La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) ha vuelto a protagonizar un lamentable episodio de persecución política contra un músico vasco. Ya en mayo la AVT consiguió que se suspendiera el concierto que el grupo alavés Soziedad Alkohólika tenía pLa Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) ha vuelto a protagonizar un lamentable episodio de persecución política contra un músico vasco. Ya en mayo la AVT consiguió que se suspendiera el concierto que el grupo alavés Soziedad Alkohólika tenía previsto celebrar en Granada, bajo la acusación de apología del terrorismo. Esta vez le ha tocado al cantante guipuzcoano Fermín Muguruza, ex componente de los grupos Kortatu y Negu Gorriak, que tenía previsto actuar junto a Manu Chao en el pabellón Martín Carpena de Málaga el martes 2 de septiembre. La AVT ha conseguido que el Ayuntamiento de Málaga, gobernado por el PP, deniegue ese espacio para actuar y no se puede descartar que el concierto se acabe suspendiendo por falta de un recinto adecuado. Se le acusa también a Fermín Muguruza de apología del terrorismo y de pertenecer a una “organización terrorista” como es la ilegalizada Batasuna.

Fermín Muguruza se presentó en las listas de HB para las elecciones europeas de 1994, pero lo hizo como independiente, no consta que al menos en aquel momento este músico tuviese vinculación orgánica alguna con HB. Además, lo de la apología del terrorismo es bastante dudoso: recientemente ha grabado con el grupo sevillano Reincidentes (que tuvo problemas parecidos hace diez años) una canción en la que afirma que “dejar las armas no es renunciar/ a ser un pueblo libre/ a ser un pueblo más”, es decir, un llamamiento a ETA para que deje la actividad terrorista y se concentre en el frente político; una aspiración compartida por muchos abertzales, asqueados del terrorismo individual y conscientes del callejón sin salida que supone.

Para la AVT es insultante que un presunto terrorista toque en el pabellón de deportes de Málaga, que lleva el nombre de José María Martín Carpena, concejal del PP asesinado por ETA. Más allá de todo esto, la actitud de la AVT se enmarca en el clima de histerismo antinacionalista propiciado por el Gobierno, que hace identificar todo lo vasco con el terrorismo y que lleva a la persecución sañuda de todo lo que huela a euskaldún o abertzale, y esto es aún más triste cuando se aplica al arte, un campo donde todo lo que no sea la más absoluta libertad de expresión y creación es pura prostitución y mezquindad. No podemos dejar de recordar los tiempos, que parecían lejanos, en que el ministro de la Gobernación Manuel Fraga Iribarne prohibía los recitales de Raimon.

Se están destacando en esta campaña de acoso contra los músicos vascos, desde la AVT, los hijos del fiscal del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Luis Portero, asesinado por ETA en octubre del 2000 en Granada. Los marxistas condenamos este crimen, como todos los demás, y participamos junto al resto de trabajadores y jóvenes granadinos en la manifestación de repulsa que después tuvo lugar. Pero, y con todo el respeto para el dolor de esta familia que nosotros compartimos, no podemos tolerar que desde la AVT se lleven a cabo campañas insidiosas contra músicos sólo por ser vascos o nacionalistas, ni que la viuda de Luis Portero, Rosario de la Torre, hermana del alcalde de Málaga (del PP), llamara terrorista a Gaspar Llamazares en una de sus clases de sociología en la Universidad de Granada. Esto es un insulto y una falta de respeto para los mismos jóvenes y trabajadores que los acompañamos en su duelo. Daniel Portero, portavoz de la AVT en Andalucía, no ha tenido empacho en declarar a El País que denuncian a Fermín Muguruza por tener “unas ideas bastante radicales acerca de la independencia del País Vasco”, para este señor es lícito perseguir a un artista por sus ideas, retrocediendo treinta años a la época de la censura y el exilio de artistas como Alberti, Serrat o Gila. No es el dolor el que provoca esta actitud, es una campaña consciente de criminalización de todo lo relacionado, aunque sea remotamente, con la izquierda abertzale; campaña amparada por el gobierno y el PP, y que tarde o temprano afectará también a la izquierda y las organizaciones de la clase obrera. No olvidemos que el otro afectado por esta campaña, Manu Chao, es un estandarte del movimiento contra la globalización capitalista. Ya han sido avisos serios la campaña de difamación contra Nunca Máis y todos los ataques sufridos por el Sindicato de Estudiantes.

Los marxistas nunca nos cansaremos de repetir que nos oponemos con todas nuestras fuerzas al terrorismo individual de ETA y que tampoco simpatizamos con las ideas y objetivos de la izquierda abertzale. Pero con las mismas fuerzas nos oponemos a cualquier intento por parte del Estado de utilizar el terrorismo como coartada para recortar nuestros derechos democráticos, sociales o culturales. No podemos permitir que con la excusa del terrorismo recorten nuestros derechos a huelga, asociación y reunión, y encima nos impidan disfrutar de un buen concierto.

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