Es irónica la vida política: la noche electoral, todos ganan. Sin embargo, la realidad es fluida y dialéctica. En las elecciones catalanas gana la izquierda. Y los voceros de la derecha intentan cambiar el resultado, y como siempre mediante el miedo Es irónica la vida política: la noche electoral, todos ganan. Sin embargo, la realidad es fluida y dialéctica. En las elecciones catalanas gana la izquierda. Y los voceros de la derecha intentan cambiar el resultado, y como siempre mediante el miedo y la amenaza.

El nazionalismo español y patriotero, con su delfín (Mariano Rajoy) a la cabeza, desembarcan en Catalunya para amenazar y poner orden en el Reino de España. Un partido (el PP) que se convierte en la cuarta fuerza, pretende gobernar e imponer un gobierno. En Catalunya, como en Madrid, cuando se pierde hay que cambiar el resultado. Al PP se le ve su verdadera cara: la democracia sólo existe cuando se respetan sus intereses.

Se habla de gobierno de concentración nacional, donde estén todos menos el PP. Esto es un cóctel incendiario. ¿Estamos dispuestos a olvidar de nuevo los 20 años de pujolismo? ¿Acaso creemos que CiU puede cambiar su política basada en un ataque a las conquistas sociales del movimiento obrero? ¿Podemos olvidar la política educativa de CiU que, como la política del PP (burguesía estatal), se ha basado en una privatización de la enseñanza al desviar partidas del presupuesto desde la pública a la privada?

Se habla de Gobierno CiU/PSC. ¡Vaya “gambito” para la dirección estatal del PSOE! Esto es un dardo envenenado, ya que la propuesta viene de la dirección del PP. ¿Qué supone esto? En realidad sería un “golpe” llevado a cabo por el nazionalismo español que continuaría mandando desde fuera, además supondría el “inmovilismo constitucional”. En última instancia sería un vuelta de tuerca más hacia una España centralista y autoritaria que mermaría los derechos democráticos. Y, ¿qué decir de la política que llevaría a cabo un gobierno de este tipo? Es evidente que los intereses que defiende CiU son los intereses de los empresarios, de la patronal. Unos intereses absolutamente contrarios a los intereses de la clase obrera, que son los intereses que debe defender el PSOE de forma clara e inequívoca.

Queda el Gobierno PSC/ERC/IU, el que verdaderamente piden los trabajadores en Catalunya. Pero este gobierno da miedo al nazionalismo español y al nacionalismo de CiU. Pero también da miedo a una parte de ERC. No podemos olvidar que Pere Esteve, actualmente en la dirección de ERC, continúa defendiendo lo que hacía cuando era secretario general de Convergencia, es decir en un gobierno nacionalista burgués.

Un gobierno que abarque a la izquierda en Catalunya puede dar un salto cualitativo a la lucha de clases en el Estado Español. Sólo este gobierno con un programa político que una dialécticamente las reivindicaciones de clase con las reivindicaciones democráticas incluyendo el derecho a la autodeterminación, tal y como fueron entendidas por los bolcheviques en 1917, puede ser un torpedo en la línea de flotación del gobierno de derechas del Reino de España, cada vez más autoritario, como es el gobierno de Aznar y como será el gobierno de Mariano Rajoy, si gana las próximas elecciones. Un gobierno que ya nos anuncia una Reforma Laboral que desregularizaría todavía más el mercado de trabajo, o incluso anuncia la privatización de las pensiones. Lo que se nos anuncia es el modelo americano: ¡el que tenga dinero que viva, el pobre que se pudra!

Ante esta perspectiva un gobierno de izquierdas en Catalunya significa un avance. Pero esto sólo será posible con un programa que apoye las reivindicaciones sociales del proletariado y que a la vez apoye los derechos democráticos de los pueblos de España.

Javier Méndez-Vigo Hernández

PSPV-PSOE

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