¡Nativa o extranjera, la misma case obrera!
La unidad de los trabajadores por encima de cualquier división sea de sexo, nacionalidad o etnia es una necesidad objetiva para hacer frente con éxito a los ataques de la patronal; sin embargo, la integración de los trabajadores inmigrantes en nuestras organizaciones sindicales sigue siendo totalmente insuficiente.
La fuerza laboral inmigrante ha sido un factor determinante del crecimiento económico en los últimos 14 años, y ahora que el desempleo sacude con fuerza a nuestra clase, son ellos quienes se llevan la peor parte: siendo la media de desempleo de un 26% en el Estado español, los trabajadores de origen africano tienen una tasa del 49,3%, los rumanos y búlgaros del 32,6% y los latinos un 28,5%. Igualmente, hasta 2010 el salario real de los trabajadores inmigrantes había descendido un 10,6%, dándose la situación de que más de la mitad de los asalariados inmigrantes no alcanzan el Salario Mínimo Interprofesional en cómputo anual. Dentro del empobrecimiento general, la tasa de pobreza en los hogares inmigrantes está en el 31% y el índice de pobreza extrema es del 20%.
La clase dominante es la única interesada en mantener las distancias entre trabajadores españoles y extranjeros; para ello se vale de todas las herramientas a su disposición, como la aprobación de leyes y decretos tendentes a la exclusión social de los inmigrantes (como la Reforma de la Ley Sanitaria que niega todo tipo de asistencia médica a inmigrantes “irregulares” excepto urgencias, partos y atención a menores), o las sucesivas Reformas de la Ley de Extranjería, que fomentan de distintas maneras la persecución y hostigamiento a los inmigrantes sin papeles y el racismo a base de redadas constantes en los barrios. Una de la realidades más graves son los tristemente famosos Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), donde se tortura a decenas de inmigrantes cada día sin que tengan ningún derecho o posibilidad jurídica de defenderse, en los que ya se han producido numerosas muertes de inocentes. En estas especies de cárceles no oficiales, no se observan las mínimas condiciones de seguridad y salubridad, no hay aprobada ninguna reglamentación sobre su funcionamiento y en ellos la intimidación, los insultos, las palizas y los abusos de todo tipo son el pan de cada día.
Los más de 5 millones de inmigrantes en el Estado español, constituyen una poderosísima fuerza revolucionaria que es necesario integrar sin ninguna fisura en el nuestras organizaciones de clase y sindicatos. ¡Les necesitamos a nuestro lado!
1- Por la integración real de los trabajadores inmigrantes en nuestros sindicatos. Por una acción sindical basad en la unidad de los trabajadores y en la defensa de sus derechos por encima de sus orígenes nacionales.
2- Contra la discriminación salarial y por unas condiciones dignas de trabajo para nacionales y extranjeros por igual.
3- Por la abolición de la Ley de Extranjería, de la reforma de la Ley sanitaria, y los CIEs.
4- Contra las redadas policiales en nuestras calles, metros y estaciones. Libertad de movimientos para todos los inmigrantes sin ninguna restricción