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La represión franquista desatada por el gobierno del PP no ha podido frenar la enorme movilización que en las últimas semanas les ha hecho temblar tanto a ellos como a sus aliados banqueros, empresarios, monarcas. Esto es lo que puso encima de la mesa la movilización que tuvo lugar el 8N con motivo de la huelga general convocada en respuesta a esta escalada represiva sin precedentes desde la dictadura en la que se incluye el encarcelamiento de los dirigentes de ANC y Omnium y de miembros del Govern, acusados por los delitos de sedición y rebelión.

Esta ofensiva contra los derechos democráticos  que afecta tanto a la juventud y a la clase trabajadora en Catalunya como en el resto del Estado ha venido acompañada de una campaña completamente desatada para criminalizar la huelga. Y es que el PP y la oligarquía han puesto todas sus herramientas a funcionar, empezando por los medios de comunicación a su servicio: todos ellos han empleado un grandísimo esfuerzo en los últimos días por alimentar la campaña de odio contra todo lo catalán, sembrar el veneno de la división entre trabajadores de Catalunya y del resto del Estado y por supuesto trasladar la imagen de la huelga era un gran fracaso. Pero ni sus deseos ni la campaña propagandística completamente consciente y malintencionada ha podido evitar la gran afluencia a las protestas que ya desde la mañana de ayer convocaron multitud de organizaciones sociales y sindicales como ANC, Omnium, CSC, Ustec, los CDRs o el Sindicat d Estudiants entre otros.

De nuevo las calles y plazas se llenaron desde primera hora de la mañana en estas acciones de protesta con una gran fuerza y combatividad a lo largo y ancho de toda Catalunya, culminando en manifestaciones masivas por la tarde. Manifestaciones que volvieron a clamar por la libertad de los presos políticos y que volvieron a poner sobre la mesa que la fuerza y la determinación que el pueblo de Catalunya mostró el 1 y 3 de octubre desafiando al gobierno, a su represión y sus leyes injustas sigue muy vivo. De nuevo, miles y miles gritando con fuerza ¡Els carrers serán sempre nostres!, con carteles y pancartas contra el 155, contra el gobierno que nos reprime como si viviéramos bajo una dictadura. Estudiantes, trabajadores, jóvenes precarios, familias enteras volvían a demostrar que nuestra fuerza está en la calle, cuando nos organizamos y salimos a luchar. No hay gobierno ni oligarquía que sea más fuerte que eso, que la unión de la mayoría unida y determinada a cambiar su realidad.

Nuestra experiencia el 1 de octubre defendiendo las urnas masivamente junto a nuestros vecinos, familiares, compañeros de trabajo y de clase ha puesto encima de la mesa que esta es la única forma de poder responder de forma efectiva a los herederos del franquismo al frente del gobierno y a todos los defensores de la España – una, grande y libre -. Todos esos oligarcas, banqueros y reaccionarios que se llaman a sí mismos democrátas, defensores del Estado de Derecho mientras chantajean y amenazan a un pueblo, mientras aplican medidas represivas contra quienes alzan su voz contra este atropello. Estos demócratas que suspenden a un gobierno elegido en las urnas, que encarcela a quien organiza votaciones o protestas pacíficas. Quieren trasladar un mensaje muy claro, no sólo en Catalunya, sino a todos los que luchamos en las calles contra sus políticas de ataque a la mayoría. Quieren humillar a todo un pueblo para dar una lección ejemplar a todos los que se levantan a luchar contra sus leyes injustas, contra monarcas que nadie ha elegido y en defensa de los derechos democráticos que son absolutamente legítimos, que son nuestros y que tenemos que defender.

Y es que estos ataques trascienden completamente las fronteras de Catalunya, están dirigidos al conjunto de los trabajadores. Ya lo decía hace unos días el compañero Dante Fachín, hoy son los consellers y los Jordis pero mañana puede ser Pablo Iglesias o Ada Colau. No le falta razón. Es mucho más incluso. Mañana pueden ser los que paren un desahucio, organicen una huelga, puede ser la ilegalización de un partido o un sindicato. Eso es lo que quieren, eso es el 155, esa es la verdadera intención de este gobierno. Por eso es tan grave la posición que han adoptado los dirigentes de CCOO y UGT en esta huelga: ante un ataque histórico y brutal han abandonado a todos los trabajadores, ¡que nos jugamos mucho en esto!, se han negado  a convocar la huelga y se han opuesto en la práctica a ella, dando munición a los medios de la derecha y su campaña repugnante contra la movilización de los jóvenes y trabajadores catalanes.

Desde Izquierda Revolucionaria llamamos a los trabajadores y a la juventud a continuar en la calle y en la movilización, como hemos demostrado que podemos realmente frenar estos ataques y conquistar los derechos de la mayoría, y la república catalana que queremos: una libre de desahucios, de recortes, de despidos – una república catalana para la mayoría, para los jóvenes y los trabajadores – una república socialista catalana. Llamamos a todos a participar en todas las movilizaciones que habrá en los próximos días – dentro de esta semana de lucha contra la represión -  y muy especialmente a la gran manifestación que este próximo sábado tendrá lugar en las calles de Barcelona.

¡Ni un paso atrás! ¡Nuestra fuerza está en la calle!

¡Libertad para los presos políticos!

¡Todos a las calles de Barcelona el sábado 11!

¡Visca Catalunya lliure, socialista i republicana!

 

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