El convenio de Mercedes Benz está en una situación de estancamiento. La patronal dice que ya no hay nada que negociar. UGT y CCOO proponen someter a referéndum los resultados de la negociación. La mayoría del comité lo rechaza y propone seguir negocEl convenio de Mercedes Benz está en una situación de estancamiento. La patronal dice que ya no hay nada que negociar. UGT y CCOO proponen someter a referéndum los resultados de la negociación. La mayoría del comité lo rechaza y propone seguir negociando y ante la actitud de bloqueo patronal propone un plan de movilizaciones. Los trabajadores de la planta de Mercedes Benz de Vitoria, que suman 4.200 empleos, han rechazado por un apretado margen la propuesta de movilización realizada por la mayoría del Comité. Este resultado no hay que entenderlo como un rechazo a la lucha por la mejora del convenio, sino como muestra de una profunda desconfianza de los trabajadores en que se puedan alcanzar esos objetivos con la división sindical existente en el seno del comité de empresa.

Este resultado también expresa la falta de confianza ante las propuestas de lucha realizadas por la mayoría (dirigida por ELA) del comité que, con unas propuestas de paros que rebajaban el listón de las movilizaciones anteriores de un día a la semana a paros de una hora al día, han parecido insuficientes a los trabajadores. Parece que ELA quisiera justificarse ante los trabajadores, quedar bien ante ellos, pero sin proponer una lucha sindical seria que pueda hacer cambiar de posición a la dirección de la empresa.

Este rechazo abre un periodo de debate entre los trabajadores de Mercedes Benz que debemos resolver la división sindical enquistada en el comité y decidir sobre los métodos de lucha más adecuados para romper el bloqueo patronal a negociar nuestras necesidades, expresadas en múltiples movilizaciones.

Chantaje patronal

Esta situación se produce después de un proceso negociador marcado por el chantaje empresarial, que amenazó de llevarse a una planta alemana 500 empleos si proseguían las movilizaciones por el convenio. Los trabajadores de Mercedes Benz, 2.200 de los cuales son jóvenes trabajadores contratados en 1999 cuando la empresa invirtió en la factoría de Vitoria 800 millones de euros —con generosas ayudas públicas— para la fabricación del nuevo modelo de furgoneta, son los mismos trabajadores que aceptaron sumisos todas las imposiciones de la empresa y que ahora se han rebelado, protagonizando el rechazo al convenio y exigiendo al comité de empresa unidad de acción y lucha para hacer retroceder a la empresa sobre todo en la flexibilidad laboral.

La estrategia de Mercedes Benz de recurrir al chantaje cuando surge la lucha de los trabajadores es el recurso a un viejo truco que ya conocen muy bien los trabajadores de las empresas multinacionales, especialmente las de la automoción. La amenaza de deslocalización de la empresa a otros países con mano de obra con salarios más bajos o con menos derechos sindicales o sociales está a la orden del día. Así hemos tenido los casos de Volkswagen, Ford, Renault etc..., donde los trabajadores han sido víctimas del chantaje patronal al rechazar propuestas de flexibilidad u ofertas de convenio colectivo insatisfactorias.

Dar crédito, como hizo la dirección de UGT Metal, a este chantaje patronal en medio de la movilización en el mes de julio, anunciando que no procedía seguir con las convocatorias de huelgas porque se ponía en peligro el empleo, supone de hecho renunciar a la lucha sindical, supone renunciar a la negociación colectiva, porque cualquier reivindicación de los trabajadores será considerada por la empresa, como en este caso, una amenaza para su rentabilidad. Es falso que las reivindicaciones de los trabajadores, que ahora se centran en la reducción de la flexibilidad, pongan en peligro una gran inversión que comienza su andadura. La empresa, en función de sus intereses, incluso al margen de las concesiones de los trabajadores, como hemos visto en muchos casos, tomará este tipo de decisiones de deslocalizacion si le conviene a sus intereses.

La situación actual nos exige a los trabajadores de Mercedes Benz y a nuestros representantes sindicales la apertura de un debate democrático que nos permita resolver esta situación de estancamiento, recomponer la necesaria unidad de la plantilla, tomar la iniciativa y decidir con el respaldo mayoritario los objetivos y métodos de lucha más adecuados en este momento. Esto sólo puede ser resuelto mediante la consulta y la participación directa de los trabajadores a través de la asamblea de fábrica. Sólo así, devolviendo el protagonismo a los trabajadores, podremos enfrentarnos con éxito al bloqueo negociador de la empresa y alcanzar los objetivos que nos habíamos propuesto en nuestro convenio colectivo

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