La minoría sindical de Mercedes Benz, UGT y CCOO (11 delegados de los 27 con los que cuenta el comité de empresa) en la factoría de Vitoria ha decidido firmar el convenio colectivo de forma limitada, al no contar con el 50% de la representación de lLa minoría sindical de Mercedes Benz, UGT y CCOO (11 delegados de los 27 con los que cuenta el comité de empresa) en la factoría de Vitoria ha decidido firmar el convenio colectivo de forma limitada, al no contar con el 50% de la representación de los trabajadores. Esto supone que es de aplicación exclusiva para los afiliados de UGT y CCOO y de aquellos trabajadores que individualmente lo suscriban. La oferta final realizada por la empresa contempla un incremento salarial de un punto por encima de la inflación de cada año y una reducción de jornada de 24 horas a lo largo de los cuatro años de vigencia del convenio. Además la empresa mantiene la flexibilidad a cambio de hacer fijos a 90 trabajadores eventuales.

Esta firma pretende poner fin a una lucha sindical que ha durado prácticamente todo el año 2003 y durante la cual los trabajadores fueron convocados a cinco días de huelga, que fueron secundados con éxito por los trabajadores de la fábrica.

Esta demostración de combatividad ha sido alimentada sobre todo por los jóvenes trabajadores, que han visto en esta lucha la posibilidad de mejorar sus salarios y, sobre todo, sus condiciones de trabajo, especialmente la reducción de la flexibilidad considerada abusiva por los trabajadores ya que obliga a trabajar innumerables sábados al año.

Chantaje patronal

Mercedes Benz tiene un peso muy importante en la economía alavesa y vasca. En el año 2002 representó el 3,7% del PIB del País Vasco y el 11% de todas sus exportaciones. En estos momentos cuenta con 4.200 empleos, de los que 500 son eventuales y una maraña de empresas subcontratadas, las principales de las cuales están en el propio parque de proveedores de la empresa y agrupan a 600 trabajadores en condiciones de trabajo y salario sustancialmente inferiores a los empleados de la propia empresa.

Ante la magnífica lucha llevada a cabo por los trabajadores, la dirección de la empresa intervino, presionando y amenazando a los obreros y a sus sindicatos, así como a las instituciones públicas —de las que ha recibido jugosas subvenciones— exigiendo el fin de la lucha bajo la amenaza del traslado de parte de la producción a Alemania.

Desde este momento la lucha cambió. Las direcciones de UGT y CCOO dieron crédito a la amenaza patronal, anunciando (en medio de la movilización) que no procedía seguir luchando porque se ponía “en peligro el empleo”. La aceptación de este chantaje supuso —y supone de hecho— renunciar a la lucha sindical y a la negociación colectiva, porque cualquier negociación de los trabajadores será considerada por la empresa una amenaza para sus beneficios.

La incapacidad de la mayoría sindical (ELA, LAB, USO y ESK) de dar una salida a las expectativas de los trabajadores provocó el rechazo de los operarios en un referéndum sobre las movilizaciones a realizar, que fueron consideradas insuficientes e inútiles por una mayoría ajustada de trabajadores. Esta respuesta de los trabajadores, fue interpretada por UGT y CCOO como un rechazo a la lucha, aprovechando la ocasión para proponer la celebración de un referéndum, de carácter consultivo, sobre la firma del convenio en el que UGT y CCOO apoyaron el “sí”; ELA, USO y ESK el “no” y, en esta situación critica para los trabajadores, increíblemente LAB propugnó la abstención.

Recuperar las asambleas de fábrica

Los resultados de la votación fueron favorables al “sí” tan solo por setenta y un votos, lo que pone de manifiesto la postura inexplicable de LAB que, siendo contraria al convenio, ha favorecido, dada su posición abstencionista, los intereses de la empresa. Así mismo se puede deducir que a pesar de la división sindical, y aunque los trabajadores no consideraron serias las propuestas de ELA, USO, LAB y ESK, el rechazo ha sido muy importante.

Firmar el convenio en estas circunstancias, contra la voluntad de la mitad de la plantilla que lo ha rechazado, supone, además de ahogar las expectativas de mejora en las que creían firmemente muchos trabajadores, consolidar una división entre los trabajadores que solo favorece a la empresa.

La representación sindical de Mercedes Benz no ha estado a la altura de las necesidades de los trabajadores. Las ganas de lucha, reiteradamente expresadas, no han tenido la dirección adecuada ni por aquellos que han creído las amenazas de la empresa, y han eliminado la lucha sindical de sus planteamientos, ni por la mayoría sindical que ha demostrado su total incapacidad para dirigir la lucha y expresar la posición mayoritaria de los trabajadores a los que representaban, persiguiendo más bien justificarse ante los trabajadores.

La participación activa en los sindicatos obreros, la recuperación de la participación directa de los trabajadores a través de la asamblea de fábrica es lo que nos puede hacer recuperar la unidad de acción perdida y poder luchar con éxito para obtener los objetivos de mejores salarios y de rebaja de la flexibilidad abusiva que nos impone la empresa.

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