¡Legalizar la explotación sexual y la trata no es defender los derechos de las prostitutas!
Hace unos días, conocíamos la noticia de que el Tribunal Supremo validaba los estatutos del denominado “sindicato” de prostitutas OTRAS, alegando que "las personas que desarrollan trabajos sexuales tienen derecho a sindicarse”. Lo que esta sentencia supone es, en la práctica, la legalización de la prostitución como un trabajo más. Y lo que ello conlleva: que el lobby proxeneta pase a ser considerado como patronal y que sus negocios criminales pasen a ser reconocidos como actividad empresarial lícita. Todo esto bajo justificación de defender los derechos de las mujeres víctimas de la prostitución.
Es otro ataque más a los derechos de las mujeres por parte de un aparato judicial plagado de machistas y franquistas. De una justicia patriarcal que nunca se ha preocupado por los derechos de las mujeres como hemos vivido tantas veces, cuando hace solo una semana se confirmaba la sentencia de prisión a Juana Rivas, o cuando la Manada de Manresa sigue en libertad.
Pero además esta sentencia del TS, sienta las bases para que otros Tribunales Autonómicos o Provinciales puedan dar pasos adelante con la legalización de la prostitución utilizando todo tipo de maniobras legislativas o jurídicas.
Por eso el Estado Español es uno de los feudos de la prostitución en Europa, y el tercer país donde más se consume del mundo. Un negocio que mueve 18.000 millones de euros al año, y que supone un 0.35% del PIB español. Esta es la verdadera razón por la que el TS avala la legalización de OTRAS, que lejos de ser un sindicato para defender los derechos de las prostitutas, como intentan vendernos, es en realidad una plataforma para que los proxenetas puedan seguir vendiendo y explotando sexualmente a mujeres pobres.
Por la abolición de la prostitución
La situación de precariedad extrema que sufren las mujeres prostituidas se ha visto acrecentada por la pandemia, viéndose obligadas muchas veces a confinarse con sus puteros porque no tenían otra alternativa. ¿Qué mujer elije libremente enfrentarse a esta violencia por decisión propia? Ninguna. El mejor ejemplo es que el 90% afirma que si pudiera optar por otro medio para conseguir dinero, dejaría la prostitución.
La prostitución está completamente ligada a la miseria que nos ofrece este sistema a las mujeres más pobres para sobrevivir. De hecho la mayoría de estas mujeres están a la espera del IMV o cualquier otra ayuda que les pueda dar un respiro en la agonía que supone enfrentarse a diario a esta violencia sexual.
La legalización de la prostitución solo beneficia a los y las proxenetas, no a estas mujeres. Lo vemos en Holanda, donde tras la legalización de la prostitución, la trata ha aumentado, calculándose que entre un 50% y un 90% de las prostitutas son víctimas de trata, de las cuales la gran mayoría son inmigrantes sin recursos económicos.
Está claro que, bajo el sistema capitalista, no hay salida para las mujeres que sufren esta violencia y son víctimas de la trata. Defender la legalización de la prostitución o los “sindicatos de prostitutas” es defender la mercantilización de las mujeres bajo la violencia extrema que conlleva. La única forma de luchar por los derechos de las prostitutas es abolir la prostitución. Es garantizar un subsidio de desempleo indefinido hasta encontrar trabajo, acceso a la sanidad y educación públicas, a una vivienda digna. Es también luchar por la persecución, el castigo ejemplar y la expropiación del patrimonio de los proxenetas para ponerlo al servicio de las víctimas y sus familias. El combate contra la barbarie y la opresión que generan los negocios y la mega industria de la esclavitud sexual.
Para ello es necesario que sigamos organizándonos y movilizándonos en defensa de nuestros derechos, denunciando a este sistema que nos condena a una vida de miseria y opresión. Nuestra única alternativa es luchar por transformar la sociedad para poder vivir libremente nuestras vidas.