El pasado 5 de diciembre tuvo lugar una huelga de 24 horas en el hotel puente romano de Marbella en respuesta al despido injusto de la trabajadora Ana Mari Santaella, camarera de pisos y con una conducta intachable durante 22 años. Su “delito” fue poEl pasado 5 de diciembre tuvo lugar una huelga de 24 horas en el hotel puente romano de Marbella en respuesta al despido injusto de la trabajadora Ana Mari Santaella, camarera de pisos y con una conducta intachable durante 22 años. Su “delito” fue ponerse enferma.

La huelga, convocada por CCOO, no fue unánime y tuvo un seguimiento mayoritario en pisos y lencería, siendo minoritaria en el resto de departamentos. La gran mayoría de los trabajadores entró a trabajar, aunque hay que decirlo, la inmensa mayoría lo hizo con rabia y desencanto y muy a su pesar.

La huelga fue minoritaria a pesar de que la asamblea de trabajadores del 24 de noviembre había votado por la huelga de forma abrumadora, con 119 votos a favor, 55 en contra y 8 abstenciones. Está claro que la plantilla, de forma mayoritaria, rechaza este despido injusto y ve la necesidad de luchar frente a este tipo de atropellos por parte de la empresa. Si la huelga no fue unánime, fue debido a las presiones de todo tipo que hubo y a una serie de hechos que merecen una reflexión de todos.

Desde que la plantilla votó por la huelga, la empresa empezó a hacer su “trabajo”: los jefes reunieron a los trabajadores por departamentos hablándoles contra la huelga; se lanzaron bulos indignantes sobre la vida privada de la compañera despedida con el fin de desacreditarla; la empresa mandó una carta a todos los trabajadores en las nóminas hablando de “huelga injusta” y llamando a la “valentía” de ir el día 5 a trabajar; hubo llamadas de teléfono a las casas y se dijo que el que fuera a la huelga se atuviera a las consecuencias...

Esta campaña de miedo e intimidación que lanzó la empresa sólo tuvo el contrapeso de la dirección de CCOO y de unos pocos miembros del comité de empresa y afiliados. La mayoría que domina el comité de empresa no realizó ningún tipo de acción a favor de la huelga, ni una sola reunión del comité para prepararla, ni una sola reunión por departamentos, ni siquiera poner carteles o repartir panfletos —algo que tuvimos que hacer unos pocos afiliados con el apoyo de la dirección del sindicato—. La mayoría del comité en vez de trabajar por la huelga se dedicó a introducir confusión, diciendo que no estaban de acuerdo con el preaviso de huelga que había hecho el sindicato. Tuvimos que ver el espectáculo bochornoso de que el representante de la empresa apoyase las tesis de esta mayoría del comité, frente a las tesis de la dirección del sindicato.

Todo este conjunto de cosas jugó a favor de la empresa para lograr que la huelga no fuera unánime, pero tenemos que seguir en la lucha y hacemos un llamamiento a reforzar la unidad de toda la plantilla, para hacer frente a injusticias que se realicen contra cualquier compañero.

A pesar de todo, la huelga del día 5 va a servir para pararle los pies a la empresa y va a dar sus frutos. Más compañeros están sacando la conclusión de que es necesario estar afiliados a los sindicatos, en este caso CCOO. Muchas cosas se han aclarado un poco más y los trabajadores saldremos fortalecidos de esto si logramos organizar con éxito el sindicato. La crisis económica capitalista, las leyes cada vez más antiobreras de los gobiernos de turno, hacen imprescindible que los trabajadores nos unamos para defender nuestros intereses.

David Bernardo

Miembro del Comité de Empresa

por CCOO

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