Después de unos años de reflujo en la lucha, que afectó profundamente a las filas de las organizaciones obreras, y en la que las Juventudes Comunistas se vieron privadas de su lazo con el movimiento, los últimos acontecimientos tanto a nivel mundial como estatal han vuelto a despertar la conciencia de las masas. Nuestra organización podría convertirse en un punto de referencia contra el capitalismo, siempre que seamos capaces de recuperar las ideas y tradiciones del marxismo, no sólo en la teoría sino también en la práctica.

Tras más de diez años de pérdida continua de militancia e influencia, debido a luchas internas que poco tenían que ver con ideas políticas y sí mucho con el carrerismo y el interés personal, la JC se encontraba en una situación desastrosa. En concreto, en el País Valencià, las luchas personales llevaron a la desaparición completa de la organización, quedando únicamente dos colectivos grandes, Novelda y Alicante, y una dirección vacía de ideas y muchas veces hasta de gente.

Es en esta situación cuando una serie de compañeros nos replanteamos la línea a seguir porque esta organización histórica había tocado fondo. Empezamos a tener reuniones políticas cada quince días manteniendo discusiones sobre los acontecimientos mundiales y estatales, con el objetivo de reorientar la política de la JC de Valencia (JCV) hacia posiciones revolucionarias. Salimos a la calle a repartir hojas con nuestra postura anticapitalista y por la democracia obrera en las manifestaciones, en los institutos, etc., y hemos conseguido triplicar la afiliación. Buena parte del éxito de esta táctica es que hay sed de ideas entre la juventud, que muchas veces, por falta de organizaciones revolucionarias, se orientan hacia otras que lo son de palabra pero que en la práctica le hacen juego a la burguesía: fomentando la drogadicción entre los jóvenes, gastando las fuerzas en atentados individuales a empresas como ETTs o bancos, y reforzando así en la práctica el aparato policial, o reduciendo los problemas sociales a la cuestión nacional y dejando en segundo plano la lucha de los trabajadores contra los empresarios.

Ante todo nuestro trabajo acaba de empezar. Parte de nuestras fuerzas se están orientando a forjar una línea común de todos los colectivos del País Valencià para construir una auténtica alternativa revolucionaria al capitalismo. En concreto estamos preparando un congreso que saque una revista de teoría y denuncias de clase como forma de agruparnos y apoyarnos y dar una proyección exterior de la organización.

En base a esta experiencia creemos que debería renovarse la línea política de las JJCC a nivel estatal y construir una alternativa unitaria al capitalismo español. Creemos que la única manera de conseguir esto es mediante la expansión de las ideas marxistas y no mediante estructuras vacías de contenido.

¡Por la unión de jóvenes obreros y estudiantes mediante una Unión de Juventudes Comunistas revolucionarias!

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