El pasado 23 de octubre Plataforma x Cataluña (PxC) convocó una peregrinación al monasterio de Montserrat con 300 militantes y simpatizantes donde, una vez más, su líder Anglada —que está actualmente siendo juzgado por maltratar a su hijo— volvió a hacer alarde de su discurso xenófobo y racista con total impunidad. Entre otras perlas ha defendido “incentivar el nacimiento de niños autóctonos para frenar esta invasión por el útero que estamos sufriendo, porque el futuro de nuestra civilización tal como la hemos conocido no corra peligro” o “aquí en Montserrat está la esencia de la identidad y la religiosidad catalana que nada tiene que ver con mujeres escondidas por velos, ni con imanes que predican la yihad”. También ha dicho que “nos va a tocar a los valientes expulsar a los musulmanes de nuestro país”

Este partido, abiertamente xenófobo y racista, hace campaña contra los emigrantes, especialmente los de religión musulmana. Anglada comenzó militando en el grupo de extrema derecha Fuerza Nueva organizando viajes al Valle de los Caídos y, posteriormente, en el partido Frente Nacional, dirigido por el franquista Blas Piñar. Y no sólo se limita a él, entre las filas del partido hay conocidos miembros de la extrema derecha, como Santiago Royuela, condenado a seis años de prisión por atentado con bomba, o Ignacio Mulleras, ex militante del ultraderechista Democracia Nacional.
En este contexto de crisis capitalista en el que estamos inmersos, con un paro masivo y más de un millón de familias que no cobran ningún tipo de prestación, el discurso de Anglada ha conseguido un cierto eco entre sectores desesperados de los barrios obreros: pequeños propietarios y trabajadores atrasados, duramente golpeados por la crisis. La receta de PxC es más que conocida: Culpar de la crisis y los salvajes recortes llevados a cabo por los gobiernos a los más desprotegidos, en este caso los inmigrantes, con un discurso demagogo y populista, y desviar la atención del auténtico culpable de la crisis, el sistema capitalista.

La derecha ‘respetable’

Pero el discurso xenófobo no es patrimonio de PxC. Detrás de Anglada se encuentran los partidos “respetables” de la derecha, tanto el PP como CiU, que no han tenido empacho, una y otra vez, en utilizar el mismo discurso que PxC. En la práctica son PP y CiU —genuinos representantes de la burguesía catalana y española— los que dan aliento al racismo y la xenofobia.
Un claro ejemplo lo tenemos en el alcalde de Badalona, Garcia Albiol del PP, elegido con el apoyo de CIU. Albiol desde el primer momento señaló a los inmigrantes como el principal problema de Badalona. CiU, no sólo trata de ocultar su racismo y xenofobia bajo la senyera, sino que utiliza precisamente la opresión nacional como cortina de humo para defender un nacionalismo reaccionario y racista que no busca otro objetivo que dividir y enfrentar a los trabajadores. Un claro ejemplo es Duran i Lleida, portavoz de CIU en el congreso. En un acto de su coalición, Duran ha cargado duramente contra los jornaleros andaluces, a quienes ha acusado de recibir el PER (un subsidio de apenas 400 euros), a costa de los catalanes, mientras “se pasan toda la tarde en el bar”.
Lo que parece “olvidar” el candidato de CIU es la tasa de desempleo de hasta un 40% existente en el campo andaluz, que entre un 2% de propietarios controlan el 50% de la tierra o las míseras condiciones laborales con las que trabajan los jornaleros. De esas condiciones de explotación, la burguesía catalana, que siempre ha sido aliada y socia de los terratenientes andaluces, obtiene jugosos beneficios que, desde luego, no repercuten ni muchísimo menos en mejorar las condiciones de vida de los trabajadores ya sean catalanes o andaluces.

La izquierda debe luchar contra el racismo y la xenofobia

Anglada, Albiol y otros reaccionarios han sido denunciados por colectivos en defensa de los inmigrantes. Sin embargo, los trabajadores y trabajadoras no debemos poner muchas esperanzas en la justicia burguesa que no solo no persigue a estos individuos, sino que además les protege. Todos hemos visto el empeño que pusieron los jueces al ilegalizar Sortu, en perseguir y multar a los jornaleros por manifestarse en defensa de mejores condiciones laborales, o a la hora de desahuciar a las familias trabajadoras que no pueden hacer frente a la hipoteca.
Para la burguesía, partidos como PxC, al igual que las bandas neonazis y de extrema derecha, sirven a un propósito: Hoy el discurso racista y xenófobo intenta desviar la atención de los recortes salvajes que están llevando acabo todos los gobiernos, tanto CIU como el PSOE. Mañana, serán empleados como fuerza de choque de la burguesía contra los trabajadores y las organizaciones de izquierdas, para reventar manifestaciones como lo hace la policía u hostigar a cualquiera que intente movilizarse en defensa de sus derechos.
Sin embargo, no podemos dejar de lado la responsabilidad de los dirigentes de los partidos y sindicatos obreros que, frente al racismo y la xenofobia, generalmente se limitan a hacer proclamas progresistas de “paz y amor” que no resuelven ninguno de los problemas. Al fascismo solo se le puede combatir mediante la lucha de masas, para denunciarlos y aislarlos socialmente, así como señalar quiénes son los verdaderos responsables, los que les alientan y financian: el PP, CiU y la burguesía. Pero también necesitamos un programa político que haga frente a la crisis del capitalismo y a los recortes y ofrezca una alternativa que garantice las necesidades de las masas.
Más allá de nuestra procedencia, religión, sexo u orientación sexual somos una misma clase y no vamos a permitir la discriminación de ningún compañero.


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