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El 21 de mayo entraba en prisión el último de los seis jóvenes antifascistas de Zaragoza condenados por el Tribunal Supremo a cuatro años y nueve meses de cárcel, multas de hasta once mil euros y un año de libertad vigilada para los dos menores encausados, tras ser acusados de “desórdenes públicos” y “atentado contra la autoridad”. Todo ello por manifestarse en enero de 2019 contra un mitin de Vox.

La base del juicio, celebrado en febrero de este año, fue un montaje policial de manual. Fueron arrestados de forma arbitraria dos horas después de la manifestación en el interior de un bar, y la única prueba contra ellos fue el testimonio de la policía. Además, las pruebas que enseñaron los abogados de los jóvenes a los jueces demostrando su inocencia fueron desestimadas. Un completo escándalo de esta justicia reaccionaria.

Pero esta condena, como bien señalan desde la Plataforma por la Libertad de los 6 de Zaragoza, no es un caso aislado.

Centenares de sindicalistas y luchadores son denunciados, enjuiciados y en muchos casos condenados por manifestarse e intentar ejercer su derecho a huelga. Raperos como Pablo Hasél son encarcelados por denunciar en sus temas la corrupción del rey emérito, violando sin pudor la judicatura el derecho a la libertad de expresión. Eso sí, los nazis y reaccionarios de todo pelaje campan a sus anchas amenazando y agrediendo a luchadores con total impunidad.

Esta condena es otro sangrante episodio de un aparato del Estado y una judicatura con estrechos vínculos y sintonía con la extrema derechaque persigue, acosa y encarcela a quienes lo denunciamos y luchamos contra la injusticia, la ultraderecha y por transformar la sociedad. Con esta sentencia quieren enviarnos un mensaje: que nos callemos, que nos quedemos en casa, que no salgamos a manifestarnos y que no pongamos en entredicho su “ley y orden”, porque si lo hacemos, nos pasará como a los 6 de Zaragoza.

Sin embargo, a pesar de la represión, los familiares, amigos y compañeros de estos jóvenes no se han quedado callados y son una inspiración para todos y todas nosostras. Están llevando a cabo una campaña de firmas pidiendo su indulto, que ha conseguido hasta el momento más de 11.000. Además han impulsado una iniciativa económica solidaria, para conseguir cubrir las costas del juicio y las multas, con la que en dos semanas ya han conseguido un apoyo de 61.000 euros. Así mismo, los condenados, que llevan ya más de dos meses en prisión, siguen denunciando a la justicia franquista y a la extrema derecha en sus declaraciones. La solidaridad de la juventud y los trabajadores que luchan está teniendo una honda repercusión.

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El juicio, fue un montaje policial de manual. Fueron arrestados de forma arbitraria dos horas después de la manifestación, y la prueba contra ellos fue el testimonio de la policía. Además, las pruebas que los exculpaban fueron desestimadas. 

Es un escándalo mayúsculo que el Gobierno PSOE-Sumar esté haciendo oídos sordos a la petición de indulto y no haya movido un solo dedo para la puesta en libertad de estos seis antifascistas. Como muy bien denuncia esta Plataforma en su comunicado: “cada día que pasan en prisión es responsabilidad del Gobierno porque está en su mano el indulto y la libertad”.

Mucho hablar de que hay que frenar a la ultraderecha, pero esto está pasando con Pedro Sánchez como presidente, y los hechos son claros: su Ministerio de Justicia no se ha dignado aún a responder la solicitud de indulto. ¡Qué vergüenza!

Pero además hay que recordar que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz siguen sin derogar —y no tienen la más mínima intención de hacerlo— la Ley Mordaza y los artículos del Código Penal que atacan el derecho de manifestación.  

Este Gobierno en lugar de enfrentarse a este aparato del Estado infestado de fascistas, lo utiliza para amedrentar y reprimir las movilizaciones de la juventud y los trabajadores. Y es quien mantiene a Grande-Marlaska como ministro de Interior, el responsable junto a las autoridades marroquíes de la matanza en la valla de Melilla, de las cotidianas redadas racistas en nuestros barrios, de enviar tanquetas contra la lucha obrera del metal en Cádiz o el mismo que envía a la policía a reprimir las acampadas en solidaridad con el pueblo palestino.

Desde Izquierda Revolucionaria y el Sindicato de Estudiantes mandamos todo nuestro cariño y solidaridad a estos seis jóvenes, sus familiares y amigos; y seguiremos difundiendo esta campaña exigiendo su indulto y puesta en libertad de inmediato. Además de la derogación de la Ley Mordaza y todas las normativas que atenten contra nuestros derechos democráticos. Porque luchar contra el fascismo no es ningún delito.

 

 

 

 

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