A finales del pasado mes de abril se celebraron las elecciones sindicales en el Corte Inglés de la calle Preciados de Madrid. Este centro cuenta aproximadamente con 2.700 trabajadores. A finales del pasado mes de abril se celebraron las elecciones sindicales en el Corte Inglés de la calle Preciados de Madrid. Este centro cuenta aproximadamente con 2.700 trabajadores.

Estas elecciones venían precedidas por el despido del anterior presidente del comité de empresa y secretario general de la sección sindical de CCOO. La empresa se amparó en un panfleto aparecido en el centro de trabajo en el que se acusaba a El Corte Inglés de practicar “terrorismo empresarial” y optaron por la solución quirúrgica despidiendo al compañero. La sentencia del juez ante la denuncia interpuesta por CCOO es todo un ejemplo de “justicia rápida”: al día siguiente de dejar el juicio visto para sentencia, este eficaz magistrado hizo pública una larga sentencia de más de 20 páginas en la que declaraba el despido procedente, demostrando una vez más la connivencia de algunos jueces con las prácticas sindicales represivas de El Corte Inglés.

El objetivo era amedrentar a la plantilla para que en las cercanas elecciones sindicales votaran a los sindicatos de la empresa (Fetico y Fasga), y así acabar con la mayoría que los sindicatos de clase (CCOO y UGT) mantenían en ese centro pero la jugada les salió mal: con trece delegados frente a los doce delegados conseguidos entre Fetico y Fasga, CCOO ha conquistado la mayoría absoluta en el Comité de Empresa.

Especial mención merecen los resultados de la candidatura de UGT que sólo ha conseguido 70 votos, lo que no le permite obtener ningún delegado.

La sección sindical de UGT confeccionó una candidatura en la que no se incluyó a ninguno de los dirigentes de la Federación de Comercio que pertenecen a esta sección sindical. El secretario general de la Federación Estatal, el secretario de Finanzas y el de Acción Sindical fueron acusados por la mayoría de los afiliados de ir al centro de trabajo sólo a exigir, de elección en elección, formar parte de la candidatura y no aparecían por ese centro el resto del tiempo para realizar la acción sindical exigida a un delegado sindical. Estos elementos maniobraron para formar antidemocráticamente una candidatura de UGT en la que ellos aparecían, presentando al final una lista compartida con amarillos e independientes. La reacción de los afiliados fue la de no reconocer esa candidatura y pedir el voto para la lista de CCOO. Este suceso ha sido también determinante para que CCOO haya conseguido la mayoría absoluta. La dirección de UGT ha expulsado a estos sindicalistas, que están en discusiones con la sección sindical de CCOO para integrarse en ella.

El Corte Inglés es una de las mayores empresas de este país y en ella las prácticas antisindicales de la patronal recuerdan mucho las condiciones en las que se hacía sindicalismo bajo la dictadura. Es hora de que las confederaciones de CCOO y UGT tomen cartas en el asunto e inicien una campaña en todo el estado de denuncia de estas prácticas, exigiendo a estos empresarios reaccionarios que respeten y permitan ejercer los derechos laborales que los trabajadores con tanto esfuerzo consiguieron en este país. El ejemplo de El Corte Inglés de Preciados demuestra que esto es posible.

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