La dirección del centro tiene un gran resentimiento contra CCOO y durante todo el proceso electoral se vivió un clima de tensión y una persecución clara hacia este sindicato por parte de la dirección, con falsas acusaciones y ataques personales hacia la cabeza de lista, Benita Carrero.
Debido a mi presencia en la mesa electoral fui testigo de conversaciones por parte de responsables y jefes, incluyendo al director, atacando a Benita. Incluso hubo amenazas a los trabajadores que se apuntaban a la lista de CCOO. Prueba de ello es que CCOO presentó una candidatura de 20 personas que a través del responsable de la sección de sanitarios llegó a manos de la dirección de la empresa. Al día siguiente, fruto de la presión ejercida, entre otros por este responsable, se presentaron 12 renuncias.
En aquel momento yo estaba eventual y en alguna ocasión demostré mi indignación por lo que estaba ocurriendo. Una semana después me notificaron el despido pese a que ya estaba prevista mi renovación.
Finalmente Comisiones Obreras quedó como segunda fuerza del Comité por detrás del sindicato de la empresa Fetico, gracias a una maniobra de la dirección que consiste en separar las votaciones entre la plantilla del centro, las oficinas y cajeras. De esta manera los trabajadores de cajas y oficinas solo podían votar a Fetico porque no había más candidaturas. Con esta estrategia la empresa se asegura la presencia de su sindicato en el comité.
Para que esto no continúe sucediendo y las empresas no sigan reprimiendo impunemente la libertad sindical, el único camino posible es la organización y la lucha.