“Tras la primavera árabe y la revolución española [en referencia al movimiento 15-M], puede que haya llegado la hora del otoño estadounidense” (El País, 3/10/11).

Como sucedió en Israel este verano, el movimiento de los indignados de EEUU se inició con una acampada frente a Wall Street, en la Plaza  Zuccotti, rebautizada como Plaza de la Libertad en referencia directa a la Plaza Tahir de Egipto. Inicialmente la protesta se centró en la denuncia de la especulación financiera. Rápidamente el movimiento se extendió y también sus reivindicaciones, que van desde la lucha contra el desempleo, contra los recortes económicos del gobierno y las leyes antiinmigración, contra las guerras en Iraq y Afganistán o en defensa de la educación pública hasta la denuncia del propio sistema económico.

‘Somos el 99%’

Las protestas provocan temblores en la clase dominante norteamericana. Uno de los columnistas The New York Times, en su edición del 4 de octubre, mostraba su preocupación y decía que de continuar la protesta supondría “una advertencia sobre el tipo de malestar civil que podría estallar, ya lo hemos visto en algunos países europeos”. El alcalde de Nueva York, el multimillonario Michael Bloomberg, también expresaba el mismo temor: “Eso es lo que ha sucedido en El Cairo. Eso es lo que ha sucedido en Madrid”. Es significativo que el movimiento ahora haya adoptado el nombre de “Somos el 99%”, como ellos dicen “somos el 99% y estamos en contra de ese 1% que posee más del 40% de la riqueza del planeta”.
La primera acción convocada por Ocupa Wall Street fue una concentración el 17 de septiembre frente a la bolsa de Nueva York en la que participaron unas 2.000 personas. El sábado 24 hubo una nueva convocatoria donde la participación fue mayor, ese día la respuesta policial fue brutal, hubo más de 700 detenidos. La siguiente convocatoria, el 5 de octubre, representó un punto de inflexión. En primer lugar por su tamaño y extensión, en Nueva York se manifestaron decenas de miles de personas, la mayor manifestación que vivía la ciudad en años. Ese mismo día hubo manifestaciones por todo el país con decenas de miles, actualmente el movimiento ha llegado a más de 160 ciudades y pueblos. Ese mismo día los estudiantes ocuparon e hicieron huelga en institutos de Nueva York y otras ciudades, lo mismo sucedió en universidades, como en Universidad Pública de Nueva York, la de Massachusetts, la del Northeastern o en Columbia.

Apoyo de los sindicatos e incorporación del movimiento obrero

El otro cambio fundamental ha sido la incorporación del movimiento obrero con el apoyo de varios sindicatos (Transporte, Comunicaciones, Servicio Postal, profesores, entre otros). La AFL-CIO, la principal confederación sindical de EEUU, ha publicado en su web una declaración de apoyo de su presidente Richard Trumka.
Como hemos visto en Israel, Egipto o Grecia, estas movilizaciones no son un accidente sino que expresan el descontento y frustración con un sistema que condena a millones al paro y la pobreza, mientras unos pocos disfrutan de una riqueza obscena. En el caso de EEUU los datos muestran la coexistencia de una enorme concentración de riqueza con una pobreza de masas no vista desde la Gran Depresión. La revista Forbes (21/9/11) publicó la lista de los 400 estadounidenses más ricos, cuya riqueza combinada ha alcanzado 1,53 billones de dólares, un 12% más que el año anterior. Mientras, 46 millones de estadounidenses viven en la pobreza (15,1% de la población). El desempleo también es un problema crónico. En 2010, 48 millones de personas entre 18 y 64 años no trabajaron ni una sola semana, tres millones más que en 2009. Esta situación es especialmente grave entre los jóvenes, el año pasado sólo el 55% entre 16 y 29 años tuvieron un empleo, la tasa más baja desde la Segunda Guerra Mundial.

Más ataques a los trabajadores

El gobierno Obama ha emprendido un feroz programa de ataques contra los programas sociales. Después de los ataques a la educación y la sanidad públicas, le ha llegado la hora al Servicio Postal. La nueva “Reforma Postal” supone el despido de más de 220.000 trabajadores, el cierre de 8.400 oficinas de correos y 250 centros de distribución. El 29 de septiembre miles de delegados sindicales salieron a las calles para exigir la retirada de esta “reforma” y los sindicatos del sector han anunciado movilizaciones en todo el país.
El movimiento de masas en Wisconsin de la pasada primavera, la lucha de los profesores y estudiantes contra los ataques al sector educativo y ahora Ocupa Wall Street son un ejemplo del regreso explosivo de la lucha de clases a EEUU, no como un fenómeno temporal, sino como algo duradero que en los próximos meses se profundizará y convertirá a EEUU en un punto de referencia para la lucha de los jóvenes y trabajadores en todo el mundo.

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