Mientras, los alumnos tenemos que trabajar gratuitamente (en realidad no, de hecho pagamos por estas prácticas) durante 380 horas para obtener la titulación; también dependemos de que las empresas den su visto bueno para aprobar la FCT, y sin ésta no hay título.
Además muchas veces estas prácticas resultan inservibles, en mi rama de fabricación mecánica, esta supuesta formación se convierte en producir como un operario sin cualificación, algo tan instructivo como barrer un taller, cargar peso o, como les ocurrió a unos compañeros, cortar con radial y pintar con pistola a presión (nada que ver con nuestra Formación Profesional).
Lo más sangrante de muchas de estas empresas subvencionadas es que son sobreexplotadoras, donde la jornada de los trabajadores es de 10 a 12 horas sin derechos sindicales, etc. y si no cumplen las condiciones adquiridas con los alumnos en formación, no se les vuelve a enviar alumnos, pero se quedan con las subvenciones y unas cuantas horas de trabajo gratuitas.
Eliminar estos abusos pasa por remunerar a los alumnos en prácticas con el equivalente horario al salario mínimo interprofesional, pero no el ridículo de ahora sino el que reivindicamos como salario digno para poder vivir
