Karol Wojtyla está mantenido por la secta mafiosa del Opus Dei, a la que ha recompensado convirtiendo en “santo” a su fundador, Escrivá de Balaguer. Este integrismo católico fue uno de los pilares básicos en los que se sostuvo la dictadura franquista.
Para reconocer su talante hay que recordar las últimas declaraciones del obispo de Roma sobre el régimen cubano, en las que pedía que Cuba se transformara en un Estado moderno y democrático. Por supuesto estas palabras no tienen nada que ver en la instauración de una verdadera democracia, la democracia obrera, sino con la implantación del capitalismo y acabar con los avances de la revolución cubana (la implantación de la economía planificada y sus consecuencias, como el gran desarrollo de la educación, la sanidad, etc.).
Estrambótica propuesta
De una forma lamentable IU planteó la condecoración del Jefe de Estado del Vaticano por su negativa a la guerra; en vez de desenmascarar la verdadera faz del Papa como miembro de la reacción, le aclaman como su adalid como si de verdad el Papa se preocupase por la masacre de Iraq, pero en su boca no están las guerras de expoliación en África, donde están detrás EEUU y Francia... tampoco le importa el hambre y la pobreza que insuflan con el Banco del Vaticano, con el que ganan grandes sumas de dinero, prestado con intereses. En la Edad Media la iglesia condenaba la usura, ahora se ha convertido en uno de sus grandes negocios).
Juan Pablo II es un enemigo del socialismo y del marxismo, niega a la mujer el control de su propio cuerpo, niega el derecho al aborto, al divorcio y a la contraconcepción, con graves consecuencias, como la extensión del Sida.
