En el último mes se ha venido desarrollando un conflicto en la Empresa Municipal de Transporte de Madrid (EMT). Desde la histórica huelga de 1990, el sindicato Plataforma Sindical se ha mantenido como el mayoritario entre los trabajadores. En las últimas elecciones sindicales, a pesar de perder la mayoría absoluta en el Comité de Empresa, fue respaldado por más del 47% del voto. Este sindicato se mantiene fiel a las tradiciones que lo fundaron, sindicalismo de clase, combativo y asambleario.

El Militante estuvo en las últimas asambleas de trabajadores de la EMT y entrevistó a dos miembros de la Ejecutiva de Plataforma, Richard y Antonio Rosas. Por problemas de espacio publicamos un extracto de la entrevista que podéis encontrar íntegra en nuestra web (www.elmilitante.org).

El Militante.— ¿Cuáles son los motivos del conflicto?

Antonio.— En primer lugar, una de las cosas que más nos preocupaba era el cierre de las casetas, porque suponía una perdida de 46 puestos de trabajo destinados para conductores que por problemas de salud no podían conducir (...) En el momento que tu pierdes esas condiciones puedes perder tu puesto de trabajo perfectamente y encontrarte en la calle con una media pensión de subsistencia de miseria, como la mayoría de pensiones en este país (...) Lo que nosotros tenemos garantizado por presiones y luchas sindicales desde 1991 es que la empresa nos tiene que dar otro puesto de trabajo (...) La empresa venía atacando ese acuerdo (...) En agosto empezó a imcumplir ese acuerdo y empezó a despedir compañeros, y llegó el mes de diciembre y teníamos 7 compañeros despedidos (todos ellos de Plataforma Sindical).

(...) La empresa tenía la pretensión de en vez de darles jornadas completas darles medias jornadas porque ellos entienden que con eso cubrían sus necesidades económicas, nosotros entendemos que no solo era eso (...) Eso afecta a nuestras pensiones y por tanto deben de darles la jornada completa. Así pues, denunciamos todos los casos.

EM.— ¿Por que estas presiones de la empresa ahora?

Richard.— El tema de la IPT no es casualidad que aparezca ahora. Nosotros firmamos unos acuerdos en febrero de 1991 y durante 12 años la empresa los viene cumpliendo sin ningún problema. A raíz de las elecciones sindicales ültimas en febrero de 2003, nosotros perdemos la mayoría absoluta (de 42 somos 20), 7 el amarillo, 7 el SICAM (sindicato gremialista de conductores), 5 CCOO y 3 UGT. Desde ese momento la empresa empieza con la trama esta, para quitarse esto que ellos consideran como una lacra. Sobre una plantilla de 7.000 trabajadores, son 300 los trabajadores en situación de incapacidad física disminuida. Y de esas 300, más de 200 tienen reconocida la pensión de incapacidad. La empresa hace la agresión en la medida que ha cambiado la situación dentro del comité de empresa (...) Lo que quería palpar era si Plataforma Sindical estábamos en condición de poder responder y hemos respondido.

EM.— ¿Pero los otros cuatro sindicatos habían llegado a un acuerdo previo?

A y R.— Además de la presión que ejerce la empresa, la convocatoria de huelga viene forzada por el acuerdo que ellos firman.(...) Hay afiliados dentro de CCOO que no comparten el acuerdo y UGT ha tenido una perdida significativa de afiliados en talleres.

Con el acuerdo a los 7 compañeros se les readmitía siempre y cuando renunciasen a las demandas judiciales y reclamaciones económicas (...) y la empresa les debe una cantidad importante. Ese acuerdo era ilegal porque en un acuerdo no se pueden cercenar derechos individuales de nadie.

EM.—¿Qué medidas de presión empezáis a tomar?

R. y A.— Llegados ese punto, empezamos a identificar al enemigo ante los trabajadores: la empresa. Pasamos del resto de sindicatos ya que no queríamos confundir a los trabajadores con quienes eran los enemigos, ellos podían ser cómplices pero no el enemigo. A partir de ahí empezamos a movilizar en las cocheras, nosotros mantenemos siempre un contacto y una presencia permanente en las cocheras. Todas las semana vamos todos los miembros del sindicato y estamos allí desde la 4:45. Todos los miércoles llevamos comunicados, llevamos nuestra prensa, cobramos en manos las cuotas, no por nómina, así la empresa no sabe quienes son nuestros afiliados.

.Las asambleas han sido muy importantes, el 26 de febrero tuvimos 1.500 compañeros entre las dos asambleas, de mañana y tarde, y eso no se lo esparaba la empresa.

EM.— Finalmente se desconvocan los paros ¿que se ha obtenido?

A.— Nosotros estamos bastante satisfechos (...) Hemos conseguido que la empresa retire alguna de las medidas que venía aplicando, algunas de las que más jodían a la gente, el tema del visitador médico a domicilio y el tema de los pases de salida (...) Aparte de lo ya dicho, se echan atrás todos los despidos y el compañero despedido en situación de incapacidad temporal por accidente laboral va entrar este mes.

R.— Creo que han entendido que hoy por hoy no están en condiciones de imponernos nada y empeorar nuestras posiciones (...) La pelea de ahora no ha sido para avanzar sino para evitar que nos quiten derechos, aunque hemos avanzado en el tema del visitador médico y en el tema del pase de salida . Hemos resistido una agresión de la empresa a nuestros derechos, agresión que además se ha hecho con la complicidad de los otros sindicatos.

(...) La historia de la clase obrera esta clara, aquí nunca los trabajadores han tenido garantías, los convenios los incumplen cuando les da la gana, la única garantía es la movilización y la lucha. El comité es una herramienta, nunca el fin. Si desde el comité no hacemos cumplir las cosas las hacemos cumplir con las asambleas, con la presión.

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