Reflexiones acerca de la situación actual de la mujer A raíz del ‘caso Nevenka’

Reflexiones acerca de la situación actual de la mujer

Elena Díaz Ruffo

Militante de IU Marbella

El fiscal García Ancos, con su actitud, desvela la incompatibilidad de los intereses burgueses con la emancipación femenina.

A raíz de la polémica suscitada por el "caso Nevenka", en el que la concejala de Hacienda del PP del Ayuntamiento de Ponferrada, Nevenka Fernández, acusa al alcalde del mismo partido, Ismael Álvarez, de acosarla sexualmente, convendría hacer una reflexión sobre la situación real de las mujeres en la actualidad. Empezaremos por hacer un análisis de la cobertura que tuvo en la prensa burguesa este acontecimiento. Es innegable que ha suscitado un sinfín de titulares, editoriales y comentarios, alimentados, supongo por el contexto en el que se desarrolla —una ciudad de provincia—, por el perfil de los protagonistas —un alcalde prepotente, viudo, mujeriego, rey de los pelotazos urbanísticos, y una concejala guapa, joven/sobradamente/preparada y con aspecto frágil— y por el morbo que levantan estas tramas de poder, traiciones interesadas, lealtades inconfesables, atracciones fatales y todo lujo de detalles telenovelescos. Y por si fuera poco, la aparición en escena de un fiscal trasnochado (o no tanto), José Luis García Ancos, que en su interrogatorio a la víctima, utilizó unas tácticas en el mejor estilo recogido en los anales de guerra sucia de cualquier dictadura militar, con esa soberbia que da estar en un país donde gobierna con mayoría absoluta la derecha más reaccionaria.

Ante las protestas de multitud de colectivos debidas a la notoriedad del caso, el fiscal general del estado, Jesús Cardenal, no tuvo más remedio que apartar al Sr. García Ancos del caso, no sin antes darle tiempo a pronunciar unas apreciaciones que me parecen muy interesantes para desenmascarar el verdadero pensamiento de la clase burguesa que representan estos personajes. En un momento del interrogatorio, el fiscal espetó a la concejala con estas palabras: "pero usted no es una cajera del Hipercor para aguantar todo esto, no estaba defendiendo el pan de sus hijos!"

Estas palabras fueron recibidas con gran indignación por la prensa y la sociedad burguesas en un derroche de hipocresía y cinismo, pero es obvio que el señor García Ancos ha puesto el dedo en la llaga, recordando a quien se le haya podido olvidar, que vivimos en una sociedad de clases, en la que en el escalafón más alto se encuentra el empresario, el burgués, el opresor, seguido por la mujer burguesa, y en el más bajo la mujer obrera, junto con otros colectivos como pueden ser los de los inmigrantes.

Al margen de que este alcalde haya utilizado su situación de poder para obtener favores de la concejala, hecho execrable del que tendrá que responder ante la justicia, los motivos del sometimiento de esta mujer responden a intereses totalmente distintos a los que moverían en circunstancias similares a cualquier otra mujer obrera obligada a mantener su puesto de trabajo como fuente de ingresos para el sustento de su familia, y sin prácticamente otra alternativa, ni siquiera la de poder irse a Londres para escapar de las presiones.

Después de esta aclaración sería bueno preguntarnos en qué punto nos encontramos en este momento en lo referente a las condiciones de las mujeres trabajadoras. (...)

En 1938, Trotsky escribía: "La posición de la mujer es el indicador más gráfico y elocuente para evaluar un régimen social y una política estatal".

Con esta premisa, ¿cómo se podrían calificar las políticas sociales ejercidas por la clase dirigente de este país que queda impasible ante los atropellos a las mujeres trabajadoras?

Éstas, no solamente sufren las mismas presiones que el conjunto de la clase obrera, sino que se le suman un sinfín de injusticias: el trato que se le da en el mundo de la publicidad es motivo de un buen porcentaje de quejas y denuncias que abarrotan los archivos y los escritorios del defensor del pueblo y de la oficina del organismo de la defensa de los consumidores, el paro femenino duplica prácticamente al de los hombres, los sueldos suelen ser de media un 25% mas bajos, la población que se encuentra en el umbral de la pobreza está integrada en un 70% por mujeres y las cargas familiares siguen recayendo sobre ellas.

Al no existir una política social que permita la implantación de guarderías, comedores, lavanderías, asistencia a los mayores en centros especializados, servicios públicos y gratuitos, se condena a las mujeres a ejercer un papel discriminatorio que les han impuesto, segando su verdadera emancipación y encargándolas de unas tareas que tendrían que ser asumidas por el conjunto de la sociedad a través del estado. (...)

Ni qué decir que en un sistema capitalista, en el que el poder económico de unos pocos se sustenta precisamente en la explotación de la mayoría de la población, cualquier concesión que haga peligrar la estructura que permite esa explotación sería impensable.

Eso nos hace llegar a la conclusión lógica de la necesidad para el conjunto de la clase obrera y muy particularmente para las mujeres, de luchar por la implantación de un sistema socialista que permitiera llevar a cabo la reestructuración de la sociedad con la planificación de la economía a favor de la mayoría de la población. (...)

banneringles

banneringles

banner

banner

banner

banneringles

banneringles

bannersindicalistas

bannersindicalistas