Desde hace semanas los medios de comunicación llenan páginas y programas de televisión con la crisis financiera cuyo epicentro es EEUU. Caen bancos, aseguradoras, financieras, inmobiliarias... pero apenas nada de la otra cara de la moneda, del sector de la sociedad que carga con el peso de la crisis, es decir, los jóvenes y trabajadores norteamericanos. Las subidas de precios, los bajos salarios, el aumento del desempleo y la caída del valor de las viviendas, todo prepara una catástrofe social no vista desde los tiempos de la Gran Depresión.

Desde hace semanas los medios de comunicación llenan páginas y programas de televisión con la crisis financiera cuyo epicentro es EEUU. Caen bancos, aseguradoras, financieras, inmobiliarias... pero apenas nada de la otra cara de la moneda, del sector de la sociedad que carga con el peso de la crisis, es decir, los jóvenes y trabajadores norteamericanos. Las subidas de precios, los bajos salarios, el aumento del desempleo y la caída del valor de las viviendas, todo prepara una catástrofe social no vista desde los tiempos de la Gran Depresión.

A diferencia de otros períodos de bonanza económica, durante el último boom se ha producido el mayor aumento de la pobreza en un período de auge económico de toda la historia de EEUU. Entre 2001 y 2007 la pobreza aumentó un 10,6%. Los últimos datos oficiales sobre la pobreza en EEUU (Census Bureau), publicados el pasado mes de agosto, son una condena del sistema capitalista, en el país más poderoso y rico del planeta el 12,5% de la población vive por debajo del umbral de pobreza, 37,3 millones de personas (de los que 13,3 millones son niños), 800.000 pobres más que en 2006. El informe además advierte que estos datos no incluyen aún el aumento del paro, la inflación o la crisis inmobiliaria, reconociendo que "las cosas son mucho peores de lo que demuestran los números".

Tercermundismo en la primera potencia

El aumento del precio de los alimentos o productos energéticos ha erosionado el poder adquisitivo de los trabajadores. El pasado mes de julio se registró la mayor subida mensual de precios desde 1981 y se trata de una de las espirales inflacionarias más grandes desde la posguerra que no ha sido compensada con un  aumento de los salarios. Según el Bureau of Labor, el ingreso mensual medio en 2007 cayó un 3,1%, y sólo entre junio y julio de este año cayó un 0,8%. Ahora una familia norteamericana gana 1.500 dólares menos al año que si los salarios hubieran subido al mismo ritmo que la inflación. Cada vez son más las familias que deben recurrir a la ayuda del Estado para poder sobrevivir; por ejemplo, sólo en el estado de Illinois 1,3 millones de familias reciben cupones para poder comer. Y también aumentan las que no pueden hacer frente a los gastos a fin de mes. Recientemente, la empresa eléctrica Detroit Edison informaba que los cortes de suministro eléctrico por impago habían aumentado un 56% y que más de uno de cada cinco de sus clientes debían ya alguna factura de la luz. The New York Times hacía la siguiente definición de la situación actual de la ciudad de Flint: "Antes el centro de la producción de automóviles y hoy experimenta unas condiciones prácticamente del ‘Tercer Mundo", y eso es aplicable a la mayoría de las ciudades industriales de EEUU que son las más afectadas por la crisis.
La situación se agrava con el aumento del desempleo. En agosto se registró la mayor subida en cinco años, situando la tasa oficial de paro en un 6,1%, es decir, ¡9,4 millones de parados! Pero como es habitual, los datos oficiales subestiman la realidad. En este caso excluye a los trabajadores agrícolas e inmigrantes sin papeles, además de no incluir a 1,6 millones de parados que se han "desanimado" y han dejado de buscar activamente un empleo. Los sectores más afectados son las mujeres, el 33% de las madres solteras están en paro, o los jóvenes, en ciudades como Washington DC, Nueva York, Detroit o Chicago ¡la tasa de paro juvenil se sitúa en el 80%! Y la situación no mejorará, todo lo contrario, según publicaba esta semana el Economic Policy Institute hay una media de 2,6 trabajadores por oferta de empleo disponible, un 60% más que hace año y medio, cuando había 1,6 demandantes por empleo.
La otra cara de la crisis inmobiliaria

El otro factor que agrava la situación es la crisis inmobiliaria. De repente, millones de familias han visto como el valor de sus casas es inferior a lo que deben de hipoteca al banco y que se ha convertido en una carga económica insoportable. Según un informe del Heightened Housing Challenges, en 2006 el recibo de la hipoteca representaba más del 30% de sus ingresos para 40 millones de familias y más del 50% para 18 millones, así que con la profundización de la crisis para millones el desahucio es la perspectiva más inminente. Según Credit Suisse, el 12,3% de los propietarios hipotecados perderán su vivienda de aquí hasta el 2012, eso significa 6,5 millones de personas. Y no son familias con todos sus miembros en paro sino "familias con uno o más miembros trabajando".

Los trabajadores a la ofensiva

En medio de esta debacle social y económica el gobierno norteamericano ha propuesto un plan de rescate a la banca de 700.000 millones de dólares, la respuesta de los trabajadores ha sido inmediata, nada más conocerse la noticia en varias ciudades los sindicatos convocaron manifestaciones. En Nueva York más de mil activistas sindicales se congregaron cerca de Wall Street para expresar su protesta contra este escandaloso regalo a los responsables de este caos económico. La convocatoria se hizo con urgencia y fue el resultado de la presión que desde la base sienten los dirigentes sindicales del AFL-CIO. Cuando comenzó esta manifestación resulta que había otra protesta espontánea con unas 2.000 personas frente a la bolsa que coreaba: "¡Vosotros rompéis, vosotros pagáis!". Finalmente, la concentración se convirtió en manifestación y hasta la policía tuvo que abrir el camino a los manifestantes.

Otro ejemplo del rechazo a este regalo a los ricos es la web votenobailout.org, puesta en marcha por activistas sindicales y que pretende recoger firmas en contra de esta ayuda económica, en menos de 24 horas recogió más de 100.000 firmas y al día siguiente ya llevaba 750.000 firmas, esta oposición de la población es lo que está detrás del voto en contra de muchos congresistas que se juegan la reelección en las elecciones del próximo 4 de noviembre.
Otra prueba de este ambiente de no resignación ante el futuro es el movimiento contra los desahucios que ha adquirido ya un carácter nacional. Movimientos vecinales y sindicatos han formado la Moratorium Now Coalition, que reivindica una moratoria de dos años para los juicios por desahucio y exigen que el dinero que se pretende destinar a rescatar a Wall Street se dedique a gastos sociales. Además de convocar concentraciones, protestas por todo el país, se encargan de organizar piquetes cada vez que se anuncia un desahucio en algún pueblo o ciudad para impedir que se ejecute la sentencia.
Uno de los resultados de la Gran Depresión de los años treinta fue una explosión de la lucha de clases que sacudió al capitalismo norteamericano hasta sus cimientos. Hoy esa misma combinación de crisis económica, social y política junto con la actitud ofensiva de los jóvenes y trabajadores también significará un renacer de la lucha de clases en EEUU. 

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