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Los jóvenes lo decimos alto y claro: ¡No pasarán!

Desde el Sindicato de Estudiantes e Izquierda Revolucionaria queremos trasladar nuestra solidaridad y apoyo antifascista a los y las compañeras de La Joven Guardia en Francia. Esta organización, una referencia en la lucha contra el fascismo y en defensa de los espacios militantes y populares, se enfrenta a una amenaza de ilegalización por parte del gobierno francés.

Esta decisión del nuevo gobierno de Bayrou no es solo un ataque contra la Joven Guardia, sino un paso más en la criminalización de los movimientos sociales que resisten al avance de la extrema derecha en Europa. Esta estrategia no solo busca desmontar al movimiento antifascista en Francia, sino enviar un mensaje a toda Europa. Un mensaje claro: los y las antifascistas estamos en la diana de las políticas reaccionarias y represivas de la extrema derecha, pero también de la derecha “tradicional” y “moderada”. Esa misma derecha a la que el PS sostiene en el gobierno.

La represión del gobierno francés no es un hecho aislado. En los últimos años, hemos sido testigos de un endurecimiento de las políticas de censura y represión contra quienes alzan la voz contra las injusticias. Bajo la retórica de la seguridad y el orden, el estado francés ha desplegado un aparato represivo que criminaliza a los sectores más combativos de la sociedad. Se ha perseguido a sindicalistas, a militantes ecologistas, a colectivos de defensa de los derechos de los migrantes y, por supuesto, a las organizaciones antifascistas. La prohibición de la Joven Guardia se inscribe en esta ofensiva reaccionaria, una ofensiva que busca desarticular cualquier resistencia popular a la agenda neoliberal y autoritaria que Macron y sus gobiernos han intentado imponer a sangre y fuego.

Es especialmente alarmante que esta ilegalización haya sido promovida por sectores de la extrema derecha y por grupos que, disfrazados de feminismo, no hacen más que servir a la agenda xenófoba y reaccionaria. Nos referimos específicamente a Némésis, un colectivo que se autodenomina feminista pero que ha demostrado ser abiertamente xenófobo, racista, tránsfobo y cómplice de la criminalización de algunos movimientos sociales. No podemos permitir que el discurso de la igualdad sea manipulado para justificar la persecución de quienes luchan por una sociedad libre de opresión.

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La represión del gobierno francés no es un hecho aislado. En los últimos años, hemos sido testigos de un endurecimiento de las políticas de censura y represión contra quienes alzan la voz contra las injusticias.

De hecho, el ministro del Interior de Bayrou, Bruno Retailleau, se ha mostrado abiertamente partidario de los planteamientos de este grupúsculo ultraderechista, alabando a sus militantes y señalando que él mismo defiende tesis muy próximas a las de Némésis. Este es el gobierno “centrista” y “moderado” de Bayrou. Un gobierno ilegítimo, con una posición parlamentaria extremadamente débil y que sólo es capaz de sostenerse por el apoyo de la extrema derecha de Le Pen y por la traición del PS.

Mientras organizaciones reaccionarias como Némésis continúan operando con total impunidad, el estado ataca a quienes realmente no están de acuerdo con su discurso. No podemos ignorar la hipocresía de un gobierno que se presenta como defensor de la democracia mientras silencia, reprime y disuelve colectivos que defienden la justicia social.

Frente a esta situación, hacemos un llamado a la solidaridad internacional. La lucha antifascista es global, y lo que sucede en Francia debe servirnos de advertencia. Si permitimos que avancen las políticas de criminalización y censura, pronto veremos a más colectivos en la mira del Estado y sus aliados reaccionarios.

Desde el Sindicato de Estudiantes e Izquierda Revolucionaria, reiteramos nuestro apoyo a la Joven Guardia y a todos los colectivos que enfrentan la represión en Francia. No nos callarán ni nos desmovilizarán. La historia nos ha enseñado que, aunque los Estados intenten silenciar la lucha, la resistencia siempre encuentra su camino.

Contra su represión y su censura: ¡Solidaridad con los y las compañeras de la Joven Guardia!

¡No pasarán!


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