Vitoria-Gasteiz

El anuncio del cierre de la planta de rieles para cortinas que tiene en Vitoria Newell Ibérica SA, antigua Hofesa, y que supondría el despido de 107 trabajadores, es una muestra de la actitud chulesca y prepotente de una patronal que actúan como auténticos depredadores en la búsqueda del máximo beneficio.

Hofesa, propiedad de los dueños de Areitio, fue adquirida por esta multinacional en 1997. Desde entonces se han lucrado vendiendo los terrenos adquiridos por la antigua Areitio, 88.000 metros cuadrados de un total de 145.000, ganando más de doce millones de euros en la operación. Además han liquidado los 1.700 millones de pesetas de reservas que habían mantenido los antiguos dueños para épocas malas, han descapitalizado la empresa reduciendo la plantilla despidiendo a 140 de 250 trabajadores que tenía la antigua empresa y ahora quieren cerrarla eliminando a otros 107 trabajadores.

Con estos datos en la mano se podría pensar que después de haber exprimido totalmente a esta empresa, la cosa ya no da para más, pero eso no es cierto. En el último ejercicio la empresa generó unos beneficios de 5,2 millones de euros y desde noviembre hasta marzo han estado trabajando 72 personas de una ETT y se han hecho incluso más horas extraordinarias de las que permite la ley.

La lucha contra la política de la dirección debería coordinarse por encima de fronteras nacionales ya que “Newell en Inglaterra ha hecho una escabechina, en Francia ha cerrado unos cuantos talleres y en América parecen Atila” como dice Regina Mauleon, miembro del comité de empresa por LAB “Si han tenido ganancias con esa desidia pueden mantener la fábrica” (Gara, 16-05-04).

La empresa ha presentado el expediente en Madrid pero la Administración vasca, a pesar de que externamente dicen muy buenas palabras, en la práctica están utilizando este cierre, al igual que la patronal, como una amenaza para el conjunto del movimiento obrero advirtiéndonos a todos de que estas cosas pasan por tener salarios demasiados altos y excesivos derechos laborales.

La experiencia de la lucha de Mercedes Benz Vitoria, donde la dirección de la empresa logró dividir a los sindicatos amenazando con la destrucción de empleo si no se aceptaba su “última oferta”, es como una sombra alargada que la patronal alavesa está extendiendo en todos los conflictos. Se avisa a los trabajadores de Caballito que entren a trabajar o se atengan a las consecuencias porque es “la última oferta” y en otras empresas pasa igual.

A la patronal se le ve el plumero igual que al PP en el Ayuntamiento y la Diputación, proponiendo las privatizaciones de los servicios públicos, y también al PNV-EA al frente del Gobierno vasco ya que no están haciendo nada para salvaguardar los puestos de trabajo, después de que a todas estas multinacionales les han dado subvenciones y facilidades para instalarse para que ahora se vayan con los beneficios tan ricamente. Quieren rompe la columna vertebral de los trabajadores y en este sentido la lucha de Caballito es la punta de lanza con cerca de siete meses de huelga indefinida.

La alternativa, como están comprendiendo todos los trabajadores implicados, pasa por la unificación de todas las luchas.  

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