Sigue la nota: “En ese sentido, el secretario general de CCOO reconoció que cuando se producen este tipo de operaciones —en alusión a los 660 empleados de Seat— ‘hay gente que se queda contenta y otra descontenta, todo el mundo tiene derecho a hacer su valoración”. Lástima que los dirigentes de CCOO no hayan convocado asambleas generales en Seat para que los trabajadores pudiesen hacer su valoración del acuerdo antes de firmarlo.
Sin cortarse un pelo, Fidalgo aboga por más despidos en otras empresas. Después de advertir que existe una crisis de competitividad en el conjunto del sector, que afecta también a Renault, Ford o General Motors se ofreció a llevar a cabo iniciativas similares a la ejecutada en Seat.
¿Se puede asumir de forma más plena la lógica capitalista? ¿Se puede ser más coherente con los intereses de la patronal? ¿Se puede estar más separado del sentir de los trabajadores? Difícil reto.
Es cada vez más evidente que para defender de forma consecuente los intereses de los trabajadores los sindicatos de clase necesitan un profundo y drástico cambio de dirección.