo; las multas contra las personas y organizaciones que organizan protestas; el recurso a la violencia policial para intentar desalojarnos de calles y plazas, la reforma del código penal para imputar a partidos, sindicatos y organizaciones de izquierda por “altercados” que puedan suceder en las manifestaciones, o la prohibición de grabar a la policía en las movilizaciones, son un buen ejemplo de que la “democracia” que dice defender este gobierno, y los defensores del capitalismo, no es tal.
Por todo ello, desde la Vª Conferencia Sindical de El Militante denunciamos esta brutal campaña de criminalización contra la clase obrera y la juventud; exigimos la retirada inmediata de todos los cargos policiales y judiciales impuestos a todos los compañeros por participar en las últimas movilizaciones, especialmente en la pasada huelga general del 14-N, a la par que redoblamos nuestro compromiso en defensa de la libertad de expresión, de manifestación, de huelga y de los derechos de los oprimidos.